Capitulo 2

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~3 DE ABRIL~

-¡Ya va, ya va! -Grité para que me oyeran por encima del timbre. -¡Que ya voy!

-Por fin. Llevo una hora tocandote.

-No seas exagerado, Jordan. -Rodé los ojos para dejarlo entrar.

-¿Estabas en la ducha?

-No. Me gusta echarme jabón en la cabeza y andar en toalla para estar más guapa. -Mi primo rió sentándose en el sillón.

-Entonces espero que termines de bañarte para hablar. -Asentí y volví al baño para terminar de aclararme el pelo. Luego de estar vestida y peinada, salí al salón para encontrarme a Jordan viendo la tele.

-Ya estoy.

-Bien. -Apagó la tele para girarse hacia mi. -¿Qué tal ayer?

-Bien.

-¿Solo bien? -Me encogí de hombros. -¿Aceptó ser el padre?

-Si...

-No suenas muy segura.

-Que si, Jordan. Damian aceptó su responsabilidad.

-Muy bien. -Se levantó para caminar hacia mi. -¿Ahora puedes explicarme que diablos te hizo?

-No me hizo nada. -Respondí frunciendo el ceño.

-¿No? -Se puso detrás de mí para levantar mi blusa. -¿Y las marcas estas aparecieron solas?

-Jordan... -Me removí incomoda para safarme de su agarre. -Esto no es asunto tuyo.

-¿Perdón? Eres mi prima. Y si yo quisiera, ahora mismo voy y denuncio a ese desgraciado por maltrato.

-¿Qué? Ni se te ocurra hacer eso.

-¿Por qué? Es lo que hace, Kysha.

-Claro que no, Jordan. Damian seria incapaz de pegarme. Lo que hacemos es solo un juego.

-¡¿Un juego?! -Gritó. -¿Jugar significa golpear a alguien con un látigo?

-Tú no lo entiendes, Jordan.

-Yo solo entiendo que ese hombre te usa como su juguete sexual. -Dijo antes de caminar hacia la puerta para salir de mi casa.

-¡Eres un idiota! -Grité lo suficientemente alto para que pudiera escucharme desde fuera.

¿A cuento de qué venía a mi casa a decirme lo que tenia o no tenía que hacer? ¡Es mi vida! ¡Y yo hago con ella lo que me da la gana!

-¿A qué si, bebé? -Acaricié mi vientre plano de arriba abajo. -No le hagas caso al tío Jordan. Él no sabe lo que dice. ¡Está loco! -Reí para caminar hacia la cocina y prepararme algo para cenar.

-¿Ahora que hacemos, bebé? No tenemos nada divertido que hacer... Ah, ya se. Llamaremos a papá.

Cogí el móvil para buscar su nombre en mi agenda hasta que me dí cuenta de que no podía llamarlo. -Bueno, le enviaremos un mensaje.

¿Puedes venir? Ando un poco aburrida...

Su respuesta no tardó en aparecer.

No puedo, Kysha. Estoy trabajando.

¿A esta hora?

Sí.

Doble TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora