"Buena segunda impresión"

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—No hay problema Spencer—admito que al principio me impactó. No me esperaba el dormir en la misma habitación, pero no me incomoda.

—¿Segura?—¡Claro! Además es una Suite, debe ser bastante grande.

—Después me lo agradecerás hermanito—dicho esto Michael y Kate se dirigieron al ascensor acompañados por un botones.

—Y ¿Ahora qué?—esa frase ya se había vuelto común entre nosotros.—¿Vamos a la habitación?—asiento en respuesta y caminamos hacia el otro ascensor con un botones atrás de nosotros.

Una vez en el último piso le di propina al botones y este dejo las maletas frente a la puerta que tenía grabado en letras negras Halekulani Suite. Spencer pasó una tarjeta en el lector de la puerta para desactivar el seguro.

Al abrir la puerta de seguro los dos quedamos boquiabiertos. ¡Parecía un departamento!

Empecé a caminar por la "habitacion" y me di cuenta de que tenía una sala, comedor, baño con tina, balcón y lo que era la habitación en si.

—¡Esto es muy grande!—escuche gritar a Spencer desde la entrada—¿Qué tal está la habitación?—di un pequeño salto al oírlo atrás de mi.

—B-bien.

—En ese caso, yo me iré a dormir—empezó a caminar hacia la cama.

—No si yo llego primero—dicho esto, corro en dirección a la cama y Spencer hace lo mismo. Cuando estamos a menos de un metro de llegar, saltamos para caer de espadas a las almohadas.

—¿Estas segura de que no te incomoda?—en esta cama caben tres personas con espacio ¡Quién podría estar incomodo!

—Ya te lo había dicho.

—En ese caso, buenas noches Lauren.

—Buenas noches Spencer.

***
Narra Spencer Jones

Abro mis ojos para comprobar que me he dormido con la ropa que tenía en la madrugada. Giró mi cabeza hacia Lauren que está cerca -demasiado cerca- de mi. No me incomoda, pero temo que cuando ella se despierte a ella si le incomode.

Me levanto con cuidado para no despertar a Lauren pero mis intentos son un total desastre. Al parecer ella ya estaba despierta.

—Spencer—balbucea—, no te levantes—estira su mano hacia mí y levanta casi por completo a sus párpados para dejar al descubierto a sus ojos azules.

—Creí que...

—Ya te he dicho que no me incomoda—ahora habla más fuerte—, me gustas y jamás me incomodaras. O ¿A caso yo te incomodo?

—No, que jamás se te pase por la cabeza de nuevo el hecho de que me incomodes.

—¿Sabes lo que acabas de hacer? ¡Ahora no tengo sueño!—se sienta sobre la cama—¿Qué hora es?

—Once en punto—digo después de observar mi muñeca.

—Creo que deberíamos ir a ¿Almorzar?

—Concuerdo por completo.

***

—¿Lista?

—Lista—abro la puerta de la habitación, tomó el teléfono y la llave para salir de la habitación. Lauren sale primero y yo cierro la puerta. Pasó mi brazo sobre su hombro y le doy un beso en la mejilla.

—Y ¿Ya tienes algo planeado para hacer en Hawaii?

—Espero que nada en la noche—¿¡Mamá!?—¿No vas a saludar a tu madre, Spencer?—mi madre extiende sus brazos y yo correspondo a su abrazo y a los pocos segundos me separo.

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