Capitulo 27

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~19 DE MAYO~

-¿Vas a seguir ignorandome?

-Hasta que me pidas perdón si.

-¿Pedirte perdón? ¡Pero si no he hecho nada!

-¿Te parece no hacer nada dejarme de lado? -Dije girandome para verlo a la cara.

-No podía vernos juntos.

-Eso no es excusa, Damian.

-Como digas entonces. -Se dió la vuelta para salir de la casa. ¿Perdona? ¿Acaba de irse para dejarme hablando sola?

•••

-Buenos días.

-Hola... -Murmuré pasando por su lado para sentarme en la silla que había a su espalda.

-¿Qué tal tu noche el otro día?

-Bien. -Me limité a decir.

-¡Me alegro entonces! La mía también estuvo bien. Pasé toda la noche con... -Bajó la voz para mirar hacia todos lados y acercar su cara a la mía. -...Damian.

-Ah. -¿Perdona? -Y... ¿No estaba casado?

-Ajá. -Volvió a mirar hacia los lados. -Te lo voy a decir porque eres lo más parecido a una amiga que tengo aquí. -Levanté una ceja. ¿Qué yo era lo más parecido a una amiga que tenia? ¡Pero si ni siquiera nos llevábamos bien! -Me dijo que se estaba divorciando.

Ya está ya.

Me levanté rápidamente de mi silla para salir corriendo al despacho de Damian.

-¿Qué pasa ahora?

-¿Qué pasa? ¡Le dijiste a esa bratz que te estabas divorciando!

-¿Y qué?

-¡Por favor, Damian! ¿Qué querías conseguir con eso?

-Calmate, Kysha.

-¡No! -Dije moviendo las manos exageradamente. -¿Cómo quieres que me calme? ¡Se suponía que nadie podía saberlo!

-Y nadie lo sabe. Sólo... necesitaba desahogarme con alguien.

-Ah, claro. porque yo no soy una persona con la que puedas hablar.

-Claro que si, pero no es lo mismo.

-No, claro que no. -Me dí la vuelta para salir pero sus manos me frenaron.

-No seas idiota, Kysha. Sabes perfectamente que no te engañaría.

-Ya lo hiciste una vez. Podías hacerlo dos veces. -Me zafé de su agarre para salir de la oficina y dirigirme al baño.

Sabia que había sido muy cruel, pero era lo que realmente sentía.

~4 DE JULIO~

-Kycha...

-¿Si?

-¿Polqué papi y tú ya no che hablan?

-Si nos hablamos.

-No. Yo no los veo hablal... -Hice una mueca. ¿Y ahora que le decía?

-Para nada, pequeño. Si que nos hablamos. -El niño volvió a negar. -Qué si. ¿A qué si, Damian?

-Claro. -Dijo de mala gana sin despegar la vista de su portátil.

Doble TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora