Capítulo 10 - 'La fiesta' parte I

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Cambió su atuendo por uno más ligero. Buscó sus llaves y llamó a Ryan. No se encontraba en el apartamento pero lo quería en esa fiesta.

-¿En dónde estas?-mencionó por el altavoz-...te veo en la playa, Björn es el anfitrión de una fiesta...seguro, ya voy para allá.

Colgó luego de una afirmación.

Salió de su apartamento y se encontró con una chica espléndida frente a la puerta a punto de tocar.

-Cloe. ¿Qué haces aquí?

-Austin, hola. Venía a visitarlos. ¿Vas de salida?

-Mmm si-se llevó una mano a la nuca-. Hay una fiesta en la playa, el hermano de Shirley nos ha invitado.

-Ah, no lo sabía. Diviértete, nos vemos luego.

-Genial. Me gustaría que fueras pero...

-Lo sé. No hay problema.

-Bien, debo irme. Me esperan.

Se despidió dejándola atrás. Se odiaba por mantener distancia pero era lo más sensato.

-¡Hey! ¿No ha llegado Ryan?-sorprendió a su novia que estaba sentada sobre la arena.

Estaba espléndida.

-No. Pero no debe tardar.

-Vaya, si que son muchos aquí.

-Ni que lo digas. Bjorn era como tu en el colegio. Todos lo conocían y era amigo de muchos.

-Ya lo creo. Esto me recuerda a la fiesta que hicimos.

Ambos rieron. Tal vez él debía mantenerse alejado de este tipo de eventos, al parecer no estaban a su favor. No por ahora.

-Ayúdame a bajar todo del auto, quieres.

-Sólo si prometes estar a mi lado junto a la fogata.

-No podría alejarme de ti.

La tomó de la mano y la guió hacia donde había aparcado el auto.

Dejaron todo en la hielera y Austin se apoderó del sonido por un momento. Eso le encantaba. Walking on a dream comenzó a sonar. Él, moviéndose al ritmo de la música parecía todo un Dios.

-Ven acá-invitó a Shirley a estar con él.

Cantando a todo pulmón unieron sus voces con Empire of the Sun. La fiesta había comenzado. El anochecer caía ante ellos y los invitados seguían llegando.

Algunos bailando, otros en el agua o tumbados sobre la arena. La fogata estaría lista en unos minutos y las bebidas alcohólicas pronto estuvieron en mano de los jóvenes.

El ambiente era increíble. Un lugar donde los jóvenes podían ser jóvenes y en donde la noche jamás tenía fin.

-¿Qué haces?

Shirley lo despojó de su camiseta y corrió con ella, provocando que Austin fuera tras la chica.

La miraba con tal intensidad que parecía amarla inmensamente. Corriendo por la playa, sonreía al observarla divertirse y eso era lo que lo mantenía vivo. Si tan sólo por un momento aquella sonrisa se le apagaba, él no sería el mismo.

La atrapó por la cintura ocasionando una caída sobre ella. Con Shirley frente a él, el cabello alborotado y perfectamente colocado sobre la arena, tomó sus manos para colocarlas por encima de su cabeza.

-Te ves increíble-se acercó para susurrarle al oído.

Y estando de nuevo frente a ella, observó cada detalle en sus facciones.

La besó como si no hubiera mañana. Aquella perfecta sensación se apoderó de los dos. Austin soltó sus muñecas y colocó un brazo sobre la arena teniendo disponible la mano derecha para acariciarla. Al sentirse libre. Shirley elevó sus manos para acercarlo mas a ella tomándolo por el cuello y la nuca.

La música seguía sonando, un poco mas alejada y siempre cambiante pero para ellos ese era un momento en el que se desconectaban del mundo entero.

Un beso sensacional. Demasiado bueno como para no abandonarlo. Respirando en pequeños momentos, estrechando los labios del otro y apoderándose de su alma; definitivamente el tiempo había dejado de existir. Poco a poco comenzó a explorar con la lengua. Si, aquel típico beso francés.

La respiración entrecortada.

Ahora lo tomaba de las mejillas; comenzaba a acariciar su entrepierna y él sin camiseta. Dios.

-Perdona, aquí no-expresó frenético pero sin dejar de besarla.

-Lo sé, no aquí.

No pasarían a más de un beso por más que lo deseáran.

-Entremos al hotel-dijo Austin.

Y ayudándola a reincorporarse corrieron hacia allá. El castaño se colocó su camiseta sólo para disimular y pasando en medio de la multitud fueron a la entrada del hotel.

Continuaron con lo que no habían podido terminar en la arena. Esta vez colocados sobre la cama y con las luces apagadas se deshicieron de su vestimenta quedando sólo en ropa interior.

La sensación del último beso fue reanudada y ella pasó a colocar sus manos sobre el boxer del chico. Colocado en su entrepierna notó su miembro y deseando tenerlo lo liberó poco a poco.

-Te amo-expresó ella.

-Eres lo mejor que me ha pasado-mencionó entre cada beso.

Y ahora sin impedimentos se apoderó con delicadeza de su sexo.

Acariciando cada parte de ella y teniendo cuidado por no herirla. Unieron sus cuerpos el uno al otro. Mejor sensación en el mundo no podía existir.

LUNES 3 (Nuevo comienzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora