Capítulo 2- I

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¿Un baile?

Llené mi habitación de ropa por todos lados, era sólo una velada del hotel, pero por el dibujo del cartel ya se podía observar que la elegancia en esa noche iba a tener un nivel muy alto. Mi vestuario –después de cambiarlo tres veces- lo llevé a cabo lo más rápido que pude. Al final opté por el segundo conjunto, pero pasaron cerca de 10 minutos dudando si aceptar esa vestimenta o coger otra más formal.

Me vestí con unos pantalones "pitillo" altos a la altura del ombligo, de color blanco con rayas verticales azules, que resaltaban mi figura y hacían ver mis piernas más largas. Una blusa de seda blanca con mangas largas y anchas complementaba los pantalones. Para dar un toque más formal, estrené unos tacones color coral que me regaló mi hermano Manuel hacía ya dos semanas.

Deslicé mi cabello todo a un lado, de modo que dejaría ver la perla que llevaría como pendiente una vez que estuviese lista.

Mi maquillaje no fue muy cargado, así que esa noche además de coloretes, sólo lucía una delgada línea azul que recorría mi ojo por debajo desde el lagrimal hasta el rabillo de este además de un poco de rímel.

Estaba coloreando mis labios con brillo cuando escuché que llamaron a la suite. Supuse que sería mi madre así que abrí un poco la puerta para que pudiese entrar y salí corriendo hacia el baño con los tacones desabrochados y con un alto porcentaje de tropezar y quedarme sin dientes.

- Entra mamá, sólo tengo que atarme los tacones y ya estaré lista.- grité desde el baño. No respondió... "estará en el salón" pensé.

Pasaron unos segundos mientras apretaba, sentada en la cama, la hebilla de mis nuevos zapatos altos. Cuando terminé, caminé hacia la puerta.

-¿Mami?- dije mientras me acercaba a la puerta. La encontré entreabierta tal y como la había dejado.

Me acerqué un poco más para abrirla por completo mientras miraba al suelo con cuidado de no tropezar y caerme.

-¿Por qué no has en-....?- subí la vista y la persona sonriente que me estaba mirando no era mamá, y tampoco tenía mucho parecido con ella la verdad.- Oh, hm... hola Harry, ¿qué haces aquí?- le pregunté al manojo de nervios que tenía delante.

-Hola Hannah.

-¿Y bien?- pregunté a la espera que me dijese qué hacía parado en la puerta de mi habitación, mientras movía mi cabello para ponerme los pendientes.

-¿Cómo estás?

-Muy bien, Harry.- reí.- pero seguro que tú no estás bien si sólo has venido hasta aquí para preguntar cómo estoy.- levanté una ceja sin desvanecer mi sonrisa y él comenzó a reír.

-Bueno, quería preguntarte si ibas a ir a la velada que organiza el hotel.- me preguntó nervioso.

Asentí con la cabeza y di una vuelta sobre mis talones con los brazos abiertos para darle a entender que me había arreglado para ello.

-Estaba preparándome.- dije sonriendo, y para mi sorpresa una sonrisa de oreja a oreja se formó en el rostro de Harry.- ¿Qué pasa?

-Estás muy guapa.- dijo al fin mostrando una sonrisa ladina y hechizante.- Venía a preguntarte si querías ir conmigo.

-Yo...

-Tú...

-S-Sí, sí. Estaba esperando a mis padres, pero ahora les mando un mensaje para decirles que bajen sin mí.

-¿Ibas con tus padres?

-Sí.- "tengo que dejar de responder con monosílabos" me dije.

-Creí que irías con tu novio o algo por el estilo. ¿Vamos?- levantó y dobló su brazo izquierdo para que yo entrelazara el mío. Asentí

-No tengo novio.- negué su suposición mientras cerraba la habitación.

Tras esto me enganché en su brazo y anduvimos por el pasillo sin decir ni una palabra. Yo moría de la vergüenza por estar a su lado, y él sonreía con la cabeza en alto.

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