—¿Eh?—Miraba a su alrededor encontrándose con númerosos árboles y un pasto frondoso, había un hermoso cielo y un sol brillante encima de él, sonrió al reconocer el lugar—¡Este es el bosque de mi aldea! Ahh... que nostálgico ¿Pero cómo llegue aquí?
—Avanza...
—¡Ah!
—Avanza...—Reconoció esa voz de mujer.
—¿Lucero?—No iba a llamarla mama o algo así, al igual que con Ging la iba a llamar por su nombre—¿De nuevo una premonición? ¿Va a pasar algo malo?—no oyó respuesta alguna así que solo camino obedeciendo la orden anterior aunque algo preocupado. Camino por un sendero rodeado de arboles, miraba alrededor viendo lo brillante y reluciente que era todo, pero eso no lo tranquilizaba ¿Qué significaba eso? Sentía una presión en su pecho y unas ganas de salir corriendo aumentando cada vez más—por dios Lucero, dime de una vez que va a pasar...—suplico por lo bajo ya muy inquieto, sin embargo una voz derrumbo todos sus miedos.
—¡Gon!
—¡Ah!—Sonrió a más no poder, en la lejanía, parado junto a un río cristalino, podía divisar a la persona que más quería sonriéndole y saludándolo tranquilamente—¡Killua!—estaba por correr hacia él cuando la voz sombría de Lucero lo interrumpió.
—Huye...
—¿Eh?
—Alejate mientras puedes...
—¡¿Qué?!—Grito indignado y no entendiendo para nada—¿De qué hablas? Sólo es Killua—decía con el entrecejo fruncido para luego echar a correr hacia el albino.
—No digas que no te lo advertí...—Fue lo ultimo que oyó pero lo ignoró ¿Cómo es eso de ajarse de Killua? Al final Lucero si estaba loca...
—¡Killua!—Dijo con una sonrisa mientras corría hacia él con la intención de abrazarlo, justo cuando dio un salto para atraparlo todo dio un giro drástico, el agua tan clara como el cristal se volvió rojo sangre que de repente tomo al albino y lo jalo tragándolo, Gon termino cayendo al suelo al no tener nada de lo que sostenerse. Horrorizado vio como aquel cuerpo era tragado por esas aguas y solo tenia su mano extendida sobresaliendo de estas—¡Killua resiste!—trato de saltar al agua para tomarlo pero fue inmovilizado, al mirarse se vio con cadenas en sus manos y en sus pies, sintiendo como eran jalados a lo que parecía un espectro con gabardina negra—¡¿Qué demonios eres tú?!—grito alarmado, tirando y tratando en vano de levantarse para ayudar al albino pero terminaba en el suelo siendo jalado con más insistencia—¡Déjame! ¡¿Qué quieres de mí?!—jadeaba exaltado y forcejeando con todas sus fuerzas, unas risas tétricas se hicieron escuchar y una voz suave y grave hiso temblar su cuerpo.
—Lo quiero todo de ti...—Luego lanzo hacia el cuello del moreno una cadena y lo jalo haciendo que su espalda chocara con el suelo y tosiera con dificultad.
—¡No, suéltame! ¡Killua!—Gritaba desesperado a la mano inerte que se hundía en ese río rojo—¡Nooo Killua! ¡Déjame ir tengo que ayudarlo! ¡Killua! ¡Killuaaaaaah!
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—¡GON!—El grito en su oído lo despertó de sopetón, aturdido miro a su alrededor, era la sencilla pero agradable habitación de Killua, es cierto... había vuelto a dormir con él, intento moverse pero sus brazos estaban inmovilizados por el albino detrás de él...
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El monstruo.
RomansaSer diferente es muy difícil lo sé, nadie comprende lo que sufres si no lo percibe y nunca lo ve. Jamás podrás entender, lo pesada que es esta carga que llevo atada a mi vida desde el día en que me vieron nacer. Puedo ver y sentir seres que me rode...