Zayn se pasó mitad de la noche besando cada centímetro de mi piel enrojecida e hinchada y la otra mitad acariciando mi cabello y calmándome con palabras susurradas. "Todo estará bien", "estoy aquí para ti", "mañana te sentirás mejor", "ya no llores, linda" y cuando estaba balanceándome en la delgada línea que dividía el sueño de la consciencia, recordé su rostro. Sus rizos, sus hoyuelos, su sonrisa.. y volví a llorar. Y la secuencia sucedía una y otra vez, cuando estaba a punto de dormir él simplemente aparecía en mi mente como si de un truco de magia se tratase.
Al día siguiente todo pasó como si el día anterior no hubiese existido. Zayn me invitó a almorzar y estaría mintiendo si dijera que la había pasado mal. Con Zayn por lo visto nunca iba a pasarla mal. Él sabía exactamente qué decir en el momento adecuado, cuando hacer una broma, cuando ponerse serio, cuando acariciar mi mano, cuando besarme, cuando coquetear. Sin embargo no podía dejar de pensar que algo en la escena estaba mal. Yo había querido a Zayn, sí. Había estado enamorada de él, muchísimo. Pero luego apareció Harry en el medio y fue como probar el paraíso luego de vivir años en la Tierra. Era algo así como aprender a volar, luego de eso no quieres volver a caminar nunca más. Harry me había enseñado a volar, y yo quería continuar volando, no volver a caminar junto con Zayn. Pero de todas maneras había algo antes que mi trío amoroso, algo definitivamente no estaba bien. No se sentía bien. Entonces mi móvil sonó. Contesté sin siquiera ver el identificador y fruncí el ceño.
—¿Hola?
—¡_______, maldita! ¿En dónde estuviste metida? ¿Debajo de una roca? —suspiré y rodé los ojos.
—Hey Cassey, algo así. Tengo toda una vida para contarte, nena —hacía tiempo que no me reunía o hablaba con ella y en realidad la cosa había sido al revés. Ella había estado debajo de una roca desde que yo me fuí a Los Ángeles. Desde entonces que no sabía absolutamente de su vida.
—Cuando mandes podemos encontrarnos, solo di hora, lugar y allí estaré —suspiré y repasé mi agenda mentalmente. Esta noche todos habíamos planeado ir a un bar que los chicos frecuentaban el cual era seguro, secreto y casi inexistente para la gente no-famosa. Al día siguiente por la mañana los chicos decidieron llevarnos a uno de los ensayos para el MSG. Sí, ellos ya estaban ensayando. En solo dos meses estarían en el show que define la vida de los artistas. Por la tarde había acordado con mi hermana en acompañarla a comprarse ropa —recuerden que todos actuamos como si el día en que me acosté con Harry y me enteré que él coqueteaba con mi hermana a la vez no hubiese sucedido, o al menos eso intentaba yo—, y esa noche Eleanor y Danielle me habían "reservado" así que decidí cancelar mi salida con Elena. Buscaría alguna estúpida excusa para no ir, ella podría ir con Harry. Apreté el aparato en mi oído con fuerza e intenté calmarme.
—¿Mañana por la tarde en Starbucks? —la oí reír del otro lado y luego su voz cantarina sonó en mi oído.
—Eres adicta al café, amiga —sentí una incomodidad. No se si por la razón de que quizás yo <<verdaderamente>> era adicta al café o por la forma en que el <<amiga>> había sonado. Cualquier cosa menos bien era correcto. Había sonado fuera de lugar, como si algo no encajara.
—_________ —Zayn me despertó del transe hipnótico en el que me encontraba y sacudí levemente mi cabeza.
—Sí, quizás. Eh Cassey, te dejo. Nos vemos mañana, adiós —y colgué sin darle tiempo a contestar. Algo me olía mal aquí. Llámenlo presentimiento, sexto sentido femenino o como quisieran pero algo definitivamente no estaba bien. Media hora después ya me encontraba en mi habitación enviando mensajes de texto a Dani y Elle para que vinieran a cambiarse y alistarse a casa. Se sentía bien tenerlas alrededor con todo esto de Elena y Harry, ellas eran una buena distracción para mí. El reloj marcó las 4:30 cuando dejé mi habitación para abrir la puerta y encontrarme con aquellos rostros tan familiares. Las abracé al mismo tiempo y luego subimos hasta mi habitación hablando sobre el último escándalo de Hollywood.
