-¡Pues no lo tengas!
-¡No digas bobadas!
-Entonces no te quejes, Kysha. Y asume las consecuencias.
-Es lo que intento... -Dije para sentir las lágrimas caer. -Intento asumir mis consecuencias ¿vale? Pero todo me supera.
-Normal... -Lo fulminé c...
-Ajá. -Dije para beberme de un trago el vaso que tenia en la mano.
-Entonces veo que sigues siendo la misma de siempre...
-Por supuesto que no. -Fruncí el ceño para mirarlo. -Ya te dije que he madurado.
-¡Pero si me estás demostrando todo lo contrario! -Dijo moviendo las manos exageradamente y yo reí.
-No es eso. Es solo que hacia tiempo que no salía de fiesta... -Levantó una ceja como si estuviera preguntándome el porqué. -Me han pasado muchas cosas, Steve.
-Ya puedes ir contandomelas.
-Novelero. -Dije para coger el otro vaso que el camarero había puesto sobre la mesa. -No te voy a contar mis problemas. Para eso son míos.
-Bueno... Pero cuéntame.
-Que no, Stev. Cuéntame tú de tu vida.
-Eso es rápido. -Sonrió de lado. -No he vuelto a tener novia desde que lo dejamos, todas me parecen un coñazo. -Bufó para beber de su vaso. -Ah, mi hermana tuvo a una niña hermosa. Tienes que verla. -Se llevó la mano para pensar. -Creo que no me ha pasado nada así.
-¿No? ¡Si no me has dicho nada importante!
-¿Cómo qué no? -Se hizo el ofendido. -¿No es importante el nacimiento de mi sobrina?
-Si, pero tampoco es gran cosa... -Hizo regañizas y yo rodé los ojos.
-Ah, mira. -Se dió la vuelta para levantarse la blusa y enseñarme la espalda. -Me lo hice cuando Summer nació.
-¿Otro? -Pregunté para acercarme y tocar el atrapasueños que había tatuado en su piel.
-Sabes que me encantan. -Pronunció antes de volver a colocarse la camiseta y girarse para sonreírme.
Este no era su primer tatuaje. Steve era un aficionado y tenia varios tatuajes a lo largo de su cuerpo. Aunque en donde más tenia, era en los brazos.
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-¿Te gusta?
-Si. Pero deberías de aflojar un poco. -Rió para mirarme a los ojos.
-¿Aflojar por qué?
-No sé. -Reí para encogerme de hombros. -Creo que te estás llenando mucho de tatuajes.
-Pero si a ti también te gustan. -Dijo mirándome confundido para mirar hacia mi mano. Lo imité para darme cuenta que miraba el pequeño tatuaje que tenia en el interior del dedo. Ese tatuaje que él también tenía en el mismo sitio y que significaba "El rey y la reina de corazones."
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-Ahora me pregunto porqué diablos tuve que hacérmelo.
-¿Por qué me amabas?
-Bff... Lo dudo mucho. -Dije y ambos reímos.
•••
-Shh... Los vas a despertar.
-Vale, vale. -Dijo para empezar a reír. ¿Pero es que era sordo?
-Deja de reírte. -Dije terminando de colocar las sábanas.
-No me dejas hacer nada. -Golpeé su brazo antes de caminar hacia mi habitación. -Mañana te quiero fuera de aquí antes de que salga el sol.
-Si, si. -Se tiró sobre el sofá de cualquier manera haciéndome rodar los ojos.
Entré a mi cuarto en silencio para no despertar a Damian y me quité la ropa para meterme en la cama.
-¿Dami...? Ya lle... ¡Ah! -Grité para salir corriendo de la cama y encender la luz.
-¿Qué son estas horas de llegar, jovencita?
-¿Tía Johana? -Fruncí el ceño aun intentando regular mi respiración. -¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Damian?
-¡Si hubieras cogido el móvil te hubieras enterado!
-¿El móvil? -Recogí el bolso del suelo para buscarlo pero Johana me frenó.
-Ni lo busques. -Señaló sobre la cómoda donde yacía mi bonito móvil. -Damian salió de aquí hecho una furia.
-¿A dónde fue?
-Tuvo que volver a Nueva York. Al parecer su madre tuvo un accidente.
-Oh... -La puerta se abrió de golpe y por ella entró Steve con la escoba de barrer en las manos.
-¡¿Qué pasa aquí?! -Me llevé la mano a la cara en cuanto mi tía lo miró.
-¿Y este? No me digas que... -¡No! ¡Claro que no tía! Steve se irá mañana por la mañana.
-¿Y entonces que hace aquí?
-Perdí las llaves de la casa de mi hermana y si le toco ahora, me matará. -Dijo para fruncir el ceño. -¿Y el ladrón?
-¿Qué ladrón? -Pregunté confundida. -Además, ¿Qué haces con eso?
-Te oí gritar y pensé... bah, da igual. Me vuelvo al sillón. -Se dió la vuelta para cerrar la puerta y dejar la habitación en completo silencio por unos segundos.
-Mañana tendrás que explicarme todo este numeríto.
~28 DE MAYO~
-Damian, es el décimo mensaje que te dejo ya. Llamame cuando puedas. -Colgué para resoplar. ¿Es que nunca me atendería?
Una idea pasó por mi cabeza y rápidamente marqué el número de Ben.
-¿Bueno?
-Soy Kysha, Ben. ¿Damian está contigo?
-No, señorita. El señor está en el cuarto con su madre.
-Está bien... -Suspiré. -¿Puedo... ¿Puedo pedirte un favor?
