Capítulo 20- Ruleta para dos

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–Miles, ¿Tu también estas borracho o qué? ¿Cómo me pides un estriptis?–subo el volumen del altavoz lo justo para que Jay pueda oírlo, pero que no se dé cuenta de que quiero que lo oiga.

–Espera, no, Blake no–oigo como el teléfono cambia de manos de forma forzosa y Blake empieza a hablar al otro lado de la línea–. Ali, se te echa de menos por aquí, a ti y a tu cuerpo de diosa. –me rio, ¿Cuánto hay que beber para decir eso?

–Pásame con Miles anda–vuelvo a oír el teléfono pasando de una mano a otra hasta que oigo la voz de Miles–. ¿Solo has decidido llamarme para que me digan cosas así por teléfono?

–No, ha sido para que te digan la verdad. –empiezo a oír las voces de los otros chicos y las risas de alguna que otra chica, solo entiendo que están alagándome... más bien a mi cuerpo, miro por el reflejo del cuadro otra vez y veo a un Jay celoso a más no poder, me rio ante eso.

–Miles, te dejo o me dejáis sorda.

–Vale, adiós amiguita de mi alma, te quiero. –me rio, siempre ha sido muy cariñoso, pero nunca lo ha dicho de forma pastelosa, siempre con intención de sacarnos una sonrisa.

–Adiós Miles. –vuelvo a la sala y me siento con una sonrisa, Jay se levanta y se va a la cocina a ver la pizza.

Tras cinco minutos vuelve y pone la pizza sobre la mesa de la sala, Anne es la primera en abalanzarse contra la pizza, Luna la observa, molesta porque haya dejado de acariciarle.

– ¿Puedo darle pizza?

–Claro, pero poca. –coge una pequeña porción de su porción de pizza y se la deja en el suelo a Luna, esta solo le da golpes con la pata, el olor no parece agradarle.

Jay coge una porción y yo otra, cuando la acabo no vuelvo a coger pizza, haciendo que Jay se preocupe, pero no tengo hambre, el disgusto me ha cerrado la boca del estomago.

– ¿Con quién hablabas?

–Con Miles. –miro a Jay, su cara seria es lo que espero ver, pero veo una cara celosa, algo que en el no había visto.

– ¿Quién es ese?

–Un chico.

– ¿De qué le conoces?

–De la universidad, ¿Por qué tantas preguntas?

–Por nada. –se levanta y va a por un platillo y la comida de Luna, se la sirve y se vuelve a sentar.

– ¿Puedo llevar los anillos?–ambos miramos a Anne, sin entender la pregunta– Cuando os caséis, quiero llevar los anillos, ¿Puedo?

– ¿Q-que?

–Anne, no nos vamos a casar, ¿Acaso se ha dado un golpe en la cabeza mientras la vigilabas?–recibo una mala mirada por parte de Jay al decir eso.

–Sí, os vais a casar, y quiero llevar los anillos.

–Anne, somos muy jóvenes.

– ¡Kyle se ha casado y es como vosotros!

–Pero eso es distinto.

– ¿Por qué?

–Porque Ali y yo lo decimos, punto.

–Eso no me vale.

– ¿Por qué ahora estas tan empeñada en que me case con Jayden?

–Porque quiero, y tu también quieres, y Jay también.

Al otro lado de la leyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora