Capítulo 26- Feliz no-boda

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–Alguien ha descubierto mi horario de trabajo.

– ¿No jodas?

–Si... me ha dado la brasa desde que he salido por la puerta hasta aquí. –me rio, por favor, ¿Cómo puede Carly tener tan poca vida como para hacer eso?

–Está necesitada.

–Pues que se busque a otro, mejores que yo hay muchos.

–Ya lo creo. –le guiño un ojo y el rueda los ojos con una sonrisa.

– ¿Me cuentas que te pasa?

–No me pasa nada, ¿A qué te refieres?

– ¿Por qué no me lo dices?–suspiro, ¿Cómo se da cuenta de todo? Me conoce demasiado bien.

–No quiero que te asustes.

–Si no me lo dices me pondré paranoico–me levanto y subo a la habitación, Jay me sigue, creo que ha entendido mal mi comportamiento–. Ali, lo siento, yo no quería presionarte.

–No he venido por eso. –abro el cajón de la mesilla y saco todo lo que me ha llegado, lo pongo sobre la cama y Jay lo mira, sin entender.

– ¿Que es todo esto?

–Me ha llegado hoy.

–Lo siento Ali...

–No pasa nada, no te lo decía porque te ibas a asustar, nada más.

– ¿Quiere matarte?

–No lo se...

– ¿Que quiere conseguir con esto?

–Asustarnos.

–Si quieres podemos retrasar la boda.

–No, si retrasamos la boda habrá conseguido su objetivo, el solo quiere asustarnos, nada más, tenemos que casarnos, estuviste esperando tres meses para pedírmelo, llevamos seis meses preparando todo, no vamos a retrasarlo porque a Marcus le apetezca meternos miedo.

–Vale... ¿Crees que Marcus sabría que ibas a estar sola?

–No lo se...

–Tiene la mente tan retorcida...

–Entró en mi casa... ¿Y si entra aquí?

–Aquí no entrará, te lo prometo, estate tranquilo.

–Vale.

–Tranquila.

–Estoy tranquila, y sé que aunque esos tranquila en parte van para mi, son mas para relajarte tu, porque por dentro estas estresado, gritando, y tal vez llorando, a mi no me engañas.

–Me has pillado...

–Tranquilo, no me va a pasar nada, ¿Vale?–veo como Jay asiente, aun preocupado, pero no dice nada pesimista.

–Prométeme que tendrás cuidado.

–Te lo prometo.–ambos sonreímos y Luna se sube a la cama, recojo las cosas para que no las dañe ni nada por el estilo, en caso de que a uno de los dos nos pase algo, esto serán pruebas cruciales.

Jay baja a Luna al suelo y esta empieza a rascarle la pierna, pero el solo la aparta.

–Tengo sueño, ¿Recoges los platos? Por favor, voy a lavarme los dientes.

–Vale... recojo y me vengo a dormir contigo. –me besa y baja, voy al baño y me cepillo los dientes, me tumbo en la cama y cierro los ojos.

Noto como la cama se hunde a la altura de mí estomago, Luna se ha acurrucado ahí, al rato oigo la puerta y la cama se hunde por el lado de Jay, noto el brazo de Jay rodearme y, al conseguir una paz total con esto, me duermo.

Al otro lado de la leyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora