¡Home Run!

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-Yo opino que deberías decircelo-entonces ella debería decirle lo que siente a Robert.

-Aún no he tomado una decisión-estábamos en un parque cerca de casa, eran al rededor de las ocho de la mañana y no sé cómo habíamos llegado a este tema.

-Pero deberías decirle que lo estás considerando, tal vez él te ayude.-No quiero hablar con el de ese tema, además...

-Hoy no es la fecha indicada-Podria decírselo ¿Mañana?

-¿Entonces cuando Lauren?-Cuando lo crea necesario.

-Cualquier día, menos hoy-nos pusimos en pie y caminamos hasta mi casa.

¿Por qué debería decirle? Hay algunas cosas que quiero guardarme para mí misma. Puede que me ayude, pero quiero tomar la desicion correcta por mí misma.

No es tan sencillo como se cree, vivir en otro país, en donde no conozco a nadie. Sería un mundo muy diferente, pero me ayudaría a darme a conocer y ser actriz principal de ahora en adelante.

Pero no quiero dejar lo que he empezado aquí. Tengo a mi familia, personas que me quieren... Y a Spencer.

-Tierra llamando a Lauren, tierra llamando a Lauren-Abby chasqueaba sus dedos en frente de mí para sacarme de mis pensamientos. Ahora estábamos en frente de la puerta.-¿Qué decidiste?

-Por ahora quiero concentrarme en el presente.-era absurdo pensar en hechos futuros, después de todo nada estaba escrito

-Pues espero que tomes la mejor desicion-me dio un beso en la mejilla y se fue dejándome en la entrada de mi casa.

Ahora solo falta esperar a que él llegue.

***

Ding

Me miro frente al espejo para verificar que todo esté en orden. Arreglo mi cabello llevando la mitad hacia adelante y a plancho mi camiseta para evitar que hallan arrugas.

Ding, Ding

Insisten de nuevo en el timbre, tomo los tiquetes de entrada para el partido que hay sobre la mesa y me dirijo a la puerta para abrirle a la otra persona que hay detrás.

-¡Feliz mesiversario!-gritamos los dos al unísono. Él tiene banderines, guantes e incluso un bate, todos con la marca de los Dodgers inscrita en ellos.

-¿Lista?-dijo después de darme un beso en la mejilla.

-Espera un segundo-entro de nuevo a la casa y recojo una caja roja que hay sobre la meson de la cocina. Vuelvo a la puerta y se la entregó.-. Creo que te servirá.-Al abrirla encontró un libro de recetas además de una tarjeta de regalo para comprar la comida que quisiera para preparar sus recetas.

-Lauren, no debiste...

-¡Claro que debía!-además va con una intención.

-Pero no te compre nada-un regalo no es necesariamente material.

-Pero puedes ser mi cocinero personal.-no le daría muchas recetas si no quisiera que me preparara algunas de ellas.

-Trato hecho.

***

-¡Corre!-todos los que estamos en la tribuna nos ponemos en pie atentos al bateador que está a dos bases de el Home Run que nos dará la victoria.-¡Corre!

La bola que lo persigue pasa de pitcher a pitcher tratando de alcanzar al bateador. El mira hacia atrás y ve que el picher que acababa de pasar tiene la pelota. Ahora solo se concentra en correr, sabe que de él depende el triunfo de su equipo. La tribuna que está a su lado se pone en pie para apoyarlo y sus compañeros también lo hacen, algunos corren con él y otros gritan desesperadamente. El picher pasa la pelota al último receptor y el bateador se desliza para llegar a la base. Con tan solo unos segundos de ventaja Los Dodgers consiguen el Home Run que era necesario para ganar uno de los partidos más importantes de la temporada.

¡Corte! | ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora