Estaba como siempre en su oficina, paredes azules, escritorio de madera de un fino mármol, su nombre en una placa dorada en una esquina, todo un poco más lujoso que la oficina del presidente Netero. Hoy supo de unos problemas de conducta de uno de los monstruos más fuertes, o más bien el más fuerte. Paristo había aprendido por la mala que mientras mayor sea el poder más difícil será controlarlo, así que normalmente somete los monstruos, les infunde miedo antes de que estos se den cuenta de lo poderosos que son, pero este era diferente, este chico no tenía mucha idea de sus poderes pero eso no le impedía actuar como el peor de los rebeldes, desde devolverle el golpe a un supervisor hasta no obedecer las ordenes al pie de la letra, su simples acciones están causando que los demás monstruos poco a poco también se revelen, obviamente no lo iba a permitir, y hoy lo llamo a una reunión. Sonrió ampliamente al escuchar un toque en su puerta.
—Pasen—Decía a lo que esa puerta se abría dejando ver Gon esposado de las manos y con un semblante neutral seguido de Hisoka quien sonreía a pesar de tener parte del labio inferior con una herida, sino mal recuerda el peli roza había detenido al menor cuando este casi mata unos guardias que tenían fama de abusar de monstruos jóvenes, casi niños, pensaba que se encontraba gravemente herido pero al parecer se recupero muy rápido—buen día Hisoka san, Gon kun—saludo sonriente.
—Hola—Dijo secamente, no se veía molesto, incómodo ni mucho menos con miedo ante la presencia del rubio, normalmente para los monstruos ir a esa oficina era sinónimo de tortura por castigo, pero ya se sabe que Gon es especial.
—Eh oído que has causado muchos problemas Gon kun—Empezó mirando de forma penetrante al menor sin borrar su sonrisa, sin embargo este no reaccionaba, o más bien lo ignoraba.
—¿Es así? No me había dado cuenta—Agrego sin mucho interés y Pariston soltó una risita.
—Es normal que estés tan concentrado en tus egoístas acciones que no notes la reacción que causas en los demás—Explico como si nada mirando de reojo a Hisoka quien observaba con una sonrisa y entretenido la escena, sabía que ese supervisor era caprichoso, de ser posible le hubiera encomendado a Gon uno más estricto y serio pero este era el único con la fuerza para contenerlo—deberías cambiar tu comportamiento o de lo contrario pasaras un mal rato—advirtió con una aptitud carismática pero de alguna forma intimidadora sin embargo a Gon le resulto indiferente.
—Mi vida esta conformada por malos ratos ¿Qué tiene de diferente uno más o uno menos?—Respondió a lo que Pariston sonrió de manera más amplia.
—Los míos podrían causarte la muerte.
—Muy típico—Un suspiro de aburrimiento salió de sus labios y desvió la mirada en algún punto de la pared mientras recargaba su codo en la posadera de la silla en la que estaba sentado y recargaba su mejilla en su mano—¿Me van a torturar?—el rubio mantenía su sonrisa a pesar de la aptitud rebelde del menor.
—Por esta vez te iras con la advertencia, pero la próxima vez no habrá misericordia Gon kun.
—Nunca me la han dado—Respondió para luego levantarse y caminar hacia la puerta seguido de Hisoka para finalmente irse.
—Heee... que chico tan creído—Dijo mientras miraba al techo descansando su espalda en el sillón con semblante pensativo.
La razón por la que no lo castigue aquella vez fue simple, el dolor físico no sirve en Gon Freecss y mucho menos el miedo a la muerte, en algún punto de su vida de monstruo dejo de temer a estos dos primordiales miedos en el ser humano, esto era un asunto muy serio, si un monstruo tan fuerte como él no es sometido correctamente terminará por destruir toda CIA tarde o temprano. Así que me puse a pensar... ¿Por qué se mantenía en la CIA? Con sus poderes y esa determinación pudo haberlo hecho hace tiempo ¿Qué lo mantiene aquí? Paso un buen tiempo antes de saber el por que, la respuesta llego cuando Gon fue "secuestrado" por aquel joven de melena blanca, lo supe casi de inmediato, Gon Freecss no se iba de la CIA por que pensaba que no tenia un lugar a donde volver.
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El monstruo.
RomanceSer diferente es muy difícil lo sé, nadie comprende lo que sufres si no lo percibe y nunca lo ve. Jamás podrás entender, lo pesada que es esta carga que llevo atada a mi vida desde el día en que me vieron nacer. Puedo ver y sentir seres que me rode...