ÚLTIMO CAPÍTULO - MIEDO (II)

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>> -¿Mi novio?

Esta mujer estaba loca. ¿Yo? ¿Con novio?

La enfermera quitó las flores semi-secas del jarrón de mi izquierda y cambió el agua sucia por otra nueva y limpia.

-Sí... bueno supongo que será tu novio. Todo este tiempo ha estado viniendo un chico a visitarte cada día y te habla y dice cosas muy bonitas... cada semana te trae flores distintas.

Volvieron a tocar la puerta.

-Ya va, ya va...- La enfermera rió mientras salía de la habitación.

Escuché el murmullo de una conversación ajena a mí y luego entró un chico con un gran ramo de margaritas, lirios, nardos y claveles blancos que tapaban su cara.

Se colocó a mi izquierda mientras ponía las flores en el jarrón con agua limpia que había preparado la enfermera anteriormente. Al terminar, se giró hacia mí dejando descubrir su rostro.

-¡¿Harry?!- grité asombrada, con los ojos como platos.

El chico comenzó a llorar desesperadamente y me abrazó tan fuerte que mi respiración comenzó a ser escasa.

Se separó de mí, mirándome con lágrimas en los ojos. Estaba un poco cambiado: más alto, perfectamente afeitado y el pelo con un corte no tan largo como la última vez que lo vi.

-¿Por qué lloras?- pregunté haciendo que riera. Reía de una forma más diferente... y su risa provocó algo en mí, como si no la hubiera escuchado en años.- ¿Qué ha pasado?

-¿A que te refieres?- se acercó a mí, esta vez serio y cogió mis manos.

-¿Dónde estamos?

Se produjo un silencio por su parte. Pronuncié su nombre de nuevo y suspiró mientras acariciaba el dorso de mis manos.

-¿No te acuerdas de nada?- hice una mueca a modo de respuesta. Me acordaba de todo hasta que... espera. Lo último que recordaba era estar con Zane.- ¿Ni del accidente?

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

-¿Qué accidente?- Harry suspiró y rodeó ambos lados de mi cabeza con sus manos.

-Mi vida...- hizo una pausa.- ¿No te acuerdas de aquel viaje a Torquay, por tu cumpleaños?

-Claro que me acuerdo, ahí te conocí y...- cerró sus ojos con un suspiro.- ¿qué pasa?

-No nos conocimos allí... te conocí en el instituto cuando...

-¿Qué? ¡No! Tu tienes tu grupo y yo era tu fan. Estabais de vacaciones y coincidimos en el mismo hotel y un día en la piscina...

-No...- susurró y se tumbó a mi lado mientras acariciaba mi mejilla derecha.- así no fue como pasó... Creo que has olvidado todo lo anterior a tu accidente... En esas vacaciones, en el camino de ida al hotel, había mucho tráfico. Era la primera quincena de agosto y todos salían de vacaciones, juntándose en la carretera coches, motos, camiones, caravanas...

Tragó saliva y paró de hablar. Yo lo miraba atónita, sin creerme el cuento que me estaba contando, y esperé a que siguiera.

-¿Y qué pasó?

-Hubo un macroaccidente... un camión de bombonas volcó y muchos coches de atrás chocaron con él. El pequeño incendio que comenzó en una parte del vehículo llegó a una de las bombonas haciéndola explotar y creando así un efecto dominó. Parecía una película de ciencia ficción.

-Mentira.- repliqué.

-¿Cómo?

-Eso es mentira, Harry. Yo estaba allí y no vi nada de eso.

-No lo viste porque fuisteis vosotros los que sufristeis también el accidente.- dijo, e inmediatamente sentí como todo comenzaba a dar vueltas.- Adriana...- susurró, sin saber a que se refería seguí pensando en por qué Harry se inventaría tal cosa. ¿Y cómo había llegado yo aquí? ¿Cómo me había encontrado?- Eh... Adriana.- volvió a decir y centré mi atención en él, confundida.

-¿Quién es Adriana?.

-Ese es tu nombre...

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