Capitulo 30

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~29 DE JULIO~

-¡Hola!

-Hola, Susan. -Le sonreí y ella se hizo a un lado para dejarnos pasar.

-Me alegra que hayan venido.

-Y a mi que nos hayas invitado. -Dije para pasar a la sala. ¿Es que no pensaba venir más nadie?

-No tienes porqué darlas. -Susan caminó para sentarse a mi lado. -Christian está arriba, enseguida baja.

-Claro.

Hoy era el cumpleaños de Christian, y Susan me había invitado a su casa. Yo pensé que habría más gente, pero veo que no hay nadie más...

-Supongo que te preguntarás porqué no hay más gente... -¿Me leía la mente o qué?

-Bueno...

-No importa. Mi familia y yo no nos llevamos muy bien... Con el único que me hablo es con mi hermano pequeño.

-Oh... -No sabia muy bien que decirle. -En parte te entiendo... Yo también estoy sola ¿Sabes? Me refiero que, mi mamá murió cuando yo nací y mi abuela y tía viven lejos. Así que sólo tengo a mi primo...

Susan fue a decir algo cuando pasos se oyeron bajar por las escaleras.

-¡Mami! ¡Tío Albert no me deja jugar con el avión!

-Oye, que yo no tengo la culpa de que... -El chico se calló al verme y por supuesto que hasta yo me sorprendí.

-¡Vaya! ¡Hola, Jude!

-¡Tistian! -Gritó mi hijo en respuesta mientras que Susan reía.

-Mira, Kysha. Él es mi hermano pequeño. Albert, ella es la madre del amiguito de Chris.

-Hola. -Albert se acercó para darme dos besos. -Me alegra volver a verte.

-Lo mismo digo. -Respondí alegremente.

《¿Por qué estás tan feliz?》

¡No sé!

-¿Ya se conocen?

-Choqué ayer con ella en la calle. -Respondió él con una sonrisa en la cara.

-Vaya, que casualidad ¿no?

-Si... -Volví a mirarlo para sonreír.

¡Deja de sonreír!》

-Bueno, ¿Quieres algo para tomar? También puedes coger de lo que hay en la mesa. -Dijo señalando una mesa decorada con cosas de cumpleaños y globos.

-Está bien, gracias. -Albert se sentó a mi izquierda mientras que miraba a Jude.

-Nunca imagine que tuvieras un hijo.

-Si, bueno... -Me encogí de hombros para mirar a Jude. -Es mi pequeño ángel. -Jude levantó la vista como si supiera que estaba hablando de él para sonreír.

-¡Tío Albert! ¡Deja a la mamá de Jude y ven a jugar con nosotros!

-Vale, vale. El deber me llama. -Sonrió para ponerse de pie y mirarme. -¿Te importa que salga a jugar fuera?

Doble TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora