Prometeo.

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Durante varios años la humanidad se ha hecho solo una pregunta, "¿en verdad existe algo mas aparte de los seres humanos?", teorías conspirativas azotaban la tierra, alienígenas y reptilianos escondidos entre la raza humana, seres que poseían una inteligencia mayor que cualquier persona en el planeta, eso es lo que se pensaba, pocos años antes de la crisis se descubrió una especie nueva, seres capaces de ver el destino de las personas, no un destino incierto, sino el que la misma persona formaba, esos supuestos destinos eran algo que la gente labraba a su propia conveniencia, tus decisiones forman un camino, la decisión correcta tiende a formar mas caminos largos y en variedad, las malas decisiones, no.
Las grandes potencias encontraron a estas especies, sin consentimiento de nadie mandaron agentes expertos a todos los países para atraparlos, esto ocasiono que los demás países se enteraran de su existencia y comenzará una temporada de caza masiva. Se hacían llamar Prometeos, seres que estuvieron aquí antes que el hombre y les enseñaron sobre el planeta, el hombre evolucionó y los traiciono, dejó de depender de ellos, el ser humano comenzó a alzar sus cimientos en la tierra, llegaron a ser mas que solo unos alumnos, la humanidad dejo de ser un simple organismo y se convirtió en una especie dominante, obligando a los que vinieron antes a vivir en las sombras.

Mientras estábamos acampando el viejo Falcón nos hablo sobre el Prometeo de Área X, se dice que se esconde en la ciudad y ayuda a los Espectros a escapar de ella, es una oportunidad perfecta para entrar, pero, comunicar con él sera lo difícil, necesitamos saber por donde saca a los habitantes fuera de los muros. Al parecer sera bastante mas difícil que entrar a Zegna, sin embargo ahora cuento con una pequeña ayuda de fuerza extra, Schatten últimamente ha estado sondeando las montañas en busca de Rick, el maldito escapo tras el ataque del dragón, sin embargo es imposible que desapareciera completamente en tan poco tiempo, es una completa locura.
Mientras que él se encarga de las defensas, nosotros planeamos un ataque, somos asesinos así que el factor sorpresa es nuestra mejor arma, no podemos levantar sospechas dentro de la ciudad, el primer plan era un ataque directo, pero en nuestras condiciones después de hace un par de noches todo cambio, de cuatro grupos de diez personas llegamos a un grupo, de solo dos... Lii y yo, un espectro y una guerrera, con el armamento necesario seria suficiente, sin embargo el escaso material que teníamos no bastaba ni para armarnos a nosotros dos, ¿como podríamos lograrlo?.
—Existe algo llamado "El Mercader", es un navío como el nuestro tripulado solamente por militares, cada día mandan un número variable de esclavos de Zegna hacia Área X, podríamos abordarlo amo— no me creía lo que estaba pasando, Schatten se mostró ante los demás y pronunció palabras que salvaron la gloria de la misión, era una gran idea, el problema seria abordarlo, aunque ellos no conocen nuestros rostros.
—¿Enserio tu fantasma hablo?, eso es anormal, suficiente tengo con que se pare por ahí a vigilarnos— dijo James en tono de desaprobación, al parecer no le agrada Schatten, para nada.
—Tal vez el fantasma tenga razón, es una gran idea, mi hija y Phoenix abordaran ese navío, se mezclaran entre los esclavos e intentarán escapar  del campo de concentración enemigo, es una misión suicida pero ustedes pueden hacerlo— el viejo Falcón hablo sin mas, sin dudar en sus palabras, quizá esta descuidando un poco la seguridad de Lii, ¿le importa mas la misión que su propia hija?
—Por mi perfecto, si yo decido que esta bien entonces Phoenix igual estará de acuerdo, Schatten, explicanos la vestimenta de los esclavos, necesitamos mezclarnos, además tu y Wire tendrán que entrar por sus propios medios— pronunció Lii con demasiada confianza, parecía tener miedo, pero no sucumbiría ante un reto tan pequeño, además parecía entusiasmada.
—La vestimenta es muy neutral, es como la que usaba el amo cuando vivía en Delta, esas feas chaquetas grises y pantalones negros con una D roja en la espalda junto a una calavera— Schatten recordaba cosas que yo había olvidado hace ya varios años, esos uniformes eran fáciles de hacer, el principal problema sería ocultar nuestro color de ojos y cabello, eso nos delataría demasiado rápido.
Durante dos semanas vigilamos el comportamiento del navío, cada día era lo mismo, llegar con un numero variado de aldeanos, pasarlos a una carabina todo terreno y llevarlos al campo de concentración, quien sabe que cosas impensables harán en ese lugar.
—Phoenix, el día se acerca, quisiera pedirte que cuides de mi hija, suele ser bastante preocupante, sin embargo es buena chica y no la quiero perder, no te lo ordeno, te lo pido como un padre preocupado— nunca había oído a Falcón hablar así, el no era Falcón, sino el señor Thunder, el padre de Lii.
—Aunque no lo hubiera mencionado lo tendría que hacer Falcón, yo tampoco quiero perderla, no quiero tener que cargar esa culpa— fue lo único que mi boca logro pronunciar, eso y nada mas.

Al fin el día llego, la vieja de la tribu tinto nuestro cabello con minerales de las cuevas, el tinte no duraría demasiado, para fines de excelencia en el plan tuvimos que ponernos esos uniformes tan incómodos, recordé lo que sufrí ahí, era irritante, pero no podía mostrar debilidad ante mi familia, mucho menos ante los guerreros, niños, jóvenes, adultos y ancianos de la tribu Scar, la tribu que nos acogió y nos valoro al derrotar al dragón, eramos sus héroes, los héroes no temen.
El plan se siguió a pie de la letra, Schatten con ayuda de Wire crearon una tormenta de arena ante el navío, logramos entrar en él, era mas grande de lo que esperaba, la gente mantenía la mirada baja, elevaban oraciones ante sus ídolos y pedían perdón por todo. El traslado fue agotador, ese navío era bastante inestable e incomodo, las carabinas eran mejor y mas rápidas, se notaba la diferencia de caminos, nos llevaban en grupos de ocho por carabina, era algo llamativo ver como la gente lanzaba comida y heces hacia el convoy que transitaba en la ciudad, era una oportunidad de oro, la gente odiaba al gobierno, podríamos usarlas para comenzar una revolución desde dentro y así disfrazar nuestro objetivo, asesinar a Henry, ese era el plan.

Viajamos durante horas dentro del complejo, hasta que por fin llegamos a una estructura gigante, nunca había visto algo así, tal vez deberíamos escapar antes de entrar, pero aunque lo intentará no podría, las paredes de la carabina eran gruesas y no contábamos con armas, además Schatten y Wire estarán ocupados de camino hacia acá, ambos pueden hacerse invisibles a los ojos humanos, solo los modificados podemos verlos en ese estado. Las puertas de aquel gran cuadro se abren mostrando cientos de celdas y prisioneros pidiendo clemencia, era abominable ver a todos esos prisioneros casi muertos de hambre, llenos de heridas y de terrorífica apariencia, por suerte a Lii y a mi nos toco en la misma celda, junto con dos personas mas, dos chicas de los distritos Delta en Zegna, eran pequeñas, una tenia doce y su hermana catorce tal vez, durante la primera noche un viejo no paraba de hablar sobre los alienígenas que entran por la puerta y se llevan a una persona al azar, al regresar no es la misma, sino que toma una actitud agresiva y al mismo tiempo vacía, no les importa nada, a él no le había tocado, pero ya lleva demasiados meses aquí.
Todo lo que escuche era cierto, una noche me mantuve despierto mientras que Lii dormía junto a Eve y Dania, dos hombres con trajes para radiactividad se llevaron a una pequeña chica que dormía junto a la puerta de la celda, pasaron justo frente de mi, pero no se percataron que estaba despierto. Cuando se fueron sentí un gran alivio por primera vez no pasaba nada malo, me decidí a descansar un poco.
—Hola, así que ustedes son los elegidos, vaya si son bastante diferentes de los demás, vamos tenemos que irnos— un hombre con un traje igual a los otros dos apareció ante mi en un abrir y cerrar de ojos, abría la celda en total silencio con un aparato raro —Perfecto, esta abierto, despierta a tu amiga y a las dos niñas, los veré tras esa puerta, rápido—
Hice lo que dijo, Lii desconfiaba y las niñas tenían miedo, sin embargo nos dirigimos a la puerta y ahí estaba él esperándonos con ropa de científicos y dos sillas de ruedas.
—Ustedes dos deberían tomar la ropa de los científicos, se ven como unos, y mas por la cara de poker que tienen, las niñas ponganse esa ropa de pacientes y suban a las sillas, yo los escoltare, si alguien pregunta vamos al tiradero, ellas murieron y debemos tirarlas— el hombre había planeado todo, ¿lo envió Falcón?, ¿algún contacto dentro de la Área X?, quien sabe, pero no creo que sea una coincidencia, esto esta planeado a detalle.
—Muchas gracias, nosotros somos...
—Lo sé, Phoenix Azrael y Lii Thunder, les vi en un sueño así que vine a salvarlos, el plan que hacías hace un momento los llevaría a la muerte, soy un gran aliado, ustedes pueden hacerme algunos favores y yo les seré fiel hasta el fin— me interrumpió y sabia nuestros nombres, ¿es alguien de la sede en Nipón Island?, el único problema es, ¿como sabe de mi plan?, no lo dije a nadie solo lo pensé.
Salimos y había un vehículo esperándonos afuera, dentro había una mujer grande, era lo suficientemente grande para ser nuestra madre, entonces él se quito el traje y se vistió de otra manera, nos dio ropa y sugirió que hiciéramos lo mismo. Él era moreno, alto de un cabello castaño oscuro, tenia ojos anormales, ojos amarillos que ocultaba tras unos lentes oscuros, subimos al auto y emprendimos viaje hacia quien sabe donde, solo teníamos el alivio de salir de ahí, y al parecer Lii tiene dos nuevas amigas, esto va bien, pero quien es este tipo.
—Por cierto, disculpen por no presentarme, pero la situación no daba oportunidad, mi nombre es Kabe Amstrong, no soy alguien de la Sede si eso es lo que piensas, soy un Prometeo, y los buscaba a ustedes, el portador de Zegna "La Diosa de la Guerra", y la portadora de Oldhus "El Dios de la Paz", los dos Prometeos legendarios que murieron en función de crearme, mis padres.

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