-¡Pues no lo tengas!
-¡No digas bobadas!
-Entonces no te quejes, Kysha. Y asume las consecuencias.
-Es lo que intento... -Dije para sentir las lágrimas caer. -Intento asumir mis consecuencias ¿vale? Pero todo me supera.
-Normal... -Lo fulminé c...
-Me encanta. -Dije dándole una vuelta a la habitación para verla mejor.
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-Gracias.
-No tienes que darlas, princesa.
-Claro que si. Yo no tengo tanto dinero como para comprar todo esto. -Sonreí para abrazarle.
Damian había aparecido a las diez de la mañana con un montón de cosas para el cuarto del bebé, incluso habían venido unas personas a pintar las paredes y a colocar los muebles.
-Para eso estoy yo. -Besé su pecho por encima de la camisa antes de oír el timbre de la puerta. -¿Esperas a alguien?
-No. -Caminé hasta la puerta para abrirla dejándome ver a Angi. -Oh, hola...
-¡Hola! -Entró cargada con unas cuantas bolsas en la mano. -¡No sabes la de cosas bonitas que ví en el centro comercial! También traje comida china.
Angélica dejó las bolsas sobre la mesa de la cocina mientras que yo la observaba desde el marco.
-No me dijiste que ibas a cenar con tu amiga.
-Y no lo iba a hacer. -Murmuré para ver a Damian cruzado de brazos mirándonos a ambas.
-Lo siento. Vine sin avisar porque supuse que Kysha estaría sola...
-No, no importa. Yo ya me iba.
-Damian...
-Nos vemos mañana. -Besó mi frente para ir hacia la puerta y salir sin más.
-No quería causarte problemas...
-No te preocupes, Angi. Es solo que... no se siente cómodo al rededor de personas que no conoce.
-Si intentara conocerme vería que le caería bien.
-Lo sé, pero es un cabezota. -Asintió y nos sentamos en el sillón para charlar.
-¿Qué tal el niño?
-Bien. ¿Sabes? Tengo ganas de que empiece a moverse.
-Bff... Y cuando lo haga vas a querer que se esté quieto. -Reímos para charlar un rato sobre temas sin importancia hasta que Angi sacó un tema algo viejo. -Por cierto... ¿Cómo se conocieron?
-¿Damian y yo?
-No. Pepito grillo y tú. -Reí para verla rodar los ojos.
-Bueno, pues... Fue en una fiesta, y a pesar de que al principio me trató mal, nos enamoramos.
-¿Por qué te trataba mal?
-Pues porque yo bailaba con un vaso en la mano y al darme la vuelta, manché su cara camisa.
