Doble Traición

Capitulo 29

~23 DE JULIO~

●DAMIAN●

-Au bal
Au bal masqué, ohé, ohé!
Ell' danse, ell' danse, ell' danse au bal masqué.
Ell' ne peut pas
S'arrecircter, ohé, ohé
De danser, danser, danser au bal masqué

-¿Qué diablos es eso? -Pregunté en voz alta quitandome las gafas de vista.

-¡Mami! ¡Mami!

-Obvio que tiene que ser ella, enano. Es la única que está en la casa. -Suspiré para levantarme y abrir la puerta de la habitación para ver a Kysha cantando y bailando a mitad del salón.
-Kysha.

-Au bal
Au bal masqué, ohé, ohé!
Au bal, au bal, au bal, au bal masqué
Ell' ne peut pas
S'arrecircter, ohé, ohé
De danser, danser, danser, danser, danser...

-¡Kysha! -Volví a llamarla ya que había pasado completamente de mi.

-Quoi? -La miré levantando una ceja. -Digo, ¿Qué?

-Sé francés ¿Sabes? -Dije al darme cuenta de que me había traducido.

-¿Y para que me preguntas? -Rodé los ojos para parar la música del ordenador.

-¿Por qué escuchas música en francés? -Pregunté y ella se encogió de hombros.

-Mi abuela me la enseñó cuando era pequeña. Me vino a la cabeza y la puse.

-Ah... -Murmuré sabiendo que no le gustaba hablar mucho de ese tema.

Su madre había fallecido en el parto y ella se había criado con su abuela materna en Francia, ya que su abuela era de allí, hasta que su tía decidió traerla a San Francisco.

-Mm... ¿Puedo seguir limpiando?

-¿Es que estabas limpiando? -Pregunté confundido.

-¡Claro! ¿No me ves? -Me encogí de hombros para mirarla. Iba vestida solo con una de mis camisetas dejando sus lindas y bronceadas piernas a la vista de todos. Que en este caso, sólo podía verla yo...

-Yo veo otras cosas...

-¡Damian! -Me acerqué a ella después de haber recorrido todo su cuerpo con mi mirada para atraerla hacia mi. -¿Qué haces?

-¿Es que no puedo tocar a mi novia?

-No cuando esta está indefensa...

-Con que indefensa ¿eh? -Ataqué directamente sus labios sin dejarla responder hasta que un fuerte llanto nos interrumpió.

-¡Oh, Jude! -Kysha me apartó rápidamente para ir corriendo a la habitación. Resoplé para seguirla y verla con Jude en brazos. -Tranquilo, cariño. No fue nada.

-¿Qué pasó?

-¡Estaba en el suelo! Lo más seguro es que se cayó al intentar bajar. -Me miró acusadoramente y yo fruncí el ceño.

-¿Qué?

-¡Es tú culpa! ¡Jude estaba contigo!

-Ah, claro. Cargame el muerto ahora.

-¡Pues si! Era tu responsabilidad. -Me fulminó con la mirada para esquivarme y salir de la habitación.

-Pues nada. Seguiré con el trabajo.