TREVOR
¡Que frío de las pelotas que está haciendo!
Un estremecimiento me sacude antes de que tenga tiempo de prepararme en contra del viento helado. Ajusto mi chamarra con el cuello lo más alto posible y con la cabeza gacha camino en dirección recta esquivando gente a diestra y siniestra.
Falta muy poco para navidad y la típica fiebre de compras ya se ha hecho presente en todo el mundo.
Había visto los noticieros antes de salir de casa; sí, los noticieros como la gente mayor y se dejaba ver que ni siquiera el gélido clima disuadía a los compradores compulsivos.
Las multitudes se quejan todo el año de la economía, pero aparecen las fiestas y todo el mundo sale a copar sus tarjetas de crédito con una mendiga sonrisa en el rostro.
—Apuremos el paso chicos, quiero llegar pronto a casa. —dice Efren por delante de mí. —Leah dijo que estaban casi ahí con la comida.
Acabamos de salir del estudio de grabación. No ha sido más una que visita a las instalaciones de Millenium Records con quien hemos firmado para nuestro primer disco.
El dueño de la disquera realmente nos ama.
Creo que estaba tras nuestros pasos mucho más tiempo del que admitió y no lo puedo culpar. Suck it! es realmente bueno, modestia aparte.
La banda siempre ha tenido una identidad propia. La mezcla de sonidos que todos aportamos nos ha generado eso. Aun con los covers que el enamorado de Efren saca para Leah y las canciones intensas de Eddie, tengo mis momentos para aportar con mierda pesada que deja a todo el mundo eufórico y con ganas de un buen rock.
Llevamos años en esto, los suficientes como para tener una línea definida respecto a un espectáculo y el conocimiento de que el final es lo que cuenta, el remate siempre está reservado para nuestros temas, aquellos que dejan el sello en nuestros fans locales.
Somos conocidos por adaptar casi cualquier cosa, Eddie es el hombre que consigue eso.
A veces, tocamos clásicos y a veces, solo cosas antiguas, como Free Fallin' de Tom Petty porque en un bar como Carlston, a la gente le gusta la variedad y nosotros podemos con eso. Les damos lo que ellos quieren, desde grupos pesados hasta buenos grupos de chicas, pero buen Dios, no hay manera de que pueda adaptar un cover de las Spice Girls como una vez nos sugirieron. Esa mierda no es mía, no me hallo en la batería electrónica mientras que Efren y Eddie corean Wannabe.
No, ni en un millón de años, no.
De todos modos, se supone que no debemos dejar que se nos suba a la cabeza, aún no hemos comenzado a trabajar directamente por lo que deberíamos mantener los pies en la tierra, lo que se nos hace un poco difícil cuando el mismísimo dueño de la disquera ya nos agasaja como si fuésemos superestrellas.
Tenemos todo al alcance de la mano, lo único que tenemos que hacer es pedir.
El más entusiasmado de nosotros es Eddie, siempre ha sido su sueño el hacerse famoso; es como ver a un niño en la mañana de navidad por su expresión en la sala de grabación. Es él quien entiende de todas aquellas maquinas que son desconocidas para mí. Efren y yo solo tocamos, Eddie es el hombre que está detrás de todo lo demás.
—Tenemos la peor suerte del mundo ahora que la camioneta se ha descompuesto justo para estas fechas —reclama Eddie a mi lado, acomodando su gorra para cubrir sus orejas que se tornan rojas. —¿Crees que se tarde demasiado en estar lista, Efren?
El aludido se encoge de hombros cuando llegamos a su departamento y comenzamos a subir las escaleras. El solo entrar al recibidor ya corta la corriente de aire frío en mi nuca.
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Fin del juego Amanda
RomanceAmanda Muse y Trevor Mills son prácticamente enemigos naturales. No hay momento en el que no estén sobre el otro presionando sus límites y lanzándose pullas. Compartieron un pasado fogoso, amoroso y secreto. Turbulento en engaños, mentiras y dolor...