Depredador misterioso

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Sorprendida observo detenidamente el lugar de donde había venido, pero no había nadie, me acerco a la flecha y noto que en un extremo de ella hay una nota, con cuidado la desdoblo y me pongo pálida al leer esas tres palabras.

                                                                          "Te estaremos vigilando"

¿Quiénes? ¿Cómo? voy lo más rápido que puedo a mi arco, saco una flecha del carcaj, la coloco y tenso, volteo a todas partes buscando alguna otra señal de movimiento, pero no hay nada, por unos momentos sigo en guardia para asegurarme, después, convencida de que no hay peligro bajo el arco y siendo precavida e intentando no hacer mucho ruido, recojo cuidadosamente todas mis cosas, pensando que cuanto antes me alejara de ese lugar, estaré más segura, porque a pesar de no encontrar a nadie sigo sintiendo que me observan, además tengo que encontrar alguna fuente de agua cuanto antes, sino moriré deshidratada. Empiezo a caminar entre las rocas, intentando no tropezar con ellas, o intentando no chocar con los frondosos árboles , además antes de partir coloco un circulo de rocas alrededor del árbol para saber que si me topo con el estoy andado en círculos, además es el único lugar que me siento un poco más segura, primero con cuidado , pero después de media hora camino con más seguridad, llevo buscando el agua todo el día sin encontrar ni un rastro siquiera, estoy agotada, deshidratada y con los pies magullados de tanto caminar, veo que pronto anochecerá, rendida busco un árbol en donde subirme para por lo menos, descansar unas cuantas horas, trepo un árbol e intento dormir.

La mañana siguiente no es que me encuentre muy bien, pues estoy sucia, llena de tierra y moho, me duele la cabeza y siento todo girando, cierro un momento los ojos y cuando los abro me ruge el estómago, entonces decido comer un poco de los frutos secos que tengo en la mochila, los saco y como unos cuantos de poquito en poquito, para ver si se me quita el terrible dolor de cabeza, cuando se me pasa un poco, salto del árbol, sintiendo otra vez ese terrible calambre que me pasa desde las puntas de los pies hasta cada cabello. Después de ese pequeño desayuno y las ultimas gotas de agua que me quedaban en el frasco de metal, empiezo a buscar de nuevo por todas partes, desesperada, pensando en lo poco que duraré sin esa agua, atravieso el bosque olfateando el aire en busca de ese singular olor a tierra húmeda y hundiendo mis dedos en la tierra cada pocos metros, pronto me canso de caminar y me echo, rendida, en la húmeda hierva, la masajeo un rato ...un momento...es hierva húmeda y eso significa...¡agua! Me levanto y empiezo a caminar buscando agua, voy tocando la tierra cada poco tiempo y lo siguiente que veo es un gran lago, aliviada corro hacia él y antes que nada , observo si está limpia, el agua es cristalina de un azul claro, la pruebo y está deliciosa, saco el bote de agua y lo lleno hasta el tope, bebo sin parar hasta quedarme llena de pura agua relleno de nuevo el bote, lo cierro, y lo guardo en la mochila, me quito los pantalones y la blusa llena de lodo y me sumerjo en la tibia agua hasta el fondo, con mis mano, froto todas las partes de mi cuerpo hasta que estén libres de cualquier rastro de barro o alguna otra suciedad, mientras me voy quitando la suciedad de los brazos veo que cuando cae una cascara de suciedad el agua se mancha por el lodo pero instantes después un vapor sale del agua, justo en el pedazo donde callo la cascara y cuando volteo a ver otra vez el agua está totalmente limpia de nuevo, impresionada me froto con más fuerza para que caigan más cascaras , para volver al observar ese fenómeno, cuando acabo con mi cuerpo, hago lo mismo con mi cabello, intento lavarlo lo mejor que puedo quitando con cuidado todas las hojas y la tierra de él , desenredando mi cabello y hundiéndolo en el agua, al terminar lo exprimo y salgo del agua, lo siguiente que hago es lavar mi ropa y mientras se seca, me pongo el cambio que hay en la mochila. Cuando la ropa está totalmente seca, mientras la guardo, escucho un sonido, así que me desplazo lentamente hasta alcanzar el arco y saco una de las flechas, la coloco y al escuchar el nuevo crujir de las hojas lo tenso, llevando la cuerda a mis labios, apunto al lugar de donde viene el movimiento y cuando veo unos ojos disparo.


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