Rompiendo Códigos

Capítulo XXII.

La voz de mi madre interrumpe mi sueño. Abrí los ojos lentamente, estaba parada junto a mi. Su cara de pena se hacia presente en mi habitación.

- Melanie ya es tarde -dice con la voz entrecortada.
- No voy a ir al Instituto, no me siento bien -tapo mi cabeza con la frazada.
- te duele algo?

Lágrimas comenzaron a caer nuevamente sobre mi mejilla. Me sentía mal, frustrada. Sentía que todo en mi interior se derrumbaba y lo peor es que no se lo podía contar a nadie. Era un secreto entre mi mente y yo.
Imágenes surgían, y todas se trataban de Ted.

- Te puedo contar algo y me prometes que no se lo vas a decir a nadie? -le digo a mi madre debajo de las sábanas.
- lo que sea cariño, me lo llevaré a la tumba si es necesario -su voz me tranquilizaba.
- creo que rompí con mi novio -saqué la tela de mi cara muy lentamente para ver su rostro.
- Tenias novio? Quien es? Lo conozco? -sus ojos estaban abiertos de par en par.
- mi novio es Ted -por fin pronuncié- era Ted.
- era obvio.

Sinceramente no era la respuesta que esperaba pero tenía un peso menos, se lo había contado a alguien. Ocultar o mentir era unas de las cosas que odio. Aunque no lo hago a menudo, se siente horrible.

Estuvimos toda la mañana hablando. Hubo lágrimas, risas, abrazos y demás. No acostumbro conversar con ella. Es una de las escasas veces que hablamos. Era algo que seguramente lo repetiría.

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14:37 p.m

Sally llamó al timbre de mi casa. Sabia que era ella porque me había avisado previamente.
Bajé corriendo de mi habitación. Abrí la puerta y allí estaba mi pequeña y rubia amiga.
Entramos y subimos a mi habitación.

- Fui a hacerme mi primera ecografía -dijo mirando al suelo.
- EN CERIO? CUANDO? POR QUE NO ME DIJISTE? PROMETISTE LLEVARME. -crucé mis brazos.
- perdón cariño -tomó mis manos- es que mi madre esta muy preocupada sobre esto.
- Matt lo sabe? O sigues sin contarle?
- Se lo conté hace unos días -miró nuevamente hacia abajo.
- POR QUE NO ME LO CONTASTE? ESTAS LOCA? -grité mas fuerte.
- NO ES MI CULPA, ESTUVISTE AUSENTE TODOS ESTOS DÍAS, TU ERES LA QUE ESTA LOCA.
- Lo siento -suspiré- últimamente mi vida esta patas arriba.
- Si, me doy cuenta -dijo Sally un poco mas calmada.
- No te enojes.
- No lo hago Melanie, solo es que te necesito ahora mas que nunca y no estas para mi -suspira- antes nos contábamos todo, estábamos todo el tiempo juntas y ahora... Ahora nos vemos solamente en el instituto, ya no nos juntamos los tres como antes y no se por que.

Un nudo se hacia en mi garganta y estómago. Tenía toda la razón. Me preocupé mas por Cassie y Ted que dejé a mi mejor amiga y a su bebé solos.
Me sentía terrible. Me sentía una mala amiga. Me sentía egoísta.

- Soy una pésima amiga , siento dejarte sola y a tu bebe. No es mi intención -tomé su mano mas fuerte.
- Esta bien -toca su vientre con la mano libre- si necesitas contarme algo, sabes que estoy para ti.

TENGO QUE CONTARTE LA VIDA NENA, LA VIDA.

- No, estoy bien -miré hacia mi costado, segundos después me reintegro- y? Cuentame, como te fue en el medico?
- excelente, el bebe esta en perfectas condiciones -una sonrisa dulce aparece en el rostro de mi mejor amiga- para tener 2 meses esta súper desarrollado, estoy muy feliz -toca nuevamente su vientre esta vez con una sonrisa.
- Me alegro muchísimo por ti -la abrazo sin dudarlo.

Nos quedamos unos minutos así.

Esa misma noche, Sally se quedó a dormir en mi casa ya que era viernes. Sentía que nuestra amistad renacía nuevamente. Hablamos sobre Matt, Frank y el enfermero guapo entre otras cosa.
Ted estuvo toda la noche escribiendome vía whatsapp pero yo no le contestaba. No me interesaba hacerlo por allí, me parecía algo patético.
Odio el tipo de personas que arreglan sus relaciones por mensaje. Es algo verdaderamente patético.
Ese día me levanté mas temprano que de costumbre. Me senté en mi cama y estiré cada parte de mi cuerpo mientras observaba a mi embarazada amiga. Era de no creer. De un día para el otro nuestras vidas cambiaron.