Utilicé la distracción —que comenzaba a distraerme más a mi que a Harry— y llevé mis manos hasta detrás de su cintura para quitarle el sobre de las manos. No hizo falta forcejear, él lo soltó enseguida para llevar sus manos a mi cintura y acercarme más. Bien, ¿y ahora qué?
—Oh vaya —aquella voz me obligó a separarme de Harry y ambos miramos hacia la derecha—. De nuevo, yo no he visto nada —avisó el rubio caminando hacia la heladera. Volví mi vista al castaño de ojos esmeralda y di un paso hacia atrás. Él me soltó y sin decir nada salí de la cocina. Solté todo el aire que había aguantado una vez en el living pero cuando estaba por subir las escaleras rumbo a mi habitación oí voces que me detuvieron el paso.
—¿Qué haces aquí? Creí que te fuiste cuando llegamos —era la voz de Lou. Me acerqué a una de las paredes que dividía el hall del living justo donde estaba la vez anterior y me quedé en silencio oyendo la conversación que tenía.
—Talisha me ha llamado diciendo que se había olvidado su chaqueta aquí ayer —fruncí el ceño. ¿La tal Talisha había estado en casa ayer? ¿Cómo fue que no me la crucé ni cinco minutos? Mi móvil comenzó a vibrar y suerte que había puesto el modo silencioso en el estudio sino ahora mismo habría sido descubierta. Lo saqué del bolsillo trasero de mis jeans y abrí el mensaje de ese número desconocido que ya era familiar para mi. 'Observa bien cada fotografía, compáralas y luego podrías darte una vuelta por la Uni de Eleanor y preguntar por sus calificaciones. Quizás te lleves alguna que otra sorpresa -X'.
—Aquí no hay ninguna chaqueta, ¿no quieres quedarte esta noche? —mientras oía la conversación iba sacando las fotos del sobre. Tres eran mías con Zayn, una de ellas estaba en el bolsillo de mis pantalones y las otras dos en mis manos, pero había una cuarta foto. Metí la mano hasta el fondo del sobre y al sacar la foto pestañee varias veces.
—No puedo Lou, tengo Universidad mañana. Sabes que no puedo levantarme si me quedo aquí y si continúo llegando tarde van a expulsarme —entrecerré los ojos y comparé ambas fotos de 'Eleanor'. En definitiva su nariz era distinta en las fotografías, además de su cabello, sus ojos y la forma de su rostro. Pequeñas diferencias que si no se veían de cerca casi ni se notaban.
—Bien no insistiré más. Pero mañana por la tarde pasaré por tu departamento, ¿oíste? —se oyeron un par de besuqueos y luego se despidieron—. Suerte en la Uni mañana, te quiero.
—Yo más, adiós amor —y la puerta. Contuve la respiración y cerré los ojos rogando que Louis no me viera y al parecer mis súplicas fueron escuchadas ya que fue directamente a las escaleras y subió sin siquiera voltear. Fui hasta el hall y observé por la cerradura como Elle detenía un taxi y subía. Tomé de la mesa las llaves de la camioneta de Harry y salí con el corazón a mil palpitaciones por segundo. Corrí hacia la camioneta y me senté en el lugar del conductor.
—Clases de manejo con papá, no me fallen ahora —me coloqué el cinturón y encendí el motor. Seguí el taxi excelentemente, por suerte no había perdido el don del manejo y gracias al cielo los vidrios eran polarizados. Se detuvo delante de un enorme edificio, me detuve detrás suyo y suerte que Eleanor no me vio. Bajó y caminó hasta allá. Quité las llaves y con cuidado bajé. Abrió la puerta y entró. Corrí hasta allá y detuve la puerta justo antes de cerrarse. Tranquilamente podía trabajar para el FBI, sería bastante exitosa. La observé subir al ascensor y me quedé mirando los números en el marcador. Se detuvo en el tercer piso. Tomé las escaleras y subí intentando no morir de cansancio. Definitivamente iban a matarme cuando volviera a la casa y les dijera que había salido con la camioneta sola. Más que nada mi mejor amigo. Trata a esa camioneta como si fuera su esposa. Es más, creo que ni a su esposa trataría así. Al llegar al tercer piso me asomé y pude ver a Eleanor a unos escasos metros de mi golpeando una de las puertas.
—¡Talisha abre! ¡Olvidé mis llaves! —y entonces.. todo perdió sentido alguno.
—Recuerda llevarlas la próxima. ¿Y mi chaqueta?
—No estaba —fue lo último que oí cuando cerraron la puerta. Mi mirada se perdió en algún punto ciego del lugar y me dejé caer sentándome en uno de los escalones. Fruncí el ceño y traté de comprender lo que mis ojos habían presenciado. ¿Dos Eleanors? ¿Eleanor tenía una hermana? ¿Una gemela? ¿La tal Talisha era su gemela? ¿Por qué nunca me lo había dicho?
