Capítulo 15 - 'Confesiones'

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Habían pasado un par de días. El dolor había dejado de ser tan duro pero sin embargo seguia ahí.

Shirley seguía sin comprender lo que había pasado y decidida a saberlo compró un boleto para el primer vuelo hacía el lugar que había dejado atrás.

Sin decirle nada a su hermano mayor, alistó una maleta pequeña y esperó el momento adecuada para escabullirse.

Probablemente Björn se enojaría, probablemente se molestaría lo suficiente como para odiarla por mucho tiempo pero no les importaba. Para ella era mas importante volver con Austin y dejar de lado la gira. Por un maldito capricho de su hermano no dejaría de lado al que sería su amor de por vida.

Salió de la casa y tomó el primer taxi que pasó por el lugar. Miró hacía atrás alcanzando a divisar su auto. Pasarían un par de minutos en lo que se percataba de su ausencia.

Tenía cierta ventaja pero un tanto arriesgada.

-Lo siento, pero podría apresurarse un poco-le dijo al conductor que asintió al instante.

Llegó al aeropuerto apresurandose a ir a su punto de partida. Con suerte estaban nombrando su vuelo y agradeció por ello.

Colocó la maleta en el lugar de inspección y pasó para ser revisada.

La adrenalina corría por su venas.

-Apresurense, apresurense-pensaba una y otra vez.

Sin embargo, al elevar la mirada se encontró con unos ojos furiosos, desepcionados y un tanto tristes dirigiéndose hacia ella.

-Listo señorita, puede pasar.

Pero no le importó lo que escuchaba. No pudo moverse siquiera un poco. Jamás lo había visto asi. Parecía alguien completamente diferente.

-Ven acá- dijo tomándola del brazo con una fuerza considerable. Después de todo era su hermana y jamás se atrevería a herirla.

-Björn yo...

Había llegado ahí luego de buscarla por toda la casa, encontrando una transacción a traves de su tarjeta de credito.

-Señorita, pasa algo. Llamaremos a vigilancia...

No le fue dificil saber hacia dónde se dirigia.

-No es necesario, soy su hermano-respondió con algo de ira.

Y mantenidose firme a la idea, tomó la maleta de la chica guiandola hasta el auto.

-Björn, no quiero irme...Quiero ver a Austin.

-No lo harás. La gira comienza en unos días, no puedes dejarme solo-mintió sobre todo. Quería hacerse el herido, queria quedar como el culpable pero la sola idea lo comía  por dentro.

-Basta Björn-dijo safandose bruscamente de él-. No puedes hacerme esto, eres un maldito imbecil.

-Sube al auto por favor-intentó mantener la paciencia.

Cogió la maleta y la aventó contra el asiento de atras.

-¡Sube ya!-explotó.

-No lo haré.

Corrió de nuevo hacia la entrada del aeropuerto intentando dejarlo atrás. Aunque sus esfuerzos fueron en vano. Él volvio a tomarla, esta vez entre sus brazos.

Y divisando a lo lejos a un par de policias observandolos, dispuestos a ir hacia ellos. La soltó.

-¡Bien, eso quieres! Vete. Pero antes date cuenta del imbecil que tienes por novio. No se trata de un estupido capricho mío. Se trata de él, te ve la cara de estupida mientras hace el amor contigo y cuando te volteas se mete con cualquiera a la que se encuentra-soltó todo sin temor a ser reprendido.

Su mirada se torno cristalina. Subió al auto y lo encendio dejándola sola. No estaba dispuesto a hacer algo de lo cual pudiera arrepentirse después.

Los policías llegaron a donde se encontraba la chica.

-¿Se encuentra bien, señorita?

-Si, yo solo. Discutía con mi hermano-finalizó con cierto dolor.

-Esta segura, puede confiar en nosotros.

-Si, lo estoy. Acaso jamás han visto a una familia discutir...no hay problema. Debo irme.

Shirley matuvo su actitud y sin doblegarse decidió volver a casa. Lo que Björn le había dicho era algo bastante fuerte. No lo creía, no de Austin. Pero su hermano tampoco mentiría.

Su único propósito en la vida era cuidar de ella, desde que tenía memoria eso era lo único en lo que él se enfocaba más.

Contempló la casa por instantes. El auto estaba ahí y aun insegura de entrar movió sus pies a paso lento.

Se dirigió a la parte trasera de la casa y lo miró de espaldas con la guitarra en brazos pero sin el sonido de ningún acorde.

El atardecer estaba por caer. Se había perdido por horas hasta que decidió volver.

-Qué fue eso que dijiste-quiso saber.

Se plantó frente a él y lo miró. Había estado llorando.

Al notar su presencia se abalanzó contra ella para tomarla entre sus brazos.

-Perdoname, no supe cuidarte. No quise decir nada de lo que dije. Pensé que no volverias.

-Lo siento...no sabía que hacer, jamás me dices la verdad solo actuas y...

-Lo sé. No queria herirte.

Apartandose de ella, se sento invitandola a hacerlo también.

-Dime, ¿es cierto todo lo que dijiste?

-No quiero hablar de eso.

-Por favor.

La miró, ya no quería hacerla sufrir pero comprendía que ya bastante le había dicho y que no lo olvidaría.

-Es cierto...aquella noche, en la playa lo encontré besando a otra chica. La sangre me hirvió y no pude permitirlo. Dime, ¿qué más podía hacer?

Se quedo sin habla. Dejó que su propia hermana lo odiara por haberla alejado de él aun cuando no había sido su culpa.

Ahora lo comprendía todo.

-Estas en tu derecho si quieres marcharte...ya no te lo impedire.

-Yo...no se que decir...no quiero verlo. No por ahora.

-Lo comprendo.

Shirley se colocó a su lado y lo abrazó una vez más.

El ambiente estaba mas tranquilo. La noche había caído y pronto una fogata iluminó sus rostros.

Un par de canciones armonizaron el lugar y junto a ellos se unió una voz más.

Caleb llegó con una magnifica botella para pasar el rato y ajeno a lo que había pasado alegró la noche con sus buenas intenciones.

-Shirl...tal vez ya te lo hayan dicho, pero no en este momento ni de esta forma-se acercó a ella susurrandole al oido cuando Björn entró a la casa por un par de cervesas-. Eres la razón por la que me levanto cada mañana desde que te conocí.

Y diciendo esto, le dio un tierno y pausado beso en la mejilla.

LUNES 3 (Nuevo comienzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora