Capitulo 8

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~1 DE SEPTIEMBRE~


Abrí los ojos para encender la luz de la mesita de noche y restregarme los ojos.

-¿En serio? -Murmuré apartando las sábanas para notarlas mojadas. ¿Cómo me había orinado encima?

Me incorporé en la cama para intentar ponerme de pie pero un fuerte dolor me invadió por completo. -¿Pero qué... ¡Ah!

Apoyé la mano en mi abultado vientre para coger mucho aire y evitar las ganas de gritar. Cogí rápidamente el móvil para marcarle a Damian pero no contestaba.

-Venga, Damian. Por fav... ¡Ah! -Volví a colgar para marcarle a Jordan. Este me contestó al tercer tono con voz adormilada. -¡Jordan! ¡Necesito que vengas!

-¿Qué vaya para qué?

-Creo que... -Grité. -¡Jude va a nacer!

-¡¿Qué?! -Hice una mueca de desagrado al oírlo gritarme en la oreja. -Voy para allá. No te muevas.

-¡No me pienso mover... Idiota!

-Vale, estoy ahí en cinco minutos. Cuatro. -Corrigió antes de cortar la llamada.

Solté el móvil sobre la cama para intentar vestirme sin quitarme la mano del vientre. -Tranquilo, Jude. Ya viene el tío Jordan...

Entonces, la puerta de entrada se abrió de golpe y Jordan llegó a mi habitación agitado.

-¿Estás bien? ¿Te duele algo?

-¡Me duele todo! ¡Llévame al hospital ya!

-Vale, vale. -Me cogió en brazos para dejarme en los asientos traseros de su coche y poner rumbo al hospital.

-Dios, que no pase nada malo. Que no le pase nada malo a mi bebé. -Murmuré por lo bajo para que Jordan no me escuchara.

Al llegar al hospital, me tumbaron en una camilla para llevarme a una habitación a la que no dejaban entrar a Jordan.

-Espere un momento, enfermera. Necesito... decirle algo. -Dije como pude por el dolor. La chica asintió y nos dejó solos. -Tienes que prometerme algo, Jordan.

-No.

-Si tienes que elegir, eligeló a él.

-Kysha...

-Prometelo. -Suspiró resignado para asentir.

-Lo prometo. -Sonreí para apretarle la mano.

-También dile a Damian que cuide muy bien de Jude y que encuentre a alguien que le ejerza de madre.

-Estás exagerando, Kysha.

-Tú díselo, Jordan. Nunca se sabe lo que pueda pasar. -Asintió. La misma enfermera de antes volvió a entrar para decirle a Jordan que saliera. -Te quiero.

-Te quiero, Kysha. Y te veo a fuera. -Sonreí con lágrimas en los ojos para verlo salir del cuarto.

Que sea lo que Dios quiera.

●DAMIAN●

Bajé del avión para dirigirme directamente al coche que me llevaría a la casa de Kysha.

Sí, había decidido venir a darle una sorpresa a mi chica. Quería demostrarle lo importante que ella era para mi.

-¿No prefiere pasar antes por casa, señor?

-No, Ben. Vé directamente a casa de Kysha.

-Está bien. -No hablamos más en todo el camino hasta llegar a mi destino.

-¿Lo espero o me retiro?

-Puedes retirarte, Ben. Gracias por acompañarme a estas horas de la madrugada.

-No tiene porqué darlas, señor. Para eso le sirvo. -Asentí agradecido para entrar al edificio de Kysha.

Abrí la puerta despacio para no despertarla y me quedé mirando hacia ese espejo que yo mismo había roto. Tendría que comprarle un espejo nuevo...

Entré a su habitación llevándome la sorpresa de que la cama estaba vacía. ¿A dónde había ido a las seis de la mañana?

La busqué en el baño pero tampoco estaba. -¿Kysha? -Silencio. -Princesa, estoy aquí. -Más silencio.

Saqué mi móvil para llamarla cuando me di cuenta de que tenia varias llamadas suyas y una de su primo. Mierda.

Salí de la casa corriendo para llamar a Ben y decirle que retrocediera. Mientras que lo esperaba, marqué el número de Kysha pero esta no me atendía.

-Por fin respondes.

-¿Dónde está Kysha? -Pregunté mientras veía como Ben frenaba frente a mi para dejarme subir.

-En el hospital... A tú hijo le dió la gana de nacer hoy.

-Voy para allá. -Colgué para darle a Ben la dirección del hospital al que acudía Kysha y al que seguramente estaría.

•••

-¿Dónde está? ¿Se encuentra bien?

-Aún no se nada. Sólo lleva como media hora ahí dentro. -Miré hacia las grandes puertas para luego resoplar y sentarme al lado de Jordan.

-¿Por qué hoy? Aún le quedaba para que naciera...

-Lo mismo me pregunto yo. -Palmeó mi espalda y yo lo fulminé. Ya ustedes mismos habían visto que no teníamos una relación de mejores amigos. -Oye... Tengo que decirte algo...

-¿El qué?

-Kysha me pidió que te dijera que en el caso de que... bueno, ya sabes...

-No estarás insinuando en que ella morirá ¿verdad?

-Dijo que cuidaras de Jude y que le buscaras una buena madre. -Eso me enfureció.

-¡No digas bobadas! Kysha va a salir perfectamente de aquí. ¿Quedó claro?

-Eh, que eso lo había dicho ella, no yo.

-Me da igual quien lo haya dicho. -Dije apretando los dientes para ponerme de pie y comenzar a desesperarme.

¿Cómo había sido capaz siquiera de decir esa brutalidad? Ella iba a vivir. Claro que lo haría, por nuestro hijo.

《Vaya, por fin reconoces que vas a tener otro hijo》

No estoy para juegos ahora, imbécil. Le dije a mi subconsciencia a pesar de que estuviera hablandome a mi mismo.

Los minutos cada vez pasaban más rápido y aun no nos habían dado noticias de Kysha o del bebé.

-¿Familiares de la señorita Houston? -Me levanté en cuanto oí ese apellido. -El bebé se encuentra bien a pesar de haber nacido prematuro...

-¿Y Kysha? -La doctora frunció el ceño al mirarme.

-Es su novio.

-Oh, en ese caso déjeme presentarme. Soy la doctora Kells.

-Y yo Damian Williams, pero dígame como está ella.

-La señorita Houston se encuentra estable, pero ahora está dormida. Podrán pasar a verla dentro de unas horas.

-¡Eso es mucho tiempo! -Dije para darme cuenta de que había sonado mucho más alto de lo que pretendía. -Lo siento.

-Bueno, no puedo hacer otra cosa, señor Williams. -La doctora dió media vuelta para dejarnos solos de nuevo.

-Deberías calmarte.

-Pues no puedo. -Dije peinandome el pelo hacia atrás. -Iré por café.

Al menos sabia que Kysha estaba bien, y viva.

Doble TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora