El atico

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Narra Spencer Jones

Martes
No he visto a Lauren por ninguna parte desde el sábado en la tarde después de aquel "suceso".

¿Qué por qué lo hice? No lo sé, tal vez solo sean impulsos pero no los puedo controlar. Cada vez que veo o tengo cerca a Lauren, mi cuerpo se manda por sí solo, y la quiere tener cerca, creería que eso es normal ya que me atrae, pero algo me dice que es algo más.

Regresando al tema, no sé en dónde diablos está Lauren, juro que la he buscado por todas partes, he preguntado a quien se me atraviese pero todo ha sido en vano. A la única que no le he preguntado es a Abby, por alguna razón cada vez que me ve se esconde o me evita, creo que es la única que sabe que le pasó a Lauren.

La encuentro en la fila de la cafetería, creo que ella no se ha dado cuenta de que estoy atrás de ella.

—Hola Abby— se lo llevó por sorpresa y se giró a mi dirección.

—¡Spencer!— esto lo dice con tranquilidad, asi se que no tiene nada que esconderme.—Hola.

—¿Sabes dónde ha estado Lauren? No la he visto desde el sábado.

—-¿Por qué no vas a su casa y se lo preguntas?— ¿A que se refiere?

—¿Qué quieres decir?— tal vez sea idiota, pero no entendía.

—¡Qué está enferma imbecil!— Todo es más claro ahora.

—Gracias.— de inmediato me diriji a la salida del set.

—¿Qué haces?—Me pregunto mientras me alejaba.

—Tengo que verla.

***

Me estacioné en frente de su casa, baje del auto y lo asegure. No hay ladrones ni nada parecido pero es mejor prevenir que lamentar.

Camine por el camino que había desde el jardín a su casa, subi el escalón que hay frente a su puerta y me dispuse a tocar la puerta.

—¡Pase!— se escuchó del otro lado de la puerta después de que toque. Después de esto abrí la puerta.

—¿Por qué tanta confianza Lauren? Podría ser un ladrón. Y para tu suerte no lo soy.—estaba acostada en su sofá, con una cobija agua marina cubriendo su cuerpo, mirándome como si hubiera visto a un fantasma.

—¿Q-que haces aquí?— creo que se pone más nerviosa cuando está enferma.

—Quería venir a visitarte, ¿Acaso no puedo?

—No quiero que me veas así.— solo esta enferma, no le veo nada de malo.

—¿Así como?— era obvio que no quería que la viera enferma, pero aquí estoy, nada que hacer.

—Pues... Enferma... estoy hecha un desastre, casi no puedo respirar por mi nariz gracias a la congestión nasal, me siento en un caldero hirviendo gracias a la fiebre, me duele todo el cuerpo, y mi cara no debe estar para nada presentable— era verdad, pero podía estar en ese estado todo el tiempo que quisiera, aún asi me seguía atrayendo.

—¿Por qué, acaso te gusto?— quería hacerle hervir la sangre, se veía muy tierna cuando estaba enojada.

—¡No...!— justo lo que buscaba, hacerla enojar— es solo que... me atraes— alguien escucho lo que Lauren O'Connell acaba de decir.

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