Agradecimientos de la autora

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Aunque esta novela no haya tenido apenas lectores, ni haya sido promocionada a otras cuentas para que fuese leída; me siento orgullosa de ella, de haberla empezado en su día y de poder poner punto final a esta historia que tanto dolor me ha causado.

Todos alguna vez hemos sentido lo que es vivir por y para una persona, depender de ella en todo momento, sentir que se te va el aire, que tu corazón deja de latir porque ya no está. Un amor alocado, tremendo, doloroso, pasional, con sus bajadas y sus subidas, común, pero a la vez especial. Un amor desastroso, lujurioso, juvenil, sin experiencia, un primer amor al fin y al cabo.

Krystie y Jack, son una muestra de este amor catalogado como tóxico. Un amor que te mata y a la vez te da la vida, la fuerza y las ganas para levantarte, seguir adelante; vivir.

Vemos a una protagonista, Krystie, destrozada, abatida, cansada, pero aun así, con la esperanza de que Jack, vuelva a prometerle amor eterno en cualquier momento. Pero al final, todo acaba con un color más oscuro, teniendo que pedir ayuda a un profesional para pasar página, olvidarse de él aunque no quiera. Decirle a su corazón que su única función a partir de ahora será latir sangre, que deje de querer a Jack, que ella ya no volverá a verle. Tachar con lágrimas, borrar con sonrisas falsas lo que un día vivieron juntos y lo que en un futuro solo recordará con un corazón roto, destrozado en miles de pedazos ahogando sus lloros en la almohada. Jack, el que quiere, el que ama con todo su ser como solo ella sabe hacerlo; Jack, el que le saca de sus casillas, el que la vuelve loca, el que le hace perder los papeles y le está destrozando la vida.

Jack es su pasaje al olvido, al estar ajena del mundo exterior. Es su droga diaria, la que necesita de cinco a cinco, para poder ser un poco menos ella y ser más ellos. El que le corta el alma como el filo de un cuchillo, al que admira pero a la vez le mira como miedo por si de un momento a otro decide irse con otra, lo cual acaba haciendo la mayoría de veces, pero vuelve, claro que vuelve; arrastrándose, lleno de hematomas, con te quieros y besos poco claros, su voz tomada por tanto alcohol de una noche en cualquier garito de la carretera.

El 'Rubio' es su escape, su salida de emergencia. Su soplo de aire fresco que apareció justo en el momento preciso. Su día soleado en plena semana de tormenta. El que le hace entrar en confianza, volver a sentir de nuevo algo, algo diferente que nunca había sentido, algo totalmente distinto a lo que sentía por Jack. Al que mira y se le sale la sonrisilla, con quien está feliz y quiere estar toda la vida.

He querido mantenerme, abstenerme a poner los nombres de los personajes –finalmente desvelando el de los dos protagonistas– y sus rasgos físicos –aunque esto último, algún que otro detalle, sale plasmado–. Creo que no hace falta saber el nombre de una persona para poder conocerla, saber su historia, identificarse con ella en algunos aspectos sin saber cómo se llama. El hecho de no saberlo hace mantener al lector, manteneros a vosotros un poco más curiosos y atentos.

La forma en que está narrada es muy diferente y poco común para mí, el hecho de que tuviera que redactar a través de cartas que Krystie escribía a Jack para desahogarse, ha sido totalmente nuevo para mí. Quería introducir más diálogo, cosa que a veces me resultaba un poco imposible, como también lo fue el explicar cómo se conocieron Krystie y Jack, esperó que eso os quedó bastante claro, o sino os lo resumo.

Krystie y Jack se conocieron una noche de fiesta, de aquí en adelante el chico no paró de acosar a nuestra protagonista. A Krystie le gustaba el hecho de ser perseguida por un chico tan guapo, tan popular, tan rompecorazones como lo era Jack. El típico chico que las tenía a todas y no perseguía a ninguna, excepto a ella. Krystie siempre sería la excepción de nuestro Jack, a la que siempre volvía daba igual cómo y cuándo.

Krystie y Jack forman parte de nosotros, la bondad, la desesperación, la dulzura, la inocencia desvirgada, el amor puro de ella. El orgullo, el querer y no poder, la astucia, el juego a varias bandas, la locura de él.

Muchísimas gracias por querer formar parte de esta pequeña historia, por llegar hasta aquí y estar leyendo estas mismas palabras que estoy escribiendo para cerrar esta libro sin final fijo. Os dejo a vuestra imaginación que fantasee sola, que idealice la vida de una Krystie futura.

Gracias de corazón, por emocionaros, reíros, llorado e alegrado con esta pequeña novela, como yo lo he hecho al escribirla.

Gracias lectores.

Lo que nunca te dije   «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora