May se encontraba ordenando sus libros cuando alguien tocó la puerta.
-¿Puedo entrar?- era la voz de Daryl.
-Pasa.- se dio la vuelta y limpió el polvo de sus manos en la ropa.
-Creo que son las últimas.- dijo mientras dejaba dos grandes cajas de cartón en el suelo.
-Gracias. Lo siento por hacer que trajeras mis cosas. ¿Quieres propina?- rió.
-No es problema.- hizo una pausa.- Vine para decirte que con Rick saldremos a explorar a los alrededores. Volveremos antes de que anochezca.-
-¿Tan rápido? Llegamos hace como...- miró su reloj. –tres horas. ¿Es por lo que le contaste sobre ese hombre que te siguió y todo eso?
-Quiere encontrar cualquier pista sobre ese grupo. Le preocupa que sepan tanto y que nos hayan estado observando sin que nos diéramos cuenta.-
-Eso es cierto, es muy peligroso.- se colgó un cuchillo en el cinturón .-¿Puedo ir con ustedes?-
-No.- lo miró con rostro de sorpresa, hubiera apostado que le diría que sí
-¿Por qué no? Tú sabes que soy muy buena luchando.-
-No conoces el bosque.-
-Tú no conocías Nueva York y no te dejé encerrado, además... no es que vaya sola, voy a estar contigo.- casi lo olvidaba.- Y con Rick.
-Dije que no irías.- y se fue del departamento, cerrando la puerta tras él.
"Maldito" .La chica lo persiguió gritando.
-¡Daryl! ¡Daryl Dixon! ¡No puedes impedirme que vaya!-
-Sí que puedo.- Y no dijo nada más.
No era que no supiera lo buena que May era para luchar, pero era mejor no arriesgarse. Nada le sucedería si se quedaba en la zona segura, pero si no, eran muchas las posibilidades.
Rick lo estaba esperando en las puertas. Comenzó a caminar más rápido dejando a May detrás.
-Vamos rápido.- le dijo a su amigo. –No puede ir con nosotros.- Rick lo miró extrañado, esa sobreprotección por su parte no era típica de él, y eso que lo conocía bien. -¿Qué? No puede. Es peligroso.-
-Yo no he dicho nada.-
-¡Rick!- la chica corría hacia ellos con el arco al hombro.
-Mira...-dijo apuntándola.-Un caminante.- rieron. –Vamos.- le dio una palmada en la espalda y salieron corriendo hacia las puertas.
-Abraham, no dejes que May salga.- gritó Daryl una vez fuera.
Y las puertas se cerraron.
-Déjame salir.- dijo la chica.
-No puedo, si lo hago, Daryl al volver me pateará el trasero.-
-¿Qué diablos le sucede?- dijo lanzando una pequeña roca al estanque. –Yo nunca impedí que hiciera nada.-
Sintió pasos tras de ella. Sin pensarlo, sacó el cuchillo y se dio la vuelta.
-Heyy ¡tranquila! Soy sólo yo.- era Carl.
-Me diste un susto horrible.- guardó el cuchillo en su cinturón. –Creo que voy a necesitar unos días para volver a vivir "normalmente".-
-Tómate tu tiempo, a todos nos pasó lo mismo. Sólo preocúpate de seguir practicando.- tomó una roca del suelo. –Te escuché hablando sola, ¿qué pasó?- la chica enrojeció. "Debe pensar que estoy loca"
