Capítulo 25- Paquetes

481 40 1
                                    

–Solo un poco...–me giro y me encuentro al mismo entrenador que el día en el que intenté suicidarme, me está sonriendo, para tranquilizarme.

– ¿Que ha pasado esta vez?

–Nada, solo un gilipollas.

– ¿Dentro o fuera del gimnasio?

–Dentro, era un tío alto, bastante fuerte, pelo castaño claro y ojos marrones oscuros.

– ¿Con quince denuncias?

–Sí.

–Tengo que conseguir que le echen del gimnasio.

–Una pena que solo se haya llevado un cabezazo y una patada en el estomago.

– ¿Qué? Yo juraría que las heridas que seguramente tendrá han sido por caerse escaleras abajo.

–Gracias por cubrirlo...

–De nada, pero ponte los guantes o acabarás como la última vez.

–Vale. –me da unos guantes y me los pongo, se va a ayudar a alguien con el entrenamiento y yo sigo dándole golpes al saco hasta que me canso.

Vuelvo a casa corriendo, cuando llego Jay aun está trabajando, así que me doy una ducha y voy a la cocina a preparar la comida. Estoy preocupada por los besos que me ha dado ese imbécil, ¿Y si Jay lo toma como infidelidad? Estamos a menos de una semana de la boda... Noto la pata de Luna en mi pierna, pero la ignoro, empiezo a hacer los espaguetis mientras Luna me da golpes con la pata.

–Hola–la voz de Jay entrando por la puerta me tensa, se dará cuenta antes o después–. Qué bien huele la comida, ¿Es pasta?

–Si. –sube a dejar sus cosas y yo sirvo la comida, también le pongo la comida y el agua a Luna, me siento en la silla y suspiro.

– ¿Te pasa algo?–veo como Jay se sienta delante de mí, mierda, me ha oído suspirar.

–Tengo que contarte algo... es muy importante.

– ¿Que me tienes que contar?–su voz está teñida por la preocupación, esto me sienta tan mal...

–Me he besado con un chico...

– ¿¡Que has hecho que!?

–Nada.

–No, dime que has hecho.

–No he hecho nada.

–Me acabas de decir que te has besado con otro a una semana de nuestra boda y ahora me dices que no has hecho nada, ¿En qué quedamos?

–Yo no me he besado con nadie...

– ¡¿Y qué has hecho entonces?!

–No me grites.

– ¿¡Como quieres que no grite!? ¡En una semana nos casamos!

–Me estoy explicando mal...

–Dime que ha pasado.

–Yo no he besado a nadie...

–Me estás diciendo que te has besado con otro tío, me lo has dicho, ¡Dime de una maldita vez lo que ha pasado!

– ¡No me grites!

–Pues dime que ha pasado, en una semana nos casamos, y no quiero casarme con alguien que me engaña.

–Quince denuncias por acoso.

– ¿Qué?

–Ese tío tiene quince denuncias, seguramente por acoso, ¿Te vale eso?

Al otro lado de la leyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora