Capítulo 21 - 'Shirley y Caleb'

19 2 0
                                    

Leyó y releyó la nota una y otra vez. Le asombró el hecho de que siguiera en la ciudad y situandose sobre el borde de su cama pensó en las razones por las que debía o no debía ir.

-Aquí estas-la sobresalto una voz entrando a la habitación.

Al instante escondió la nota debajo de la cama.

-Si, estaba algo cansada.

-¿Cómo sigues? ¿Qué te ha parecido el segundo concierto?-decidió cambiar su pregunta.

Dirigiéndose hasta ella, se sentó a su lado.

-Bien, digo fue excelente. Una experiencia increíble.

Tomándola ligeramente del mentón la giró hacía él.

-Hey, ¿estas bien?

-Si...yo, solo pensaba...

Acariciando su rostro, la miró a los ojos deseando borrar aquel dolor.

Eso haría.

-Aún piensas en él ¿no es así?

Intentó parecer imparcial y sonar despreocupado pero no lo logró del todo.

-Si, algo. No sé, es como si no hubiera querido venir. Como si lo hiciera por obligación...y encima sus malditos reproches injustificados.

-Mira, te diré algo. Solo tómalo bien, no lo pienses demasiado-sin apartarse de ella comenzó a decir-: Hay cosas en la vida que suceden por algo. A veces nos pueden parecer injustas, incluso podemos negarnos a aceptarlas pero ya están, ya han ocurrido y no nos queda más que hacernos a la idea.

Shirley escuchaba con atención mientras Caleb la tomaba para reconfortarla con un abrazo.

-El amor puede llegar a ser pasajero, otras veces es confuso y extraño. Puedes llegar a creer que es el indicado o la indicada y si, puede ser cierto pero en el peor de los casos simplemente sera una buena experiencia por recordar.

Volvió su mirada hacia ella.

-A veces, puedes llegar a tener a la persona indicada más cerca de lo que crees...existirá un amor más fuerte que te hará volver a creer, habrá alguien que dará todo de si, que se entregará por completo, que curará las heridas y unirá las piezas rotas. Lo hará con demasiado cariño y delicadamente que cuando menos te des cuenta...habrás encontrado al indicado.

Colocandole un mechón de cabello detras de la oreja, aprovecho la ocasion para acercarse aún más.

-... A veces, puede llegar a ti en el momento menos esperado, puede llegar resplandeciente y ser todo un poema para los ojos. Llegará a ti y te preguntarás Dios ¿por qué has mandado a alguien tan jodidamente perfecta? ¿Cómo es que puedo llegar a enamorarme de alguien con tan solo verla por primera vez? Y ese latir, esa sensación que jamás en la vida había tenido.

Tratando de ocultar aquel frenesí en su corazón continuó.

-...Y sin embargo sabrás que todo irá bien, que pase lo que pase ya la has amado y sabes...en ese instante agradecí infinitamente que estuvieras ahí, no me importaba lo que había pasado o las rozones por las que estabas frente a mí, no pude hacer más que sonreir y decir: Gracias, Dios.

La mirada de Shirley se había trasformado. Un cosquilleo inundo todo su ser. Aquellas palabras le sonaban tan sinceras ante los ojos de Caleb.

-Ahora que se lo que ocurrió, no me arrepiento y no puedo estar más que agradecido por lo que pasó y porque el destino nos hubiera traido hasta aquí porque desde aquel día juré amarte aún si estas conmigo o no.

Sin pensarlo un segundo más, la tomó entre sus manos y la besó como tanto había imaginado: con amor y delicadeza cuidó cada parte de ella, moviendo sus labios en sincronia y sintiendo ese cosquilleo en el estomago, sonrió para sus adentros.

El resto del mundo había dejado de existir, el tiempo careció de importancia y una chispa se volvió a encender.

Vaya que amaba aquella sensación. Era mejor de lo que había pensado. Shirley correspondió y Caleb no podía estar mejor.

-Te amo Shirl, no lo puedo ocultar más- expresó al separarse por unos instantes y mirándola fijamente a los ojos esperaba una respuesta.

-No se que decir, todo esto ha sido mucho para mí...

-Lo sé, me basta con que sepas que te amo y que daría todo por ti.

Tras decir esto se acercó de nuevo a ella, tomandola por la nuca y acariciando sus mejillas. Shirley cruzó sus manos alrededor de su cuello, dejándose llevar por la ocasión.

Y ahí estaba, probablemente el inicio de un buen amor o algo parecido.

-Ven, vamos a caminar un rato-le dijo extendiendo su mano hacía ella.

-De acuerdo, pero antes debo hacer algo-mencionó refiriéndose a Austin. Aceptaría hablar con él.

-Irás con él ¿no?-dijo un tanto serio.

-Si, debemos hablar. Tengo que saber por qué hizo lo que hizo y a pesar de tal vez saberlo debo hacer que lo reconozca, a veces necesita un poco de ayuda.

-Por supuesto. Te acompaño.

-Gracias.

Se dirigieron a donde Austin había solicitado. Llegando a escasos minutos para las ocho lo buscaron entre la multitud.

LUNES 3 (Nuevo comienzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora