DC o Marvel

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— Por favor, dime que no hay riesgos de que la casa entera arda en llamas —murmuró Frank desde el comedor con escepticismo al ver las acciones de Gerard. Podía imaginárselo haciendo cualquier cosa, pero cocinar jamás, y a juzgar por el ruido de ollas y olor a quemado no le estaba yendo muy bien en su tarea.

— ¿Acaso me crees tan estúpido como para hacer eso? —Frank se disponía a contestar pero el otro se le adelantó— Mejor no respondas.

— No tienes que hacer esto, en serio. Tampoco tengo muchos deseos de morir envenenado —Gerard se había ofrecido a preparar el mismo la cena de esa noche para ambos como "parte de su disculpa", lo que sea que quisiera decir con eso, a pesar de que Frank le había dicho una docena de veces que no era necesario. El pelirrojo seguía siendo un terco por naturaleza, al igual que él.

— Me halagas con tus comentarios alentadores. Pero lo tengo bajo control —minutos después emergió de la cocina con dos platos que literalmente largaban humo— Voilà, he aquí mi hermosa creación.

—Se ve... bien —Frank miró su plato. Si con hermosa creación se refería a un trozo de carne medio quemado junto con algo de puré de patatas y salsa gravy no sabía que esperar del gusto. Pero aún así trató de verle el lado positivo.

— Sólo espero que sepa igual de bien —tomó asiento en el lado opuesto de la mesa. Frank tuvo algo de inconvenientes para lograr cortar la carne pero con algo de esfuerzo está finalmente cedió. Y no, no sabía para nada bien. Sabía exactamente igual a cómo se veía, a quemado, pero decidió darle el gusto y masticar un trozo.

— Entonces... ¿qué significa todo esto? —dijo Frank una vez que logró tragar la carne seca— ¿Esto es algo así como una primera cita o en serio estás considerando en darle una oportunidad a nuestra relación falsa?

— ¿Lo estás tú?

—Pues la verdad... Ya no estoy seguro —murmuró mientras jugueteaba con su tenedor. La pregunta lo tomó por sorpresa. Realmente no había pensado en ello hasta ese momento. ¿Estaba dispuesto a hacerlo después de todo lo que habían pasado?

— Creo que ambos nos juzgamos demasiado rápido, nos dejamos guiar por la presión de la situación y ello mismo nos llevó a sentir resentimiento y odio por el otro —continúo Gerard— Así que sí, en teoría digamos que esto es como una primera cita en la que charlamos para conocernos y comemos comida quemada, solo si estás de acuerdo. Además, ahora puedo ver que no solo eres terco, malhumorado, un poco caprichoso, quizás algo idiota...

— Sí, Sí, entendí tu punto —asintió Frank, no hacía falta que le señalase todo aquello, pero entendía lo que quería decir— Está bien, hagámoslo —decidió. Si ya estaban metidos en eso no tenían nada que perder, además Gerard parecía ser una buena persona debajo de todo... Bueno, lo superficial.

— En ese caso... Me llamó Gerard —se presentó. Frank lo miró con confunsión durante unos segundos hasta que captó lo que estaba haciendo. 

— Frank.

— Dejáme decirte, Frank, que te ves radiante está noche —comentó de forma casual mientras cortaba su trozo de carne.

— No tienes que coquetear conmigo, ya nos acostamos, ¿recuerdas? Ayer mismo, de hecho —no se veía nada radiante, pensó Frank, la descolorida camiseta de Guns N' Roses y los jeans viejos más bien le hacían ver como un vagabundo. Quizás la comida ya le había afectado la vista.

— Lo sé, pero cuando mis citas se ven tan bien como tú no puedo callarme —Frank se sonrojó a la vez que trataba de ocultar su sonrisa, no pudo evitarlo. Gerard estaba siendo tan adudalor que básicamente le era imposible resistirse a sus encantos. Posiblemente había utilizado las mismas palabras con todos sus antecesores, que posiblemente eran muchos. Trató de no pensar mucho en ello.

— Cuéntame algo ti —quiso saber Frank, dejando de lado su plato, el cuál estaba comenzando a enfriarse, de todos modos no pensaba engullirlo— ¿Quién es el verdadero Gerard Way que se oculta detrás de todos los escándalos?

— Pues la verdad no hay mucho que contar. Nací en Summit, un pequeño condado de Jersey, me críe junto a mi hermano menor, Michael.

— Tuve el placer de conocerlo personalmente en el estudio de grabación. Me acorraló y luego me bombardeó con preguntas relacionadas con lo nuestro. Por un instante hasta creía que lo descubriría todo.

— Sí, Mikey tiende a ser así —una sonrisa algo melancólica cruzó por su rostro al mencionar a su hermano— Él no tiene malas intenciones, solo se preocupa por mí, es normal que haya sospechado algo.

— Aún así creo que la próxima vez que lo vea lo abofetearé, solo por haberme puesto en tal mala situación —sonrió, pensando que efectivamente lo haría.

— En fin, al crecer me di cuenta que mi pasión era la música y que quería dedicarme a eso. Formé una banda con mi hermano y amigos, nos hicimos populares y luego de unos años estoy aquí. Mis vicios son solo un efecto secundario —dicho aquello se sirvió una copa de vino y bebió un trago profundo.

Frank asintió mientras lo escuchaba. Aquella era todo un nuevo Gerard para él.

— ¿Qué hay de tí, chico de oro? —Frank hizo una mueca ante el apodo que Gerard no pareció notar— ¿Cómo has llegado hasta aquí?

— Soy de Kearny, también de Nueva Jersey. No tengo hermanos, mis padres se divorciaron cuando tenía tres y viví con mi padre por un tiempo. Mi padre... Él murió cuando tenía quince y a partir de ahí me mudé con mi madre. Siempre supe que quería dedicarme a la música, así que abandoné la universidad y vine a Los Ángeles. Después de ahí trabajé como camarero en una restaurante, donde solía cantar por propinas. Un productor de una discográfica me vio cantar y se intereso en mí, y luego de unos años firmé con la discográfica de Patrick. Esa es mi vida resumida hasta ahora —concluyó.

— Más interesante que la mía seguro lo es —Gerard había oído cada palabra suya con detenimiento.

De esa manera pasaron la noche, hablando de cosas que creían importantes y otras no tanto, como que cómics eran los mejores; los de DC o Marvel. Gerard se inclinaba por los de DC mientras que Frank por los de Marvel, una pequeña guerra civil se había formado entre ambos, hasta que finalmente accedieron a reconocer que ambos era igual de buenos. Frank también aprendió muchas cosas que no sabía de Gerard y viceversa, por ejemplo que podía tocar el violín y que a los quince años había caído de un risco durante una vacaciones familiares en la playa, hecho que le provocó mucha gracia y no pudo evitar reírse en su cara.

— Sabes, tengo hambre y lo que cociné es un asco. ¿Qué tal si mejor pedimos algo y vemos una película? —sugirió luego de un momento.

— ¿Sabes qué? Me encantaría —sonrió Frank, realmente le estaba comenzando a gustar ese Gerard.

Do you love me? ↠ FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora