Capítulo 22- Clon

543 41 7
                                    

–Eres un hijo de puta. –salgo corriendo en dirección a casa de Daemon, cuando llego veo un ambulancia, Nath está saliendo del portal y dirigiéndose hacia el ambulancia, la paro.

–Ali, no despierta...

–Vamos. –subimos ambas al ambulancia, Daemon esta tumbado en la camilla mientras el paramédico hace cosas en las que no me fijo.

Mis ojos solo son capaces de mirar la cara pálida de Daemon, esa cara que con una sonrisa me animaba después de una paliza por parte de Marcus, esa cara que rebosaba vida hace unos días, la misma que enamoró a una chica que en estos momentos está de viaje, que ahora esta medio muerta, que ahora parece hecha de escayola.

Cuando llegamos al hospital Nath y yo seguimos la camilla todo lo que nos permiten, cuando nos paran Nath me mira asustada.

– ¿Qué le pasa?

–Tu padre le hizo algo anoche...

– ¿Esta muerto?

–No, claro que no.–veo como se relaja, aunque ni yo estoy segura de si lo que he dicho es verdad, pero dado que Nath confía ciegamente en mi, tengo que hacer que mantenga la esperanza todo el tiempo posible, en este hospital hay doctores geniales, Daemon sobrevivirá... creo.

– ¿Cómo has sabido que no despertaba?

–Marcus... he hablado con él en comisaria...

– ¿Y qué te ha dicho?

–Que lo trajera al hospital.

– ¿Mi padre ha dicho eso?

–Más o menos si.

– ¿Te ha dicho algo sobre lo que le pasa?

–No... Nada. –pasamos un par de horas en silencio, intentando aguantar las ganas de preguntarle a cualquier médico, doctor o doctora, enfermero o enfermera, incluso a pacientes, por la salud de Daemon, hasta que por fin se abre la puerta.

– ¿Familiares de Daemon Collins?–ambas nos levantamos de las sillas de golpe, pero al pensarlo dos segundos retrocedo un paso, no soy familia de Daemon.

–Si–me mira y sonríe un poco, va a colarme como familiar–, ambas.

–Muy bien, ¿Como se ha dado el golpe?

–Su padre... bueno, también de ella, pero solo le agredió a él.

–Oh... bueno... en todo caso, el golpe ha sido muy fuerte, despertará en unos días, pero no prometo que tenga fuerzas para salir cuando despierte, lo más seguro es que tenga que quedarse unos días aquí al despertar y luego depende de que trabajo tenga reposar.

–Vale.

– ¿Podemos verle?–la voz ansiosa de Nath por ver a su hermano suena insegura y temblorosa.

–Claro. –nos lleva a la habitación donde tienen a Daemon, conectado a muchas maquinas, Nath me mira, preocupada.

– ¿Por qué hace esto?

–No lo sé....

–Ali... no quiero perder a mi hermano...

–No le pasará nada, te lo prometo.

– ¿Y si le pasa algo?

–Me corto un dedo.

–No digas tonterías...

–No las digo–le sonrío para tranquilizarla y esta se auto abraza, la abrazo y le miro a los ojos–. Lo siento, pero tengo que irme.

–No importa, adiós...–le sonrío y me voy a casa, cansada, no puedo creer que todo esto esté pasando, cuando estoy más tranquila llamo a Jay.

Al otro lado de la leyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora