Capítulo 15- Milagro

581 51 2
                                    

–No he dicho que piense eso de todos, si no que casi todos son así.
–Solo quería saber si pensabas eso de mí.
–Nunca pensaré eso de ti.
–¿Cómo estas tan segura?
–Porque lo estoy Jack, no pensaré eso de ti, nunca. –me ha llamado Jack... ¿Eso es que le gusto? No... que grandísima tontería...
–Entonces, si odias a casi todos los chicos... no te gusta ninguno... ¿O sí?
–Ninguno...
–Esa frase a sonado insegura–mira hacia abajo, si no confía en mí, ¿Cómo voy a gustarle yo? –. Oye Ainhoa, sé que llevamos mucho sin hablar, pero sigo siendo el mismo, puedes confiar en mí, no te voy a obligar, pero... confía en mí. –asiente y me levanto para ir a ver si viene el médico, me dirijo hacia la puerta, pero Ainhoa me dice algo.
–Tu...
–¿Qué?
–Que tu... tú me gustas...–le miro, no me creo esto.
–Yo... he... a mi... tu...–joder, ¿Por qué no soy capaz de decirle lo que siento? ¿Por qué me pongo tan nervioso? ¿Por qué sea cual sea tu inteligencia te vuelves idiota al intentar hablar con una chica?
–Entiendo que no sea mutuo...
–En realidad... tu...–me acerco a ella, como obligándome a mí mismo a decirle lo que siento– Tu también me gustas...–cuando termino de decir eso noto la mano de Ainhoa en mi nuca y sus labios contra los míos, dios, me está besando, gracias a Dios, Ala, Jesús, o el que sea que este ahí arriba, ya sea un dios, unos fantasmas o extraterrestres que nos controlan con mandos a distancia, como si son magos que se divierten convirtiendo nuestras vidas en telenovelas a base de hechizos que nosotros tratamos de explicar con ciencia.
Correspondo al beso de Ainhoa como puedo, no soy experto siquiera en dar abrazos, así que seguramente soy el peor besando con el que se ha cruzado Ainhoa, ella es mi primer beso, pero seguro que ella ya ha besado a más de un chico, aunque sea por un reto. Noto un pinchazo en la mejilla, es la mano de Ainhoa sobre uno de mis futuros moratones, ese imbécil se ha quedado a gusto.
–Te... te quiero Ainhoa...
–He esperado diez años para hablar contigo... y desde hace dos fantaseaba con que este momento llegara, así que creo que podrás deducir mi respuesta.
–No soy Sherlock Holmes, no te fíes de que vaya a deducir siempre tus respuestas. –suelta una pequeña risa, haciéndome sonreír, ya la he animado, además de que por fin me atrevo a decirle lo que siento por ella.
La puerta de la habitación se abre, mostrando al médico, mierda, Ali, es verdad, le explico brevemente al médico lo que Ainhoa me ha contado sobre los sucesos que han trascurrido antes de mi llegada y se llevan a Ali, resulta que el imbécil ese había dejado inconscientes a los dos tíos que lo vigilaban antes de llevárselo a comisaria. Me siento en una silla, soy inútil hasta para dar un aviso.
–Se suponía que le daban el alta hoy...
–Dudo que vayan a hacerlo después de esto, Jack...
–Lo sé...
–Deberías avisar a su novio, si es que tiene, que supongo que sí, puede que se esté muriendo y él no lo sabe.
–No sé su número...
–Su móvil está en la mesilla. –miro hacia la mesilla, si, no se me la clave, no pude adivinarla en la cafetería la última vez que nos vimos allí y ahora no podré adivinarla, pero creo que podré saltarme la seguridad, lo cojo y en pocos minutos he saltado la seguridad, miro el número de Jayden y lo guardo en mi agenda, le mando un mensaje, no me saldría la voz para contárselo, vuelvo a mirar a Ainhoa.
–Creo que el que se va a morir es el.
–Pobrecillo.
–Si era droga cabe la posibilidad de que este ya muerta...
–No va a morir.
–¿Cómo estas tan segura?
–No lo sé, pero estate tranquilo.
–Tendría que haber ido a avisar...
–Has hecho lo que has podido.
–Podría haber bajado a avisar.
–No te habrían hecho caso, para ellos eres un niño que está loco, igual que lo es cualquier menor que este aquí dentro sin estar ingresado.
–No... podrían haber llegado antes... si muere será culpa mía...
–No será culpa tuya. –me siento y entierro la cabeza entre las manos, sé que quiere animarme, pero no lo hace, soy inútil, un desastre, mi padre tiene razón...
Noto la mano de Ainhoa en mi hombro, intentando tranquilizarme, pero entonces la puerta se abre, mostrando a un Jayden nervioso.
–¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Ali? –cuando me ve se sienta a mi lado, calmándose poco a poco– Jack... ¿Sabes que ha pasado? –niego, es la verdad, no sé nada, lo sabe Ainhoa...– ¿Tú lo sabes?
–El medico que viola a las chicas... le ha pinchado lo que había en una jeringuilla... supongo seria droga...
–¿Se veía algún color en la jeringuilla?
–No me he fijado... lo siento.
–Tú no tienes que pedirle perdón... la culpa es mía... de seguro a muerto porque yo no he avisado al médico en persona...
–Jack, no es culpa tuya, ya has hecho suficiente.
–Pero es que... no quiero que muera... y menos por mi culpa... no quiero que se muera más gente porque no fui capaz de arreglar las cosas de niño...
–No morirá, ¿Vale? –nadie responde, y creo que es lo mejor para que los ánimos de Jayden no sean como los que tenemos ahora Ainhoa y yo.
Pasamos una hora o así en silencio, hasta que el sonido de la puerta nos devuelve al mundo real, todos miramos hacia allí, esperando ver a Ali entrar, pero no la vemos a ella, vemos a un médico.
–Está bien, muy débil, pero bien, ha despertado hace un rato y enseguida la traeremos aquí, no tenéis que preocuparos. –nos relajamos todos, Ali está bien, menos mal, que alivio.
Sale y al rato traen a Ali en una camilla, la pasan a la fija y me acerco al médico, quiero preguntarle unas cuantas cosas.
–¿Era droga?
–Si... cocaína... suficiente para matarla, pero tiene un sistema inmunitario muy fuerte, o eso, o la suerte de todos los pacientes juntos.
–¿Quiere decir que casi se muere?
–Si... lo siento, pero he de irme. –el doctor se va y miro a Ali, que abre los ojos, débil.
–Narra Alice–
Abro los ojos, débil, no sé qué ha pasado, la luz de la habitación en la que estoy me hace daño en los ojos, los cierro, cuando noto menos luz contra mis parpados vuelvo a abrir los ojos, estoy en la habitación de antes, Jay me está mirando, con una sonrisa.
–J-Jay...
–Sssh... no hace falta que hables... has sobrevivido a algo increíble... eres muy fuerte, casi mueres como Eileen, pero has sobrevivido–asiento como puedo, me duele todo el cuerpo ahora que lo noto–. No vas a salir de aquí en un tiempo...
–¿C-cuánto?
–Hasta que estés completamente recuperada...–mira hacia otro lado unos segundos porque alguien le ha llamado, intento levantarme un poco para ver quien más está en la habitación, pero no puedo– Jack está aquí, ¿Quieres hablar con él?
–Estoy... cansada...
–Entonces descansa. –cierro los ojos y noto los labios de Jay en mi frente, después, oscuridad, pero una agradable.
Sé que mis padres me han ayudado a sobrevivir, recuerdo perfectamente el momento porque, me he muerto, pero me han obligado a volver, les he abrazado por primera vez en mucho tiempo, he notado su contacto de verdad, estoy segura de que los médicos han intentado revivirme tantas veces porque mis lágrimas de alegría por estar con mis padres estaban también en el mundo terrenal, solo estoy con vida porque mis padres me han metido en mi cuerpo de nuevo, porque mi hora no ha llegado, porque mis padres se encargaran de protegerme desde le mas allá, metiéndome en mi cuerpo o evitando las desgracias, sea como sea, ellos son mis ángeles guardianes, y, aunque estén muertos, sé que están para apoyarme.
Cuando abro los ojos veo a Jack mandando mensajes con una sonrisa, me muevo, haciendo ruido, alertándole, cuando me mira su sonrisa se ensancha al completo.
–Ali. –se acerca a mí, yo sonrío débilmente.
–Hola...
–¿Qué tal estas?
–Mejor...
–¿Sabes cuánto has dormido?
–No... ¿Cuánto...?
–Dos días enteros.
–Oh... dios...
–Lo siento mucho.
–¿Por qué...?
–Por no avisar antes... casi te mueres y yo estaba tranquilamente hablando con Ainhoa...
–¿Con Ainhoa? –intento incorporarme, pero me fallan las fuerzas.
–Sí, ¿Por qué?
–Te dijo... ¿Eso?
–¿El qué?
–Que tú...
–¿Qué le gusto? –asiento, dios, si es su primera novia me alegro de haber ayudado... espera, ¿Y si él le ha rechazado? No sé, esa chica era muy para Jack– Si, me lo dijo, y... es... es mutuo...–se rasca la nuca mientras mira a otro lado, sonrojado, es tan mono.
–Los dos sois muy monos.
–Le contaste toda mi vida...
–Sabía que le gustabas, confié en ella.
–Pero aun así...
–Lo siento. –sonrío, inocente, si con Jay funciona, con Jack también.
–Boba.
–Pero me quieres más que yo a ti primito.
–¿Primito?
–Qué más da, ¿Cuándo salgo de esta mierda?
–En tres, tal vez cuatro días.
–Mierda.
–¿Qué querías? Después de todo ha sido un montón de coca.
–Es que quiero irme, ya estoy harta de este sitio, y eso que he estado la mayor parte del tiempo dormida.
–Pues tranquilízate y toma paciencia.
–¿Qué pasa si duermo cuatro días enteritos?
–Creo que pensaran que te has puesto a hibernar.
–Mola.
–Jayden quiere decirte algo, ¿Quieres que le llame y le diga que has despertado?
–Vale, cuando llegue me despiertas... no sé cómo puedo tener tanto sueño...–me vuelvo a dormir y hasta que no noto unos labios en mi frente no despierto.
–Despierta preciosa...
–Quiero hibernar...
–Vale... pero antes quiero que sepas un par de cosas.
–Dime...–me siento y me froto los ojos, lo primero que veo es la sonrisa de Jay.
–Hemos encontrado a Hans... pero... medio muerto.
–¿Qué? ¿Por qué?
–Se colgó... o le ataron la cuerda al cuello y le empujaron, una de dos...
–¿¡Que!?–recuerdo que Hans mencionó a Marcus... ¿Todo es plan suyo?
–Le cogieron a tiempo, pero tiene la tráquea destrozada, le han conectado a una máquina de oxígeno y le dan suero, pero poco a poco se recupera, cumplirá condena–asiento, se lo merece–. Ahora, el violador ese... el juicio fue ayer, testificamos Daemon, Jack, Ainhoa, los médicos que pararon a Daemon para que no te pegase y yo, le han caído treinta años.
–Vaya.
–Lo sé, es poco.
–Jay, tendremos cincuenta y dos años.
–Casi te mata, admitió haber violado a Ainhoa y a otras seis chicas aparte de poseer, consumir y traficar con droga, creo que se merece más de treinta años.
–Tienes razón... mucha razón...
–Da igual... si estas cansada descansa, yo me quedo aquí. –se sienta en la silla y yo cierro los ojos, voy a dormir cuatro días, y seguro que no aguanta ni un día aquí esperando.
~∆~∆~∆~
Cuando abro los ojos han pasado cuatro días, pero lo que me sorprende es que Jay está en la silla, leyendo, cuando ve que despierto deja el libro para mirarme.
–Buenos días.
–¿T-tú estás loco? ¿¡Te has pasado ahí cuatro días!?
–No, he ido a trabajar.
–Claro, pero me refiero, ¡¿Has dormido ahí?! ¿¡Los cuatro días!?
–Claro que no, le tengo aprecio a mi espalda, pero como le dieron el alta a Ainhoa y no ponían nadie en esa cama me dejaron dormir ahí.
–Me refiero al hospital.
–Ah, claro que sí, no iba a dejarte sola otra vez, que si no estoy parece que tienes un imán o algo similar con los problemas.
–Problemas voy a tener en este mes para dormir.
–Ya, claro, según Daemon antes de hacer las paces te pasabas el día en tu cuarto durmiendo. –miro hacia abajo, sonrojada.
–Verdad...
–¿Entonces qué más da?
–Da que gracias a ese puto no me he podido comprar mi gatito.
–Pues vas ahora con Daemon.
–Vale, pero ven tú también.
–Claro, ¿Cómo lo quieres?

-----------------------

¡Hola chic@s!

¿Quien quiere que su novio actúe como Jay? Mirad, la que quiera como novio un personaje de esta novela o cualquier otra, tengo una noticia fatal... Desgraciadamente... No saldrán nunca... Pero soñar es gratis.

Leed, votad y comentad, que ayuda mucho.

-Besos, Alex ;3

Al otro lado de la leyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora