Los Espectros

Amanecer Oscuro.

Todo paso hace ya miles de años, los prometeos mas poderosos que hayan existido formaron una unión llamada "Portadora del Futuro" en la cual ambas tribus vivirían en paz y armonía, por un lado la de avanzada tecnología y muy sofisticada: La Tribu de Oldhus. Por el otro lado estaba la bélica y gran militarizada: La Tribu de Zegna, ambos realizaron un tratado de paz, dado a la fuerte influencia de los demás Prometeos en la zona, solo la unión hacia la fuerza, para esto ambas tribus formaron una sola, la mas grande, la mas fuerte, una tribu como nunca existió otra.
Con el paso del tiempo la unión fue prosperando, sin embargo los segundos mandos de ambas tribus se debatían por cual de los Prometeos era el verdadero líder de la unión, aunque lo hacían a escondidas de los grandes lideres, esto causaba una gran polémica entre los pobladores, todos eran prometeos inexpertos con menos de un siglo de existencia se dejaban influenciar por los segundos, el problema siguió creciendo, junto con el la paz se comenzó a corromper, la civilización con el tiempo exigía a ambos lideres que declararan de una vez por todas quien seria el verdadero alto mando, quien seria a quien deberían obedecer y sobre todo, como sabrían que en verdad el tratado era legal, dado a que el tratado para los segundos no valía ni el papel donde estaba escrito. Finalmente, los lideres de la gran civilización acordaron una cosa: "Por motivo de prevalecer con la unión, ambos debemos de dar lo mejor de nosotros por el pueblo, dicho esto, Oldhus, tenemos que casarnos, concebir a un hijo y hecho esto, dar el noticiado de que ambos mientras vivamos tenemos el mismo derecho, cuando nuestro hijo nazca, él deberá de hacerse cargo de la unión como rey y emperador único". ese fue el acuerdo, la boda no fue forzada, ya que con varios siglos tratándose y trabajando juntos ambos habían desarrollado afecto el uno al otro, la unión estaba contenta, era como todo lo que siempre esperaron, el simple hecho de la boda fue una gran idea, todo volvió a establecerse, prevaleció por varios años, hasta que finalmente el momento de dar el ultimo anuncio llego: "Subordinados y vasallos, yo su señor Oldhus estoy contento de anunciar el nacimiento de nuestro hijo en dos lunas mas, él sera el líder supremo de la unión, espero y lo respeten tal y como lo hicieron con nosotros".
Diez días antes del alumbramiento del nuevo prometeo líder de la unión el gran investigador y científico Igned encontró algo raro en los alrededores de la ciudad, huellas miniaturas de un animal desconocido, algo raro para ese entonces, el prometeo siguió las huellas hasta un árbol gigante, en él se encontraba un ser desconocido, con una forma parecida a los críos de los prometeos, lo tomo y lo llevo a casa, todas las noches el pequeño engendro como Igned lo decía, emitía un tipo de cántico mirando hacia las afueras de la muralla, así todos los días por cinco noches seguidas, hasta que por fin eso ocurrió. Al parecer ese pequeño ser desconocido fue una especie encontrada por otros prometeos de tierras lejanas, los criaron para ser semejantes a ellos, los formaron como los prometeos pero con la pequeña diferencia de que ellos tenían un tiempo de vida fijado, eran como prometeos temporales, inteligentes, era algo nuevo para todos, una tribu experimentada llego a salvar a su cría capturada por los prometeos, haciendo sucumbir toda una ciudad, en ese momento asesinaron a Oldhus mientras protegía a su esposa embarazada que intentaba huir junto a los críos y los ancianos de la civilización.

Pasaron los días y al momento del parto Zegna murió, dejando al crió a cargo de una de las ancianas que lograron sobrevivir, ese prometeo, ese pequeño huérfano, el llamado "Rey sin Imperio" siguió creciendo, mientras desde lejos admiraba como la civilización que destruyo a su madre y a su padre crecía y se propagaba por todo el mundo, destruyendo y reclamando los asentamientos de prometeos, exiliandolos de sus propias tierras y dejando a todos en una cumbre de desolación. Paso el tiempo hasta que los llamados Humanos dejaron de reconocer a los prometeos, los olvidaron, tanto como la avanzada tecnología que les mostraron como las barbaries que realizaron contra ellos, la traición de la raza humana contra ellos, y así pudieron volver a vivir y caminar libremente entre ellos, lograron crear mascaras que los hacían parecer humanos, mascaras que cambiaban la tosca piel de los prometeos por la suave manta corporal humana, manteniéndose así ocultos por siglos, hasta estos tiempos. 

—Kabe, ¿tu eras el Rey sin Imperio?, ¿eso fue lo que paso en verdad con los prometeos?— esa historia era diferente a lo que nos contaron en las escuelas y en los laboratorios de Zegna, si esa es la verdad entiendo porque los prometeos odian tanto a la humanidad.
—Así es Phoenix, como ya lo dije Oldhus y Zegna eran mis padres, ellos lograron de alguna manera encontrar la inmortalidad dejando su presencia en los humanos, ellos no los odiaban, tiempo después se descubrió que los prometeos que los criaron y los enseñaron a hacer todo lo que sabían los mandaron a exterminar a las otras tribus, aunque ellos también desaparecieron ante el filo de su propia creación— es por eso que Zegna nunca me ha tratado mal, ella en verdad no desprecia a los humanos, simplemente ahora que su raza se volvió a descubrir quiere que nosotros les demos un alto a la humanidad de mal augurio para finalizar la explotación de su gente.

—Habias dicho que nos necesitabas para algo Kabe, ¿para que nos necesitas?, con gusto te ayudaremos— pronuncie con gran confianza, tal vez era algo imposible de cumplir, aun así lo dije sin pensar.
—Sobre eso, quizá sea algo un poco imposible, necesito que consigan una pieza de tecnología que fue arrebatada de los antiguos prometeos, el fruto de la vida, con él podríamos separar las mentes de mis padres de ustedes y darles un cuerpo propio, así podrían proseguir con sus vidas y yo podría conocer a mis padres, lo que hay detrás de la leyenda, ustedes no saben lo que es nacer sin saber nada de tus padres, solo lo que la gente cuenta, sin en verdad conocerlos...
—Yo lo sé, crecí sin nadie a mi alrededor, nunca supe nada de mis padres, nunca nadie menciono nada sobre ellos, solo aparecí ahí sin ninguna explicación, he sufrido mas que tu, sin ni siquiera saber como vivieron mis padres, sin saber tan solo como eran ni quienes eran— por un momento mi sangre hervía, tenia la impresión de que en cualquier momento terminaría asesinando a Kabe por hablar tan a la ligera.
Lii parecía como si supiese lo que pasaba por mi cabeza, notaba mis ojos llenos de furia y el fuego que pasaba por mi cuerpo, era algo escandaloso que amenazaba mi mentalidad, volverme loco por hablar de mi sin conocerme, no me había pasado desde pequeño, era como una rabieta de un niño, esperaba por asesinarlo en cualquier momento, sin embargo algo en mi decía que no era necesario, el tiempo abarca todo y brinda las revanchas que nunca pudo brindar, el mismo tiempo dicta los parámetros de la vida, ya seas un humano, o un prometeo. Obviamente haríamos eso, era un aliado poderoso, no dejaría eso de lado por un simple disparate, nuestra misión era simple, entrar y salir del complejo Escarlata en el centro del Área X, tomar el fruto y salir de ahí lo mas rápido posible, sin levantar sospechas, sin ser detectados, como nuestra orden lo decía, nosotros adoptamos el nombre que seguía a nuestra hermandad, Elizabeth, Margaret, James, Minji, Yo y ahora Lii estábamos unidos bajo un mismo régimen, "La Orden de las Sombras".

El día que comenzó la misión el cielo estaba repleto de grandes nubes negras, la gente la llamaba la maldición de la bruja del abismo, nombre en alusión a Zegna, la leyenda contaba que cuando la mujer dio a luz a su hijo y al momento de morir, el cielo se lleno de nubes de carbón gigantes, que desprendían cenizas y pedazos de roca carbonizada, a este aterrador y trágico momento, los nativos lo llamaron el Amanecer Oscuro, el momento en que la tierra como la conocían termino, el fin de una era y el principio de otra, el fin del camino...