-¿Es muy obvio?-
-¿Tú que crees? No lo hubiese dicho si no.-
Se encontraban fuera de los muros, en el escondite de Carl. Una suave lluvia había comenzado a caer esa mañana, hasta llegar a transformarse en una gran tormenta. Días habían pasado desde la última vez que vieron a May.
-Daryl está muy mal...Esto nunca debió haber pasado.- dijo Carl mientras rompía por la mitad una pequeña rama seca. En un principio, había sentido que la culpable de todo era Mackenzie, pero con el paso del tiempo terminó por convencerse de que los problemas comenzaron en el momento que abrió la boca, decidido a contarle la verdad a la chica. –No sé qué hacer.-
-No debes hacer nada, sólo reconocer lo que es obvio. May ya debe estar muerta.- Céline insistía en esa teoría. Sin duda, no había visto las cosas que May era capaz de hacer, ni tampoco de su fuerza. –Es lamentable pero es lo normal así como son las cosas ahora.-
-Ella no es cómo tú sigues pensando. La chica que era amiga de tu hermana allá en la ciudad.- sacudió la cabeza. –Es incluso mejor que yo, muchísimo más. Es la versión femenina de Daryl. No puede estar muerta.-
Truenos sonaron y el viento sopló más fuerte. Carl tuvo que sujetar su sombrero para que no se volara.
-Volvamos.- se sacudió el barro de los pantalones.
-Carl, espera.- lo sujetó de la mano. –Necesito preguntarte algo.-
-¿Qué es?-
-Quiero que me digas si... hay alguna posibilidad para nosotros dos.-"¿Por qué me lo pregunta?" pensó Carl asombrado de lo directa que era la chica.
-Céline... mira, cuando llegaste estaba decidido a intentar algo contigo. Pero no lo sé....- hizo una pausa ya que necesitaba ver la reacción de la chica antes de seguir hablando. Estaba escuchando tranquilamente, siguió. -simplemente el tiempo lo dirá.-
-Está bien. Lo entiendo.-
-Ahora... ¿nos vamos?-
-Hay algo que debo hacer primero, quiero practicar aquí fuera, así que ve tranquilo. Yo me quedo.- Carl la miró extrañado. –Volveré en un par de horas.- siguió observándola. Su padre lo mataría si supiese que estaba dejando a esa chica sola en el bosque. Ni siquiera sabía si era buena defendiéndose.
-Está bien. ¿Tienes arma?- la chica asintió, llevaba una en su cintura.
Rick y Daryl tampoco estaban en la zona segura. Habían salido para seguir con la búsqueda.
-No queda ningún rastro. La lluvia borró todo.- dijo Daryl tocando el suelo. Se llevó una mano a la barba que había vuelto a crecerle y después se rascó la nuca con preocupación.
-Debemos seguir.- le dio una palmada en la espalda. Su amigo había estado los últimos días sin dormir ni descansar. Por lo menos, pudo convencerlo de volver a la zona segura cada vez que caía la noche. –No puedes rendirte.-
Daryl se sentó con la espalda apoyada en un árbol y luego escondió la cabeza entre las rodillas.
-Necesito que me digas sinceramente qué crees que pasó con ella. Si piensas que está viva o muerta.-
-Viva.-
-Yo también.- respiró profundamente. –Puedo sentirlo.- se imaginó a una May sudorosa y cubierta de sangre, con una manda persiguiéndola. Se estremeció y golpeó el suelo al pensar eso.
-¿Crees que si la encuentras te perdone?-
-No me importa si me perdona o no. Quiero saber que está viva. Quiero verla y poder tocarla.-