Perdiendo el control

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me rindo" pienso ya agotada, unos segundos después se me empieza a emborronar la vista, veo cómo unos arbustos se mueven e Iván sale disparado de los árboles, con la respiración agitada y sus brazos llenos de ramas, al verme abre los ojos asustado, las suelta al instante y corre hacia mí, se agacha, me sacude los hombros y cuando volteo ve toda mi cara chamuscada al igual que el césped y una que otra rama.


-Que te ha pasado! He escuchado tus gritos y corrí hacia acá- Dijo asustado


-No lo se, sólo empecé a perder el control y después estaba quemando todo.- dije en susurros, me sentía muy débil, y sentía que ya se me estaban cerrando los ojos.


-Mejor hablamos adentro- dijo con voz suave y preocupada.- Puedes caminar?


Asiento e intento levantarme con su ayuda, al instante de ponerme recta un calambre pasa por todos mis músculos, luego los siento dormidos y caigo de nuevo, el no me dice nada y sólo se agacha, pasa un brazo por debajo de mis rodillas, otro por mi espalda y me levanta, intentó hablar para decirle que me baje, pero a pesar de que mueva los labios, ningún sonido sale de ellos, a lo mejor es una ilusión mía y ni siquiera abrí la boca, solo descanso la cabeza en su hombro, el me lleva despacio entre los arboles y piedras hacia el interior de la cueva de nuevo, camina hasta donde estaba la hoguera, me deja en el suelo con cuidado, se acerca y me susurra:


-Ahora vuelvo, voy a por las ramas- yo sólo asiento y cierro los ojos, todo el cuerpo me duele, cada milímetro y cada espacio de mi interior está entumecido, cuando cierro los ojos recuerdo la voz diciéndome -" jugar con fuego es malo, Verónica, no deberías hacerlo, podrías causar daño e incluso la muerte"- "debí haberle hecho caso a mi conciencia o fuese lo que fuese, tenía razón "-pienso en silencio. "necesito controlarlo, no puedo perder la conciencia siempre o acabaré dañando a otras personas o incluso matándolas"- ese pensamiento hace que mi cabeza empiece a llenarse de miedo, sólo con pensar en lastimar a personas inocentes o incluso seres queridos no lo puedo aceptar, tengo que controlar esto de una u otra forma...


Después de unos minutos con los ojos cerrados escucho unos pasos cerca, abro un poco los ojos y veo a Iván dejando las ramas a un lado mío apilados en una pequeña montaña, luego se acerca a mi y me dice:


-Crees que puedas hacer un poco de fuego, ya se que ahora mismo es mucho pedir pero es que yo no se hacer fuego y necesitas calentarte o te morirás de frio.


Asiento, levanto una mano lentamente y la acerco a la montaña, cierro los ojos y concentro la energía que me queda en la mano, abro los ojos y veo crepitar llamas de mis manos, rozó la madera con mi mano y el fuego empieza a esparcirse de mi mano a la madera, engulléndola poco a poco a hasta que está completamente rebosante, dirijo mi mirada a Iván y observo que esta contemplando las llamas embobado, eso me hace levantar un poco las comisuras de mis labios hacia arriba, el cambia de posición y me mira detenidamente, así nos quedamos unos segundos hasta que dice:


-O, no me acordaba, me encontré esto entre las ramas, alguien lo habrá dejado, quizás nuestro ayudante secreto- dice sonriendo y sacando de su bolsillo un paquete de vendas limpias.-Creo que es hora de que te cambie las vendas. Puedo?- dice dudoso


Yo sólo asiento( creo que esta tarde es lo único que e hecho), el se levanta y yo como puedo me levanto la camiseta hasta dejar al descubierto toda la espalda y parte de mi hombro. Observo las vendas manchadas de sangre.. nunca tuve de pequeña una herida de tal magnitud y no se si se a infectado o se haya puesto peor, el se pone detrás e mi y con cuidado empieza a quitarmelas poco a poco, de nuevo me rodea la cintura con sus brazos para desenrollar las vendas y siento su aliento abrasador en mi espalda, eso me hace estremecerme y creo que el lo nota por que se queda congelado con los brazos envueltos en mi cintura con las vendas en las manos


-Te hice daño?- dice echando su dulce aliento sobre mi espalda otra vez.


-Estoy bien, sigue.


Como si no hubiera pasado nada el sigue hasta quitármelas completamente, dejando al descubierto tres grandes cortes aún un poco sangrantes pero ya no tan abiertos.


-Creo que ya está mejor aunque te tengo que poner otra vez para que sanen bien- dice, empezando a desenrollar las otras.


Me quedo callada, esperando a que acabe, cuando hace presión para ajustar las vendas a la herida, me dan unas punzadas y hago una mueca, el no lo nota por lo que sigue enrollado las vendas alrededor de mi torso y en el hombro, cuando acaba, me estiro, como veo que aún alumbra el sol de la mañana, le digo:


-Que te parece si nos comemos un poco del pavo, recogemos y seguimos, te prometo que ya estoy mejor, en serio- digo, sonriente


-Okay -dice no muy convencido


Sin esperar más, saco el pavo y empiezo a sacarle todas las plumas después lo despellejo con el cuchillo y a vivo las llamas, chasqueando los dedos para producir mas y mas hasta que pequeñas chispas salen de la hoguera, colocó unas cuántas hojas, el pavo encima y me levanto estirándome.


-Voy a ir afuera, necesito ver algo - le digo dirigiéndome lentamente a la salida


-Voy contigo


El sale corriendo detrás de mí y me alcanza rápidamente, yo hago como si no estuviera.


-Aléjate, por favor, no quiero hacerte daño- le digo antes de empezar de toser de nuevo- si es necesario, dispárame mucha agua-"no creo que vaya ha hacer esto de nuevo"


-No se por que haría eso pero esta bien.


Empiezo a toser y a sentir fuego en mi garganta, me pongo de espaldas a el protegiéndolo con mi cuerpo, y escupo fuego hacia el cielo, llamas salen de mi boca, gigantes y bestiales, como si quisieran devorarlo todo, yo sola me detengo, intentando bloquear las llamas con aire, unos segundos después, toso de nuevo y escupo mas fuego, rojo y oscuro, hasta quedarme sin aire, "creo que hasta ahora voy bien"-pienso, aunque eso no dura mucho porque de repente las manos me empiezan a arder y de mis dedos empieza a crepitar fuego, las manos me arden más y más, luego siento la necesidad de liberarlo, así que la única salida que se es empezar a lanzar bolas de fuego mientras escupo el mismo hacia un árbol, mis pulmones se empiezan a agitar y sienten la necesidad de más y más aire, cosa que no le puedo dar, mis manos ahora estan cubiertas completamente de fuego, todo el cuerpo me arde y siento el calor corriendo por mis venas, el dolor aumenta y aumenta "otra vez no, por favor"- suplico en mi cabeza, el dolor sigue creciendo en mis pulmones, es como si te hicieran cortes te duele y luego arde, en unos segundos es tanto que empiezo a gritar y llorar, ahora veo que si no lo frenó, luego no podré detenerme y se me saldrá de las manos, ahora solo grito su nombre desesperadamente.


-Ivan , hazlo ,...¿¡YA!

Hola, perdón por no publicar pero estuve ocupada con exámenes, se que es muy corto y lo siento, ojalá que lo disfruten, dentro de poco llegarán las vacaciones y actualizaré más seguido.
Voten, comenten y lean.

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