Capítulo 17- Susto

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Suspiro y Luna maúlla, la cojo en brazos y paso la tarde viendo películas con Luna entre mis brazos, cuando ceno Luna se dedica a coger la comida del bol, subirse a la silla y comérsela ahí, como imitándome. Cuando termino me cepillo los dientes con Luna subida al lavabo, mirándome intrigada, cuando termino la cojo y la dejo en su cama, pero no le gusta, así que me sigue hasta la mía y se tumba a mi lado, le acaricio la cabecita y me duermo.
Me despiertan por la mañana unos golpecitos en la nariz, es luna, creo que está intentando rascar o arañar, los pelos de su patita se me meten por la nariz, haciéndome estornudar, Luna retrocede, asustada, empieza a mover la cola, lista para atacarme en caso de necesidad.
–Oye, que he estornudado por tu culpa. –le acaricio y me levanto.
Paso la mañana limpiando la casa, es increíble la cantidad de polvo que se ha juntado en unos días que he estado en el hospital. Luna me sigue por toda la casa, hasta que empiezo a hacer la sala, que entonces se tumba en el sofá.
Suena mi teléfono, haciendo que Luna se asuste y maúlle, le acaricio para que se tranquilice y cojo el móvil.
–¿Si?
–Señorita Anderson, un cadáver.
–Dígame la dirección.
–Creo que se la sabe de memoria, es la de la mansión de su familia. –al oír eso abro los ojos como platos, ¿Qué? ¿A quién han matado?
Me visto corriendo y cojo todo lo necesario, salgo y subo al coche, conduzco lo más rápido permitido hasta llegar a la mansión de mi familia, bajo rápido del coche y corro hacia la escena del crimen, Gabriel me para.
–Gabriel, ¿Qué pasa? Tienes que contármelo...
–El cadáver lo ha encontrado tu prima, no sé cómo se llama, luego habla con ella, ¿Vale? Jayden está analizando el cadáver.
–Vale. –me acerco a Jay y veo a Ash tirada en el suelo, me acerco más, preocupada, pero cuando llego veo que no es Ash, es solo una chica muy parecida a ella.
–Alégrate de que no sea tu prima.
–Ya sé que no es Ash, ¿Acaso crees que no reconocería a mi prima?
–Claro que la reconocerías, igual que reconocerás esto. –alarga el brazo y coge con cuidado la muñeca de la víctima, mostrándome un alambre.
–Dime que es un imitador...
–No te puedo decir nada... te digo que... murió por los cortes en muñecas y cuello, le rajó todas las vitales.
–Suena tan Marcus... voy donde mi prima, ¿Vale? –asiente y voy donde mi prima, me encuentro con una Ash súper alterada– Ash, tranquilízate.
–Ali, esa chica era exactamente igual a mí, ¿Y si ha sido un error y quería matarme a mí?
–Voy a tener que preguntar si Marcus sigue en la cárcel, pero estoy segura de que no te quería matar a ti.
Terminamos y cuando voy hacia el coche Gabriel se acerca a mí y me para, han encontrado un cadáver a dos manzanas del lugar, cuando vamos veo la misma escena que frente a la mansión de mis tíos, pero en vez de con Ash y un clon suyo, con Claire y su clon, el clon de Claire ha sido decapitado, según Jay con una catana o algo similar, el alambre también está en la muñeca, cuando terminamos, Jack me llama, él también ha encontrado un cadáver, vamos a donde él está, cuando veo el cadáver no puedo moverme del sitio, es exactamente igual a Jack en todos los aspectos, hasta los moratones y cortes que tiene de la paliza de Hans y la pelea con el violador (si, ya me lo han contado) están presentes en el cuerpo del muerto, la causa de la muerte es asfixia según Jay, el alambre le sale por la boca.
Cuando Jay les hace la autopsia a los tres cadáveres descubre cosas que dan todavía más miedo, a Jack le rompieron unas cuantas costillas en una paliza que no se soldaron bien del todo y están un tanto desplazadas, el cadáver las tiene igual. Con Claire pasa lo mismo, se partió un diente a los once y su clon muerto tiene el diente partido de la misma manera. Lo de Ash ya es muy preocupante, hasta la longitud del pelo es exactamente igual.
Estamos una semana investigando, todas las vías posibles e imaginables acaban en un callejón sin salida, Marcus está en la cárcel, Daemon no sería capaz de hacer algo así, Nathalie menos, el violador a tiempo parcial también está en la cárcel...
En estos momentos estoy en el coche de Jay, lleno a la cárcel, tengo una charla con Marcus, y esta vez, el que va a pasar miedo es el, no yo, no va a intimidarme, el encerrado es el, el vigilado es el... yo mando ahora.
Llego y bajo del coche, entro y un guardia de seguridad me guía por unos cuantos pasillos hasta una habitación en la que Marcus me espera, respiro profundamente antes de entrar, ya está, no hay vuelta atrás, voy a descubrir qué demonios está pasando aquí.
–Dime quien ha sido. –me siento en la silla y el solo sonríe con superioridad.
–Que sorpresa, no esperaba verte por aquí.
–Marcus, no te hagas el tonto, dime quién ha sido.
–No sé de qué me estás hablando.
–Sé que ha sido obra tuya, los alambres, el modus operandi, todo coincide, hasta Daemon y Nathalie lo han reconocido de un vistazo, no consigues nada así, ¿Sabes? Dime a quien has contratado.
–Alice, creí que eras más inteligente, no puedo recibir visitas, la tuya ha sido la primera.
–De alguna manera has contratado a alguien, ahora no te hagas el inocente porque te conozco, harías lo que fuera por hacerme daño, has matado a personas exactamente iguales a mis primos, para asustarles, para que pasen miedo, para que me duela a mí de forma indirecta.
–No he recibido visitas, tampoco puedo hacer llamadas, ¿Cómo podría contratar a alguien sin medios para hablar con él o ella?
–No lo sé, pero tú puedes, siempre puedes.
–Alice, estoy vigilado por tantas cámaras que necesitaría un ábaco para no perder la cuenta, así que dime, ¿Cómo lo hago para que no me vean?
–Lo tendrías contratado desde un pasado.
–Entonces habría actuado antes.
–No, ahora es el momento ideal, porque no hay manera de que se sospeche de ti si no se ha hablado contigo directamente.
–¿Quieres saber a quién contrate antes de que me emitieran aquí? Te lo diré, tenías unos doce años, contraté a un crio para que convenciese a su grupito de amigos de pegar y hacer la vida imposible a cierto niño, ¿Sabes quién era ese niño? Tu primo Jackson Anderson.
–¿Por qué?
–Por diversión, pero solo me divirtió las primeras dos semanas, aunque mantener el contacto me sirvió para decirle que te pegase un tiro si alguna vez podía.
–Si confiesas será mejor.
–¿Cuándo he confesado yo algo?
–Marcus... si has sido tu dilo.
–Yo no he salido de aquí.
–Marcus, sé que has tenido algo que ver, todos lo sabemos, así que confiesa. –se reclina en la silla, aun con su sonrisa socarrona en los labios.
–Que ahora seas poli no significa que te tenga más respeto, sigues siendo la misma cría llorica que rapté hace veintiún o veintidós años.
–Me estas hartando.
–Pues hártate, no tengo nada en contra.
–Deja de mentirme, te he pillado.
–Siempre te he mentido, ¿Por qué parar ahora?
–Acabas de admitir que todo lo que me has dicho es mentira, te pille.
–He dicho que te he mentido, puedo haberte mentido en cantidad de cosas, como en que has sido mi primera visita, o en la cantidad de cámaras, o en cualquiera de las cosas que te he dicho.
–O simplemente me has mentido en todo.
–Saca conclusiones tú, que para eso te pagan–le miro unos segundos sin decir nada, no soporto a este tío–. Como decía, eres la misma cría asustada y llorica.
–Vete a la mierda.
–No me dejan salir para irme contigo–dios mío, ¿Tiene doce años? –. Piénsalo, tú me ves como a un criminal, yo en cambio, me veo como alguien que se toma la justicia por su mano, cada cual ve el mundo a su manera, y lo interpreta a su manera.
–No Marcus, tú has contratado a alguien para que mate a esas personas por ti.
–¿Sabes? Deberías tenerme miedo. –se mira el reloj, asustándome.
–¿Qué vas a hacer ahora?
–¿Yo? Nada.
–¿Qué va a hacer tu asesino?
–No sé de qué me hablas.
–¿Por qué debería tenerte miedo?
–Ya es tarde...
–¡Marcus!
–No me grites niña, y corre al hospital mientras llamas a la funeraria.
–¡¿Qué?!
–Digamos que... tu tío tendrá que cambiar de hija favorita.
–¿¡Que!?–no... ¿Su asesino ha matado a Ash?
–Corre, quiero que veas como muere, aunque a estas alturas ya estará muerta.
–Que te den–voy corriendo fuera, Jay me espera apoyado en el coche, me acerco corriendo a él–. ¿¡Donde esta Ash!?
–No sé, en su casa, supongo.
–¡No! No lo sé... yo... Jay, llévame al hospital.
–¿Por qué?
–Tengo que comprobar algo.
–Vale, sube. –subimos al coche y me lleva al hospital, los siete minutos más largos de mi vida, cuando llegamos bajo del coche como un rayo y entro al hospital, veo a Jack apoyado en una pared junto a Claire, que está sentada en una de las incomodas sillas del hospital, mis tíos están también sentados, me acerco y veo que la sala más cercana es un quirófano.
–¿Qué ha pasado? –los cuatro se giran a mirarme, pero Jack es el único que habla.
–Han atropellado a Ash. –recibe un amala mirada por parte de su padre, pero la ignora, creo que ni se ha dado cuenta.
–Han sido ordenes de Marcus.
–¿No está en la cárcel?
–He dicho que han sido ordenes suyas, no que haya sido él en persona.
–¿Quién ha sido entonces?
–Alguien que él ha contratado, todavía no se quien... ¿Cómo esta Ash?
–Tiene... como mínimo la pierna y el brazo roto...
–Espero que no le pase nada más... aunque si la han metido al quirófano...
–Claire y yo estábamos con ella... ¿Podríamos haberle ayudado?
–No Jack, ni aun habiéndolo sabido.
Pasamos unos minutos así, hasta que vemos que sacan a Ash del quirófano y se la llevan a una habitación fija, un doctor nos guía por detrás hasta la habitación de Ash, mi tío ha debido de pagar bastante dinero para la habitación que le han puesto, grande, para ella sola, con sofá cama... Pero todo eso da igual, Ash está en la camilla, con la pierna y el brazo roto, seguramente también tiene costillas rotas, unas heridas superficiales en la cara y un grandísimo corte en el brazo que no está roto.
–Menos mal que estás viva... casi me muero mientras interrogaba a Marcus y me ha dicho esto...
–¿Qué ha... pasado? –la voz débil de Ash hace que todos la miremos.
–Te han atropellado.
–¿Y Jack y Claire? Venían conmigo... ¿Están bien?
–Sí, claro que sí, están aquí, ¿Quieres verles?
–Si...–me alejo un poco y Jack y Claire se acercan a ella.
–¿Estas bien? –la inocencia que puede tener Jack cuando está preocupado enternece a cualquiera.
–Si enano... ¿Vosotros estáis bien?
–Si.
–Nos empujaste para que no nos pasara nada–vuelve a hablar Jack, casi sin dejar que su melliza termine de decir una sola palabra–, ¿Por qué?
–Porque os quiero...
–Pero te lo has llevado todo tu. –la voz de Claire está inundada por la preocupación.
–Da igual...
–Ash, estas cansada, ¿Verdad? –asiente a su hermano y este le coge la mano a su melliza– Te dejamos tranquila, ¿Verdad Claire? –esta asiente.
Nos despedimos todos de ella y salimos al pasillo, me acerco a Jack y le pongo la mano en el hombro, están pasando muchas cosas malas a su alrededor que le afectan a él de forma directa o indirecta.
–Me siento fatal...
–Tranquilo Jack.
–¿Sería un mal hermano si ahora me voy?
–No.
–Entonces tengo mucha prisa, adiós.
–¿A dónde crees que vas? –mi tío ya está controlando otra vez todo lo que hace Jack, dispuesto a fastidiarle los planes.
–No te importa. –se va del hospital, aun con cara de preocupación.
–Maleducado, pero bueno, nosotros nos tenemos que ir ya. –nos despedimos y se van, yo cojo el móvil y llamo a Jay para saber dónde está.
–¿Si?
–¿Me puedes venir a recoger?
–Estoy en el aparcamiento, ahora me acerco a la puerta.
–Vale, hasta ahora. –cuelgo y salgo fuera, enseguida veo el coche de Jay acercarse, lo para delante de mí y se estira para abrirme la puerta.
–Su taxi.
–Idiota. –me monto y me mira.
–¿A dónde te llevo?
–No lo sé, conduce, ya te pago yo la gasolina si hay que llenar el depósito por mi culpa, ¿Te han dicho algo del asesino que contrató Marcus?
–Nada nuevo, y solo habla contigo, ¿Quieres ir a hablar con él?
–Me ha confesado que ha sido él, pueden ponerle más seguridad...
–Si lo ha conseguido con esta seguridad, con mas también.
–Llévame a casa, por favor, no puedo soportar más tiempo cerca de cualquier cosa que tenga que ver con Marcus...–pone dirección a mi apartamento.
–El asesino que contrató a Marcus también atropella gente, ha atropellado a Ash... aunque querían matarla.
–Joder... pobrecilla, al menos esta viva, ¿No?
–Si.
–¿El resto están bien?
–Si. –llegamos y aparca para que le pueda decir algo si quiero.
–¿Qué? ¿Te subo al apartamento también?
–Vale.
–No.–le saco la lengua y bajo del coche, él baja por mi cabreo y me sigue.
–No te enfades preciosa.
–No me llames así. –saco las llaves y voy hacia mi apartamento, el me sigue, me meto en el ascensor dejándole al fuera, pero cuando salgo Jay está esperándome en mi piso.
–Perdóname.
–No.–salgo corriendo hacia la puerta de mi apartamento, pero Jay me pilla y me atrapa contra la puerta del apartamento.
–¿Qué tengo que hacer?

Al otro lado de la leyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora