Capítulo 4 - 'Pasajero

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Pasó por ella muy temprano. No le había comentado a dónde la llevaría. Tenía planeadas algunas cosas y lo demás surgiría después.

–Justo hoy, al tomar el móvil recordé las buenas canciones que escuchaba– inició una pequeña conversación.

– ¿Ah sí? ¿Cuáles?–cuestionó ella.

–Ven acá–la acercó a su regazo al tiempo en el que le extendía uno de sus auriculares.

Ella se recargo sobre su pecho y con una sonrisa en el rostro lo tomó entre sus brazos.

"Two people become one

I can feel it

Two people become one"

–Me agrada–le susurró.

–Lo sé, son muy buenas.

Lo miró a los ojos y en ellos se reflejaba un destello indescriptible. Joder, la amaba demasiado.

–Maldición, te amo tanto–le dijo.

Se apartó de él. Lo contempló.

Los primeros rayos del sol atravesaban la ventanilla y brillaban sobre sus cabezas, era una magnífica mañana y el resto del mundo giraba a su alrededor.

Sin más, sin presión, sin miedos y con todo lo bueno del mundo lo besó. Justo como en la canción se volvieron uno y ambos lo sentían.

Aquella sensación recorriendo todo el cuerpo como una especie de descarga los apoderó. El tiempo dejó de existir y nada importaba más que tenerse el uno al otro.

Se trataba de un beso que jamás podría olvidar, tan tierno y apasionado. Difícil de dejar. Si, era una especie de droga.

–Te amo–se escuchó decir en una pausa.

–Eres lo mejor que me ha pasado, no sé cómo haré para dejar de pensarte en los siguientes días.

–No tienes que. Nadie ha dicho que debas dejar de hacerlo–selló esto con un beso en la mejilla.

Seguían su curso. El mundo seguía e iban camino a su destino.

Austin tenía una gran idea. Aquel día en la playa debía ser increíble.

– ¿Tienes algo en mente?

–Por supuesto que lo tengo–se escuchó decir.

Había contado con un par de horas para prepararlo todo y recordar la manera en la que había comenzado el día con ella le hacía sonreír.

–Cierra los ojos–le dijo al llamar a su puerta.

– ¿Es necesario cerrarlos?

–De eso se tratan las sorpresas–mencionó entusiasmado.

Mientras Shirley estaba de pie frente a la puerta ahora abierta de su departamento, en la espera de la sorpresa. Austin tomaba un ramo de rosas y una cajita pequeña que había dejado a un lado de la puerta a fin de que no los viera al abrir.

–Ábrelos.

Al instante quitó las manos de sus parpados y lo miró sosteniendo el regalo en sus manos.

–Por Dios, son hermosas–dijo agradeciéndole con un beso en la mejilla.

Tomó las flores y Austin sacó de la cajita un brazalete que colocó en su muñeca.

– ¿Te gustó?

– ¡Por supuesto! Es increíble.

– ¿Estas lista?

–Creí que nos quedaríamos en casa viendo películas y comiendo helado.

– ¿Bromeas? –expresó con un semblante divertido.

–Claro que bromeo, tú no eres así.

–Absolutamente no.

Se acercó a ella y la besó por unos minutos. Ninguno quería apartarse, aquella sensación de sentirse amado era indescriptible.

–Vamos.

Salieron de aquel lugar, ambos lucían increíblemente sorprendentes.

– ¿Y bien, qué haces los lunes?

–Siempre cosas distintas pero esta vez todo lo he pensado para ti. Primero iremos a ver una película que desde que supiste iba a estar en cines has estado deseando poder verla.

–Debes conocerme bastante–sonrió.

–O debiste haber hablado mucho sobre ella.

–Definitivamente creo que es la segunda opción.

Ambos rieron.

–Un amor pasajero ¿crees en ello? –habló Austin en relación a la película que habían visto.

Ella lo pensó por un momento al tiempo en el que bebía su malteada. –No lo sé, creo que puedo comprenderlo, ¿sabes? El amor puede ser pasajero pero no quiere decir que nunca llegues a sentir nada por la otra persona. Tal y como pasó en la película, ambos estaban enamorados y pasaron buenos momentos juntos pero su destino, o como quieras llamarlo, no era estar juntos. Entonces fue pasajero.

–Sí, puedo estar de acuerdo. Aunque me causa conflicto pensar que pueda llamarse amor cuando uno de los dos se olvida del otro por encontrar a alguien más.

–El amor es amor en cualquier situación. No importa si dura mucho o si dura poco, al final se trata de amor. ¿Me dirás que nunca te enamoraste de Cloe? ¿No fue amor por haber durado poco?

Lo pensó, sabía que tenía razón. El amor no se media en tiempo, sino en el sentimiento que ambos tenían.

–Tienes razón–dijo al recordar lo que había pasado tiempo atrás, –No puedo negar que tienes toda la razón del mundo. Aunque el terminó 'amor pasajero' lo hace ver muy mal.

–En eso si concuerdo contigo–. Finalizó.

El resto de la conversación fue sobre la gira de Björn y algunas trivialidades.

El parque de diversiones era el siguiente paso. Subieron a diversos juegos, en algunos repitieron la aventura por la adrenalina adquirida.

Risas en todo momento, caras graciosas y un par de fotos nunca faltaron durante su estancia por el lugar.

–Sin duda amo los lunes. ¿Así te diviertes en estos días?

–Sí, bueno. No todos son así de divertidos y mucho menos sin ti.

LUNES 3 (Nuevo comienzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora