Dodger Stadium

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Gracias por hacer que el número de vistas y votos aumente cada vez más. Un saludo a Any__Yeii y las dejo con el capítulo
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6:00pm. En cualquier momento Lauren, solo tienes que esperar. No siempre se debe ser puntual, además pareces desesperada sentándote a un metro de la puerta abrazando tus piernas. Tal vez su reloj este atrasado o el mío adelantado. Debes tranquilizarte, ir a la cocina y comer un poco, tal vez eso calme tus nervios.

¿Cómo puedes pensar que él vendrá? Si quisiera, él ya estaría aquí, ¡Vive a menos de tres minutos caminando! No tiene ninguna obligación contigo, no eres su novia o algo... Oh, espera. Si eres algo parecido

Y allí estaba yo, teniendo una discusión con mi conciencia. Si, lo sé, es raro que alguien pelee consigo misma. Todo esto consecuencia de mi exageración. Debía analizar las cosas y dejar que mi mente lo procesara. No creo que una persona sea tan puntual como para llegar en la hora propuesta, tal vez pasen algunos minutos y él aparezca detrás de la puerta diciéndome que se retrasó un poco o tal vez lo pase por alto. Es más, ni siquiera han pasado... ¡Diez minutos!

¡Te lo dije! Él no vendrá, deja de hacerte falsas...

*Ding*

Me pongo de pie y doy unos cuantos pasos hacia la puerta. Jamás creí que ese sonido llegara a alegrarme tanto y al mismo tiempo hacer que todos los nervios de mi cuerpo reaccionarán al mismo tiempo colaborando para que todo mi cuerpo temblara. Hora de abrir la puerta.

—Hola—Allí estaba Spencer con un lazo negro en una de sus manos—, perdón por el retraso, el garaje no se abría.—encojo sus hombros y alza sus manos haciéndose ver inocente.

—No te preocupes—no es que estuviera haciendo suposiciones aceleradas.

Ya cállate Lauren, no engañas a nadie.

—Debemos irnos antes de que sea más tarde— él fue quien se retrasó—, pero primero... Date vuelta.

—¿Para qué?— no iba a caminar hacia atrás.

—Para vendarte los ojos— para eso era el lazo. Ahora todo tiene sentido.—, no quiero que veas hacia dónde vamos.

—Y ¿Si quiero ver?— eso no iba a ser tan fácil como creía.

—Tendré que hacer que cierres los ojos—creo que estaba pensando lo mismo que él—, y los dos sabemos cómo,

En un rápido movimiento, coloca una de sus manos en mi espalda para atraerme hacia él. Su mano libre se posa en mi nuca para asegurarse que no quede distancia entre nuestros labios.

Gracias a este rápido movimiento ha logrado su objetivo. Cerrar mis ojos. Le correspondo casi de inmediato y mis manos llegan hasta sus mejillas al mismo tiempo que una tela cubre mis ojos y un nudo la asegura atrás de mi cabeza.

—Ya está— dice pocos segundos después de separarnos. Abro mis ojos para no ver más que oscuridad.

—Entonces, ¿Así inicia el secuestro?— dicho esto escucho como la puerta se cierra tras de mí. Ahora tenía que valerme de mis otros sentidos.

—Si con eso te refieres a la cita, entonces sí— tomó mi mano y hala de ella un poco fuerte para indicarme que camine—. Relájate y déjame guiarte solo por esta tarde.

¡Corte! | ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora