Capitulo 31

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~30 DE JULIO~

-Viniste.

-Claro. -Dije antes de que se acercara para dejar un beso en mi mejilla. -Te dije que vendría.

-Gracias. -Le sonreí sin saber muy bien que decir. -¿Y Jude?

-Lo dejé con mi primo. No quise arriesgarme a que cogiera un resfriado.

-Si, tienes razón. -De repente, me agarró de la mano para arrastrarme hacia tres chicos. -Mira, ellos son Kened, Yared y Jack. Y ella es Kysha, una amiga de mi hermana.

-Hola...

-Hola. -Dijeron los tres a la vez para sonreírme.

-Con que amiga de tú hermana ¿eh?

-¿No es un poco joven para ser amiga de tu hermana?

-¿Estás llamando vieja a mi hermana? -Preguntó Albert frunciendo el ceño. Yared, creo que se llamaba, rió para darle unas palmaditas en la espalda.

-Tranquilo, hermano. Sólo era una broma.

-Lo sé, idiota. -Albert golpeó su estómago para reír. -Bueno, y... ¿Qué piensan hacer ahora?

¿Cómo que qué piensan hacer? ¿Es que no vamos a estar los dos solos?

《¿Pero qué dices?》

-Pues creo que Aria va a ir al Kenya's. ¿Se apuntan? -Albert me miró como si pidiera mi opinión pero yo esquivé su mirada.

-Mmm... Creo que no. Nos vemos mañana, chicos.

-¿En serio que no van a ir? Vamos a pasárnoslo bien.

-Ya dijimos que no, Kened. Hasta mañana. -Albert volvió a coger mi mano para salir del campo de fútbol. -Lo siento.

-No tienes porqué disculparte, Albert. No es tú culpa.

-Bueno, da igual. Te acompaño a casa, aunque hoy no traje el coche.

-No te preocupes. Con que me acompañes me conformo. -Asintió y seguimos caminando rumbo a mi casa.

-¿Qué te pareció el partido?

-Bien. Aunque yo no hubiera hecho el último cambio...

-¿Por qué?

-¿Por qué? -Lo miré ofendida para luego reír. -¡Por favor, Albert! No conozco de nada a ese chico, pero se nota que no se le dá bien... -Albert rió a carcajadas para mirarme y volver a reír. -¿Qué?

-Pensé que solo yo veía lo mal que juega Victor.

-No, no. -Volvimos a reír para darme cuenta de que ya habíamos llegado a mi casa. -Subes ¿verdad?

-¿Quieres que suba? -Lo observé en silencio para luego sonreír.

-Claro. -Me devolvió la sonrisa y ambos subimos hasta mi casa. -¿Quieres comer algo? Porque me imagino que después de hacer ejercicio te gusta...

-Si, pero no quiero nada. Gracias.

-¿Seguro? Mira que puedo hacerte de comer si...

-De verdad que no, Kysha.

-Está bien. -Suspiré para mirar la hora. -¿Te importa que haga una llamada?

Doble TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora