-¿Qué haces?- dijo Leon tocando el hombro de May que caminaba a paso rápido hacia la mansión. La chica se dio la vuelta con brusquedad y lanzó un golpe que el rubio fue capaz de detener con habilidad. Estaba extrañado. Parecía no haber reconocido su voz. Parecía tener miedo. –May ¿Qué demonios...? ¿Qué bicho te picó?- ella suspiró aliviada. Había pensado que se trataba de Mitchell.
-Lo siento... me asustaste.- llevaba una mano en la espalda. -¿Qué haces aquí?-
-Doy vueltas. Estoy nervioso por mañana y no puedo dormir.-
-Ya veo. Deberías tomar un vaso de leche tibia. Mmmm, quizá podrías decirle a Iris que la caliente por ti.- bromeó y el chico enrojeció.
-Muy graciosa. ¿Y qué haces tú?- preguntó alzando una ceja.
-Lo mismo.- Leon apretó los labios, no estaba muy convencido.
-¿Qué llevas ahí?- señaló su espalda.- ¿Acaso estás escondiendo un vaso de leche?-irónico, alargó el brazo, quitándole lo que parecía un papel doblado y comenzó a observarlo. Era un mapa.
-Dámelo.- intentó recuperarlo pero Leon lo impidió.
-¿De dónde lo sacaste?- el chico examinaba detalladamente la hoja, notando que habían varios puntos en él que estaban destacados de color rojo. Comunidades, sospechó.
-De casa de Jesús.- Había sospechado que su amigo debía tener algo así en su casa, algo que lo ayudara a recordar dónde estaban las comunidades más cercanas. Y eso era exactamente la ayuda que necesitaba. Debía tener un plan bajo la manga por si las cosas salían mal con Mitchell durante la excursión y necesitaba escapar.- Rick... me lo pidió.-
-¿Ah sí? ¿Y es por eso que te tomaste la molestia de venir de madrugada? Tu responsabilidad me mata.- Aparte de ellos, no había nadie más despierto en Hilltop. Su grupo dormía también. Pronto, al amanecer, saldrían de la comunidad para ir a buscar las armas.
-No seas idiota. Lo había olvidado sólo eso.-
-May.- Leon cruzó los brazos. -¿Qué está pasando? ¿Estás planeando escapar?- soltó un gruñido. –No creas que no he notado que has estado rara.-
-No es cierto. – decirle la verdad no le sonaba como una buena idea.
-Soy tu amigo. Sabes que puedes decirme.-
-Es ...complicado.- Leon estaba a punto de abrir la boca. –Es algo difícil...-
-Puedes contar conmigo, para lo que sea.-
-En esto no.- Leon suspiró. –Lo siento, debo irme.- y arrebatándole el mapa de las manos salió corriendo hacia la mansión.
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-Me sorprende en lo que puede llegar a convertirse una simple niña hoy en día.- opinó Ezequiel mientras Daryl contaba su historia. –Pero ¿no intentaron negociar con ella?-
-¿Hablas enserio? ¿Y que nos volara la cabeza?- respondió el arquero irónico mientras probaba la nueva ballesta que habían conseguido para él.
-Quizá actuaba bajo presión.-
Estaban en un pequeño patio, rodeado de flores y algunos árboles frutales. Solos, contando también a la majestuosa tigresa, mientras el resto del Reino y Jesús dormían.
–Con esa gente no se negocia. Si los tienes frente a ti sólo debes jalar el gatillo.-
-No comparto tu opinión.-