Capitulo 24

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~6 DE JUNIO~

-¿Qué diablos te pasó ahí? -Preguntó quitandome la tirita que me había puesto la noche anterior.

-Mm... Nada. Es solo un corte...

-¿Pero como te lo hiciste?

-No es nada importante, Dami. -Pasé la lengua por esa zona para notar un poco de sangre.

-Dios, no hagas eso.

-¿Por qu... -Sus labios interrumpieron los míos en un abrir y cerrar de ojos. -¡Cuidado!

-¿Me dirás ahora como te lo hiciste? -Negué y volvió a morder mi labio provocandome un fuerte dolor.

-En serio, Damian. Duele.

-Pues dime que te pasó ahí. ¿Te golpearon?

-¿Qué? No...

-¿No? ¿Y entonces que pasó?

-Solo fui a entrenar y... pues bueno...

-¿A entrenar? Habías dejado de hacer eso cuando nos conocimos. -Dijo frunciendo el ceño.

-Si, y por eso creí que...

-Espera, espera. ¿Con quién fuiste? -Agaché la cabeza evitando su mirada. -¿En serio, Kysha? ¿Me voy unos días y ya haces lo que te da la gana?

-¿Tú también? -Pregunté al recordar mi discusión con Jordan el día anterior.

-¿Yo también qué? ¿No entiendes que no te quiero ver cerca de él?

-¿Por qué?

-¡¿Cómo qué por qué?! Está claro ¿no?

-¡Pues no! Steve no ha hecho nada ma...

-¡Por favor, Kysha! Es tú exnovio.

-¿Y qué? -Damian me miró como si me hubieran salido dos cabezas.

-No me creo esto. -Pasó por mi lado para sentarse en el sillón y pasarse las manos por la cara. -¿Es que no lo entiendes?

-El que no entiende aquí eres tú, Damian. ¿Por qué unos exnovios no pueden ser amigos?

-¡Pues porque no!

-¡¿Pero por qué no?! -Pregunté sin entenderlo.

-Kysha. -Me miró directamente a los ojos. -No me fio de él.

Inconscientemente, llevó la vista a mi mano izquierda y yo la escondí.

-No tienes porqué desconfiar, Damian. Sabes que lo nuestro se terminó hace mucho tiempo...

-Si, pero siento que entre ustedes dos hay mucha historia vivida. -Me senté a su lado para agarrar su mano.

-¿Es por el tatuaje? Puedo quitar...

-No. No quiero que te lo quites. -Fruncí el ceño sin entender lo que quería que hiciera entonces. -No quiero obligarte a hacer cosas que tú no quieras, pero...

-Creo que puedo llegar a entenderte, Damian. -Asintió y me acurruqué a su lado para que me abrazara.

~10 DE JUNIO~

-¿Por qué quieres hacértelo?

-Por Damian. No me lo ha dicho, pero él le da importancia a estas cosas. -Olivia me miró levantando una ceja, pero aún así no dijo nada.

Volví a mirar la tienda de tatuajes para suspirar y mirarla. Ella asintió y ambas entramos escuchando el tintineo de la campanilla que había colgada en la puerta.

-Hola.

-Hola... -Murmuró la chica que había detrás del mostrador sonriente. -¿En qué puedo ayudarlas?

-Me gustaría hacerme un tatuaje.

-Claro. -Hizo señas para que la siguiéramos y así lo hicimos. -¿Ya sabes lo que quieres?

-Mm... Creo que si.

-¿Y el lugar?

-También. -La chica tatuada se disculpó para retirarse un momento. -¿Estás segura de que esta chica sabe?

-Claro. Dylan me dijo que aquí fue en donde él se los hizo. -Asentí para mirar todo a nuestro al rededor. -Aunque también me dijo que quien tatuaba era un chico y no una chica...

Y efectivamente, con la chica de antes, apareció un chico más alto y más robusto de lo que podía imaginar.

-¿Quién es mi presa? -Tragué saliva. Me hubiera pensado mejor esto del tatuaje...

•••

-Listo. -Solté la mano de Olivia que había apretado todo el tiempo.

-Lo siento. -Ella sonrió para negar.

-Dejame ver... -Dió la vuelta para ponerse a mi espalda. -¡Oh! Es hermoso.

-¿De verdad? -Pregunté sintiendo algo de dolor.

-Si. Mira. -Me pusieron frente a un espejo mientras que la chica de distintos tatuajes y perforaciones, sostenía uno más pequeño detrás de mí.

Levanté la vista para ver tres golondrinas. Cada una era de un tamaño diferente y volaban libremente sobre un diente de león.

-Si que es hermoso

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-Si que es hermoso. -Sonreí imaginandome la cara que se le pondría a Damian cuando lo viera. -¿Cuánto es?

Después de pagarle al grandullón, salimos de la tienda para dirigirnos a su coche.

-¿Crees que le guste a Damian?

-Claro. Es muy bonito. -Le sonreí agradecida y después de un rato, llegamos a mi casa. -¿Se lo enseñarás hoy?

-Mm... No lo sé.

-Bueno, pues avisame para conocer su reacción.

-Vale. Oye... Gracias por acompañarme.

-No tienes porqué darlas. -Nos despedimos y entré a mi edificio cuando su coche desapareció del camino.

-¡Estoy en casa! -Grité pero nadie contestó. -¿Damian?

Entré a la habitación pero ninguno de los dos estaban. Volví al salón para darme cuenta de que una nota reposaba sobre la mesa.

"Salimos un rato. Creo que Jude y yo necesitamos pasar una tarde padre e hijo.

D."

Suspiré para arrugar la nota y tirarla en la basura de la cocina.

Vaya. Ahora no tenía nada interesante que hacer...

Doble TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora