Hemos caminando continuamente solo con la frívola esperanza de salir de la ciudad hacia el exterior, atrapados entre peligrosos edificios oscuros que imponen no solo un peligro estructural, sino que esconden bestias abominables dentro, continuamos incansablemente solo por el deseo de salir de aquí antes de que caiga la noche, no podremos aguantar otra velada mas en este sitio, aterradoras estructuras, fuertes gritos de agonía y desesperación, sonidos de huesos desgarrándose entre la cobija de la neblina que solo descendió con el arrullo del frío viento adormecedor y un susurro que atormenta los oídos... algo demasiado escalofriante, solo fue una noche, pero fue suficiente para saber lo que nos espera si nos quedamos otra.
–Phoenix, ahí hay un Jeep– dijo Margaret con un tono de alivio en su voz.
Ese Jeep abandonado sería una salvación, cubierto por plantas y malas hierbas, cadáveres mutilados y esqueletos calcinados, tal vez los esqueletos eran de esas cosas monstruosas que temen al sol, y al parecer los cadáveres eran de alguna organización ya que poseían uniforme, un escudo de un mundo en una cuna de laureles, la O.N.U, esto debió de haber sido de antes de esta era, me sorprende que aún siga en perfectas condiciones, el Jeep podría usarse, pero al parecer la llave esta en alguno de estos cadáveres, son bastantes, ¿que paso
aquí?.
–Margaret debemos buscar la llave, pero primero deberíamos de enfocarnos en quitar la vegetación del vehículo...
–No tenemos mucho tiempo, yo quitare la cubierta de vegetación, tu busca esa llave, esta por aquí en algún lugar– fue la primera vez que escuche a Margaret ser decidida, fue algo nuevo, debería de tomarla un poco mas enserio.Me concentre en buscar la llave, no era mas que un conjunto de órganos y sangre derramados por todas partes, me enfocaba solo en ello, buscar la llave, salir de aquí e ir a Aries, sin embargo, creo que tengo otros motivos por aquí, hay alguien mas, no sé como, pero logro sentir una débil presencia, no es malvada, esta muy asustada, llora en silencio, ¿sera un sobreviviente?, no quiero molestar a Margaret, así que iré a verificar sin hacer notable mi presencia, además lo puedo ver, esa cosa... Schatten sigue aquí, justo frente a mi, es como un esqueleto humano muy fuerte, alto y cenizo, carece de compostura, de razón y emana interés por todos lados, como un pequeño bebe humano.
De pronto Schatten apunta a un lugar, un edificio no muy lejos de nuestra posición, al parecer quiere que vaya hacia allá, ¿encontrare ahí el núcleo de la presencia que siento?, solo lo descubriré hiendo hacia ese lugar, es el único modo. Ha medida que corro hacia ese edificio puedo sentir mas y mas aquella presencia, Schatten me sigue, lo presiento aunque ya no puedo verlo, por algún motivo sé que él se quedará conmigo, me acompañara a donde vaya, es mi sombra.
–Esto no esta sucediendo, ¡Alejense de mi!, no moriré no ahora– era la voz de un anciano, parecía estar en peligro, pero no parecía estar bajo ataque...
–¡Señor, ¿esta todo bien?!– tenía que hacerlo, posiblemente el tendría la llave.
–¡¿Quien esta ahí?!– respondió con una voz llena de esperanza y anhelo.
–Soy un humano, pasaba por aquí junto a una compañera de viaje, oí sus gritos y vine a ayudar– no puedo decirle que no soy humano, todo depende que confíe en mi.
–¿Humano?, ¡imposible!, todos están muertos, llevo ochenta años escondido en este sitio alimentándome de hongos y plantas que saben peor que basura, tu eres otro producto de mi imaginación, me estoy volviendo loco– tal vez tenga razón, este tipo esta totalmente zafado.
–No han muerto todos, hay asentamientos gigantescos de personas, sobrevivientes del incidente de hace ochenta y dos años, aun estamos luchando contra la catástrofe– eso era la verdad, aunque no lo pondría yo con esas palabras.
–Esta bien chico, bajaré, espera un poco– al fin lo convencí ahora solo esperó que sea de fiar.Logre verlo, un anciano tan delgado como Schatten, era chistoso, sus ojos eran saltones, tenia grandes orejas y un cabello canoso, al menos los pocos cabellos de su cabeza lo eran, se mantenía sujetándose de un par de varas lazadas con lianas, no tenia una pierna, ni un solo vello en la cara y poseía el mismo uniforme que los cadáveres que encontramos, a excepción de que él poseía un par de medallas en su pecho, parecía un coronel, o algo así de importante, aunque mas desgastado.
–Me llamo José, pertenezco a la Organización de Naciones Unidas, o por lo menos pertenecía, ahora no soy nadie– el hombre parecía triste, como si hubiera perdido todo, como si no le quedara nada, me rompía el alma.
–¿Es acaso que usted tiene la llave del Jeep?, podríamos salir de aquí y llegar a la ciudad segura antes del anochecer si podemos moverlo– era todo o nada, tenia que arriesgarme, el confiaba en mi por alguna razón.
–Claro que la tengo, esperaba huir con ese vehículo, sin embargo soy viejo y muy lento, eso seria un suicidio para mi, no podría quitar las enredaderas y los cadáveres antes del anochecer, menos aun volver a esconderme para permanecer seguro, pero pienso que tu y tu compañera podrían hacerlo, así que toma la llave por cualquier cosa, mi vida esta en tus manos, yo iré adelante protegeme las espaldas niño– estaba claro, este hombre era de confiar, aunque no sé si Margaret lo tome bien, podría causar complicaciones con atrasos por si algo fallaba.–Ahí esta, el viejo Jeep– comenzó a reír con una voz apagada y tosca –hacia tiempo que no lo veía tan reluciente, al parecer alguien lo limpio.
–Phoenix, ¿quien es él? – salio Margaret asomando la cabeza por detrás del vehículo.
–Buenos Días señorita, mi nombre es José, soy el viejo dueño se este vehículo, aunque ahora se los dejo a ustedes, tu amigo me hablo sobre una ciudad, dijo que me podrían llevar si les prestaba mi ayuda, así que aquí estoy, gusto en conocerla– el hombre parecía un caballero, eso era bueno, le agrado Margaret, tal vez le recordó a Sam.El vehículo estuvo en marcha, mientras avanzábamos hacia Aries sorprendidos con las historias del viejo mundo, historias que contaba José, con creencias de su vieja tierra, un lugar llamado México, el hablaba de ciudades donde los hombres se convertían en Dioses, lugares únicos, dioses grandiosos y costumbres geniales como "El Día de Muertos" y otras celebraciones, nos hablo de como todo el mundo tenia diferentes idiomas, algunos mas complicados que otros y que al final todo el mundo termino hablando el nuevo idioma (mezcla entre el Chino y los idiomas de Occidente), una lengua nueva que llego junto a la catástrofe, sin nombre ni precendentes.
Finalmente llegamos, Thomas y los demás no podían creerlo, no solo llegamos a salvo, sino que llegamos con uno de los pocos sobrevivientes que se enfrentaron directamente a la catástrofe de hace ochenta y dos años, héroes que evacuaron las ciudades y salvaron personas de la muerte.
– ¡Finalmente llega la ofrenda!, ¿y que tenemos aquí?, un anciano a punto de la muerte, sorprendente, ¿esperan que les demos una medalla de los Scout por salvar a un anciano?...
Preparate niño, escoge bien a tus subordinados mañana por la mañana se les mandara a Nipón Island... por cierto, Margaret, nuestra boda estará preparada pronto, sé que tienes diez años menos que yo, yo tengo dieciséis y tu sólo seis, pero, sé que sera bueno que nos casemos, tu padre lo autorizo, mas bien dicho, acepto los bienes a cambio de su hija, que buen destino, seras rica y mujer de un gran hombre, por ahora solo eres un insecto, nos vemos por la mañana, pequeños insectos– ese hombre debía de ser Rick, el espectro caído, el que se cree dueño de Aries, maldito bastardo, obligar así a Margaret, y ese maldito de Thomas, ¿como se atreve?... tengo un plan para ayudarle, espero que funcione todo, solo tengo que esperar para mañana.
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Los Espectros
RandomNiños modificados geneticamente, un destino que tiene que llegar, revoluciones contra la opresión de tres capitales autoritarias, un mundo que destruir y un deseo que cumplir: obtener una vida mejor lejos de las guerra, injusticias y peligros de un...