—Disculpe señorita, ¿usted es de este piso? —levanté la mirada algo confundida aún y distinguí el atuendo del guardia.
—No, he venido a visitar a una amiga. Ya me voy —sonreí a medias y bajé las escaleras. No comprendía absolutamente nada. Entonces, un pedazo del mensaje de Mr. X se me vino a la mente. 'Y luego podrías darte una vuelta por la Uni de Eleanor y preguntar por sus calificaciones. Quizás te lleves alguna que otra sorpresa'. Entré a la camioneta y tomé rumbo hacia la Universidad de Eleanor. Estacioné el auto en el campus y al bajar comencé a oír los comentarios idiotas de los chicos. Me concentré en mi objetivo. Averiguar sobre Eleanor y saber si su gemela venía a la misma Universidad. Caminé por los pasillos llevándome las miradas de todos y era entendible. ¿Quién era yo y por qué no llevaba libros en la mano para mi clase? Suspiré y di tres golpes en la puerta en la cual se leía con facilidad 'Dirección'.
—Pase, pase —se oyó una voz algo apurada dentro. Al entrar noté el desorden que era en ese momento la oficina del Director. Me miró y suspiró aliviado—. De seguro tu eres la suplente, gracias por llegar. Serán solo unos minutos en que debo salir —habló mientras tomaba su chaqueta y sus llaves—. Gracias y suerte —y salió del lugar dejándome sola. Bien, puntos a mi favor. Me acerqué a la puerta y puse las trabas. Caminé hasta el fichero y leí en los cajones los años. Eleanor, si no me equivocaba, estaba ya cursando el tercer año así que abrí aquel. Observé las letras y busqué la C, fue fácil de encontrar.
—Calder, Calder, Calder —murmuré mientras rebuscaba entre los varios ficheros color arena hasta que lo encontré. Era uno solo y bastante grueso. Lo saqué del lugar y abrí observando la primera página. 'Christina Calder'. ¿Sería quizás alguna de las primas de Eleanor? Dejé el fichero sobre el escritorio y busqué otro con el apellido Calder pero aquel era el único. Lo tomé con las manos temblorosas y pasé a la segunda página encontrándome con una foto. Una foto en la cual aparecía.. Eleanor, o Christina, o como fuera que se llamara. Oí golpes en la puerta así que guardé el fichero donde se encontraba y cerré el cajón. Me acerqué y saqué las trabas. Entró una joven de no mas de 24 años con una carpeta en mano.
—Buenos días, soy la suplente —sonreí.
—Ah bueno gracias por llegar, el director volverá en unos minutos. Me han enviado a quedarme aquí hasta que tu llegaras. Al parecer estaba un poco apresurado —sonrió y me agradeció—. Suerte —fue lo último que dije antes de abandonar el lugar. De camino a casa las cosas me revolvían la cabeza. Eleanor tenía una gemela, llamada Talisha. Pero en realidad Eleanor no era Eleanor, sino que su nombre era Christina. Ahora, ¿cuál era la razón por la cual nunca me lo había dicho? Mi mejor amiga me había mentido durante años. ¿Danielle sabría algo sobre aquello? Y si así era, ¿por qué yo no debía saberlo? Eran demasiadas cosas para asimilar. El aborto de Danielle, el beso con mi mejor amigo, la relación en secreto con Zayn y ahora Eleanor con una gemela y otro nombre. ¿Qué seguía? ¿Louis mujer? ¿Liam terrorista? ¿Niall mafioso? Suspiré y reposé mi cabeza en el respaldar del asiento sin sacar la vista del frente mientras más preguntas llegaban a mi mente. ¿Por qué Mr. X me ayudaba a ver todo esto? ¿Por qué él quería que yo me enterara de estas cosas y los demás no? ¿Cuál era el plan que tenía detrás de todo esto? Si continuaba pensando mi cabeza iba a estallar. Estacioné la camioneta delante de la casa y al entrar me bombardearon con preguntas.
—¡¿ACASO ESTÁS DEMENTE?! —cerré mis ojos lentamente y me calmé intentando no insultarlo.
—Cálmate Harry, fue una emergencia.
—¡¿Emergencia?! ¡Me podrías haber dicho y yo te llevaba! —lo miré y me incomodé enseguida recordando lo sucedido anteriormente. Pero lo que más molestaba era que tenía ganas de volver a besarlo.
—Debía ir sola, lo siento. Fue de último momento.
—¡Ni siquiera tienes licencia de conducir! —le pasé por al lado ignorándolo—. ¡________, no me ignores! ¡Te llevaste mi camioneta sin siquiera pedírmelo! ¡Podría haberte sucedido algo! —voltee molesta y me acerqué a él.
—¡Cierra la boca! Ambos sabemos que no te preocupabas por mi, lo que te preocupaba era que tu linda camioneta saliera ilesa. ¡Admítelo! ¡Siempre va a importarte más tu maldita camioneta que otra cosa! —y diciendo eso subí las escaleras y me encerré en mi habitación. Observé el reloj y eran cerca de las ocho treinta de la noche. Saqué el sobre de mi bolsillo y lo metí al fondo de mi ropa interior en uno de los cajones, no sin antes observar una de las fotos con Zayn. Sonreí para mi misma y luego cerré aquel cajón que nadie abriría. Me dejé caer en la cama y suspiré. Cerré los ojos y pensé en todo lo sucedido. Tenía que encontrar respuestas a mis preguntas. Demasiadas cosas estaban sucediendo, no podía con todo. En cualquier momento sentía que iba a estallar. Y entonces sentí un peso más en la cama. Abrí los ojos un poco sobresaltada y al encontrarme con aquella mirada avellana me tranquilicé al instante.
—Zayn, me asustaste —murmuré mientras me sentaba y lo miraba.
—Lo siento, no fue mi intención. ¿Estás bien? —asentí.
—¿Por qué preguntas? —colocó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y luego acarició mi mejilla.
—Bueno, tus gritos y los de Harry podían oírse en China perfectamente —reí quedadamente y suspiré.
—Estoy algo cansada, este día fue agotador para mi. Siento que en cualquier momento voy a estallar —me miró unos segundos y luego sonrió de lado.
—Te propongo algo —se puso de pie y me estiró su mano—. Salgamos.
—¿Qué? ¿Nosotros? ¿Solos? —pregunté sin comprender.
—Sí, nadie va a encontrarnos. Estaremos bien y en secreto.
—¿A dónde iremos?
—Será una sorpresa. Vamos, vístete y te espero abajo en media hora.
—Pero —empecé aunque fui interrumpida por su melodiosa voz.
—Sin peros, vamos a divertirnos un poco, muñeca —me guiñó el ojo y salió de la habitación lanzándome un beso. Mierda, ese hombre expulsaba sensualidad por cada poro de su cuerpo. ¿Cómo negarse a la preciosura de Zayn Malik? Caminé como si estuviese hipnotizada hacia la ducha y me bañé. Salí y me cambié. No sabía a donde planeaba llevarme pero suponía que así estaría bien [http://www.polyvore.com/cgi/set?id=66818047&.locale=es]. Bajé las escaleras y me encontré con Harry. Y como ya les he dicho, soy una persona demasiado orgullosa. Al ver su mirada sobre mi le pasé por al lado y habría salido si su mano alrededor de mi brazo no me lo hubiese impedido.
—___________, espera —voltee y me crucé de brazos sin quitar mi vista del parqué—, siento lo de la camioneta. Te traté horrible y.. tú siempre vas a importarme más que esa cosa de cuatro ruedas —lo miré y suspiré dejando caer mis brazos a ambos lados de mi cuerpo.
—Yo también siento haber tomado tu camioneta sin permiso. Ya te lo dije, fue una emergencia.
—Sí, sí. Puedes usarla las veces que quieras, si me avisas mejor, sino no es nada —sonreí con los labios sellados.
—Gracias —ambos nos quedamos en silencio y la situación se puso incómoda. El aire se podía cortar con tijeras fácilmente.
—¿Sales? —abrí la boca para responder pero no sabía si él podía saber lo de Zayn o no.
—Sí —me limité a contestar—. Ya mismo debo irme, te veo luego —lo saludé desde la distancia ya que si me acercaba probablemente habríamos terminado como esta tarde. Caminé y al salir me encontré con Zayn.. recargado sobre su motocicleta.. fumando. Di largos pasos para llegar más rápido y una vez que lo tuve enfrente le quité el cigarrillo de los labios.
—Ya te lo he dicho —hablé antes de que él dijera algo mientras lo arrojaba al suelo y lo apagaba con la suela de mis tacones—. No veré como te arruinas la vida —sonrió de lado y se acercó para dejarme un corto beso en los labios.
—Gracias —me alejé y lo miré.
—¿Estoy bien para donde vamos? —me escaneó de arriba a abajo y luego sonrió.
—Te verías bien hasta con una bolsa de residuos puesta, ___________. Estás de infarto —bajé la mirada y sentí como mis mejillas se incendiaban—. Vamos, sube —me animó mientras él se acomodaba. Subí detrás suyo en la motocicleta y me aferré a su torso. ¿A dónde íbamos? La verdad era que no me importaba. Me aislaría un poco de todo con Zayn y pasaría un buen rato a su lado disfrutando. Un poco de libertad no iba a matarnos.