—Ahora me interesaría profundizar un poco más en el escándalo que se está formando dentro de esta casa —comenzó Elle y yo abrí la boca intentando callarla porque Danielle aún no sabía nada pero como siempre, Elle metía la pata una y otra vez—. Dime la última, ¿ya es oficial lo de Harry y tu hermana? —y fue como si un cuchillo se clavara en mi pecho. O como si removieran aquel que ya estaba allí.
—¿Tu hermana y qué? —preguntó Dani atónita volteándose ya que estaba alisando su cabello frente a mi espejo. Me mordí el labio inferior y tiré de las mangas de mi sweater de lana con nerviosismo.
—Oh demonios, ¿ella no lo sabía? —preguntó Elle mirándome y yo exploté.
—¡Así eres tú Eleanor! ¡Primero la cagas y luego preguntas! —su semblante se ablandó y pude ver el arrepentimiento en sus ojos. Suspiré y cerré los ojos calmándome mentalmente—. Lo siento, últimamente he estado alterada —me aclaré la garganta y comencé a explicarle a Danielle todo el drama sucedido y ella se limitaba a asentir y afirmar con síes cuando era necesario. Acabé el relato en que aún no habian dicho que la relación era seria pero que sabía que algo sucedía entre ellos. Omití lo sucedido el día anterior porque, como dije anteriormente, ese día no existía más en mi calendario. Solo era como un espacio en blanco, aunque recordara con claridad cada detalle.
—Tu hermana, con todo tu respeto, es una zorra. Y Harry es un maldito calentón, demonios. ¡Lo odio! ¡¿Cómo pudo hacerte algo así?! —me encogí de hombros.
—Yo fui la que acabé todo, Elle. Fue mi culpa —se puso de pie y comenzó a caminar de un lado al otro. Dani, en cambio, se encontraba con el ceño fruncido observando como el casi transparente humo salía de su cabello cada vez que deslizaba la plancha por él.
—¡Claro que no, _______! Tú solo lo dejaste porque no querías que lo echaran de la banda, y lo sabes. Ambos lo saben solo que ese imbécil piensa con el pene y no con su cerebro.
—Bien, creo que fue suficiente charla. Necesito que me ayuden a escoger vestuario, maquillaje, peinado y lo demás. Aunque creo que alisaré mi cabello también —Elle y yo nos quedamos pintándonos las uñas mientras Dani acababa con su rebelde cabello luego de un par de maldiciones de su parte. Seguí yo, tomándome más de media hora para alisarlo por completo haciendo que llegara hasta debajo de mi cintura.
—Tu pelo es de ensueño, me recuerdas a Rapunzel —comentó Dani sonriente mientras elegía un color de esmalte. Sonreí y luego me encaminé hacia mi armario. Escogí mi ropa y me vestí [http://www.polyvore.com/cgi/set?id=76618169&.locale=es]. Iríamos a las 8.30 y ya eran las 7, con esas dos mi tiempo se pasaba volando. No fue hasta que me quité el sweater y la otra camiseta que recordé algo. Algo muy estúpido que hice la noche anterior.
—_________, oh Dios mío —murmuró Elle llevándose una mano a la boca sin sacar su mirada de mis brazos. Maldije en voz baja y me coloqué la otra camiseta, la chaqueta y caminé hasta el baño buscando mi maquillaje—. ¡¿Qué mierda fue lo que te pasó?!
—Fue un accidente con el gato de Cassey —luego de pasarme rimmel tuve el valor de mirarla y su rostro no podía verse peor. Estaba molesta, muy molesta.
—No puedo creer que pienses que voy a comerme esa, __________. Maldita sea, ¿por qué rayos hiciste eso? ¿Es por el imbécil de Harry? ¿Acaso intentaste suicidarte?
—¡No, Eleanor! ¡Por el amor de Dios, no! —grité histérica con mala cara—. Fue una estupidez, estaba fuera de mi —continué con el delineador y luego me pasé el brillo labial.
—Linda, si quieres podemos hablar sobre ello. Está bien si sientes —la interrumpí elevando mi mano entre ambas y dejando mi brillo sobre la encimera.
—Suficiente, Eleanor. No me vengas con un discurso de psicóloga de adolescentes que no necesito. Fue un desliz de mi estúpida mente, me arrepiento, ¿bien? —dije remarcando cada palabra intentando de hacer que entrara en su cabeza pero a pesar de que asintió y me dio espacio, noté en sus ojos que estaba preocupada. Mucho. Suspiré y despeiné un poco mi cabello para que luciera natural y entonces una pregunta se formuló en mi mente. ¿Elena vendría? Le di una sonrisa a mi reflejo en el espejo y salí del baño sin borrarla de mi rostro. Sería una buena noche, con o sin Elena para intentar arruinarlo.