"¿Me acompañas?"

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Narra Spencer Jones
Viernes
—Y... ¡Acción!—hora de empezar con la escena.

Inició de escena

—¿Tienes auto?—me pregunta Lorrie

—Claro, es aquel auto —señaló hacia el auto negro que se encuentra frente a nosotros.

—¡Pues vamos! Yo conduzco—propone Lorrie.

Caminamos hacia el auto y le entregó las llaves a Lorrie. Ally abre la puerta del copiloto y yo la trasera. Lorrie enciende el auto y ella y Ally empiezan una conversación mientras yo tengo que hacer lo que dice el libreto: mirar por la ventana "deprimido". Pero eso no significa que no las pueda escuchar.

—Y... ¿Hacia dónde vamos?—pregunta Ally.

—No le arruinaré la sorpresa a Jack.—hace una pausa, gira en una esquina y continúa—Y ¿Por qué terminó con él?

—Ella ya tenía un novio—aclara—además, nunca lo quiso en verdad.

—¡Llegamos!—nos estacionamos en frente de una heladería y bajamos del auto.—¿Te gusta el helado Jack?

—Y ¿A quién no?— me debía mostrar un poco más animado.

Entramos a la heladería y ya habían varios extras tomando malteadas y otros obviamente comiendo helado. Incluso habían niños frente a la vitrina de los sabores.

—Escoge despechado, yo pago— se ofrece Ally.

Fin de la escena

Ring

—¡Corte!—Y ahora ¿Qué?—lo siento, tenía que decirlo—y yo que pensé que nos haría repetir todo.—. Como bien saben, no les he dado su "semana de descanso" en unos meses, asi que quiero reponerlas. Espero que disfruten este mes—¿Nos dará un mes completo?

Antes de hacerle cualquier pregunta al director, mi bolsillo empieza a vibrar y es mi padre quién llama.

—¿Hola?

—¿Puedes venir a casa?

C-claro ¿Pasa algo?

¡He dicho que vengas! No preguntes, no hay excusas, no hay pretextos.—él corta la llamada.

Por la única persona que diría eso sería por... ¡Mi hermano está en la ciudad!

***

Me acerco a la puerta y doy dos golpes. Se escuchan pasos detrás de la puerta y que pronto es abierta.

—¡Michael!—no puedo creer que esté aquí. Hace más de un año no lo veía.

—¡Spencer!—nos abrazamos como si hubiesen pasado siglos en vernos. Por mi parte, yo tenía los ojos cerrados y una sonrisa de idiota, pero en cuanto abro mis ojos...

—¿¡Kate!?—ella es la novia de mi hermano desde tiempos inmemorables.

—¿Nos podrías llevar a tu casa?—dijo mi hermano separándose de mi—queremos decirte algo.

—¿No he entrado a casa y ya quieren que me valla?—niego con la cabeza riendo un poco—Vamos.—caminamos hacia el auto para comenzar el camino a casa. Cuando ya estábamos dentro y el auto estaba encendido, continúe.—Y ¿Qué quieren decirme?

—Adivina—pues ya tengo bastantes cosas en mente.

—Se mudan a los Ángeles.

—No.

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