-Daryl.- dijo May, mientras él seguía abrazado a Carol. La conocía hace sólo unos minutos pero ya sentía que la odiaba. Quizá cambiaría de parecer cuando tuviese que compartir más con ella, pero mientras le parecía imposible.
-Casi lo olvido... May ella es Carol. De mi grupo.-
-Lo sé, hace poco estaba apuntándome con un arma.- le lanzó una mirada asesina.
-Lo siento, pero así es como se hacen las cosas. La gente casi nunca es buena, ya deberías saber eso.-
-Tomaré lo que dijiste como una disculpa.-
Los hombres que habían estado acompañando a Carol llegaron corriendo hacia ellos, con las armas en frente. Eran tres, uno delgado y de ojos claros, uno pelirrojo y otro asiático. Todavía no se daban cuenta quién había aparecido entre los árboles.
-¡Rick!- gritó Daryl.
-¡Daryl!- lo abrazó.–Pensé que te habíamos perdido, hermano.- se separaron. -¿Dónde has estado? Te hemos buscado por todas partes.-
-No lo creerías. Nueva York.-
-¿Lo dices enserio? ¿Y por qué, fuiste de compras o algo?- rió.
- Les explicaré al llegar a Alexandría. No quiero preocuparlos ahora.-
-Viejo, ya lo hiciste.-
A la mañana siguiente, después de haber dormido todos en el improvisado campamento de Daryl, comenzaron el viaje de vuelta a Alexandria.
El grupo se dividió entre la casa rodante, el coche de Snoop y el camión.
Rick decidió que acompañaría a May y Daryl para saber un poco más sobre todo eso de "no quiero preocuparlos ahora". Algo le decía que se trataba de un peligro para todos ellos.
-Y bien... ¿me dirás de qué se trata?-
No respondió, quería esperar hasta llegar a la zona segura.
-Daryl, deberías decirle. Hasta yo sé y ni siquiera soy parte del grupo.- dijo la chica.
-Está bien.- hizo una pausa, necesitaba buscar las palabras exactas. Rick se sorprendió por cómo había accedido tan rápido a lo que May le había pedido. "Quizá sólo estoy imaginando." –Una semana atrás, cuando salí en busca de provisiones, me persiguieron hasta que me alejé lo suficiente. Intenté volver pero me encontré con una manada y tuve que seguir adelante. En la ciudad encontré a May, y si no hubiese sido por ella jamás habría sabido lo que voy a contarte. Alguien está planeando atacar la zona segura.- se detuvo. Lo había explicado todo bastante bien y sin muchas palabras.
-¿Qué? ¿Y cómo lo supiste?-
-Enviaron a un hombre para que me siguiera. Y me matara. Unos locos de la ciudad lo encontraron primero, pero los matamos a todos y lo hice hablar. Ya no recuerdo exactamente que dijo, pero estamos en peligro, eso es lo que sé.-
Quedaron en silencio unos minutos. Era mucho en lo que tenían que pensar. ¿Acaso nunca podrían estar tranquilos?
-May, ¿cómo encontraste a Daryl?- dijo para alivianar un poco el ambiente. Su amigo no le había contado nada más, pero supuso que si la chica se había ganado su confianza tan rápido debía ser por algo.
-En una trampa, en medio de cientos de caminantes.- miró a Daryl, había enrojecido un poco. –Estaba llorando.-
-Claro...- dijo sarcástico.
-Bueno... casi. Pero si te emocionaste cuando yo aparecí para salvarte.- dijo con orgullo. Él jamás lo reconocería, pero le daba igual, era cómico ver su reacción. Daryl le dirigió una mirada.