¡Corte! | ✔

Tiempo para pensar

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Escuchen la canción mientras leen el capítulo.
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—¿Aceptan?—estamos en la entrada de la habitación al lado de Kate y Mike debatiéndonos si aceptar el pasar nuestro último día en Hawaii con ellos.

—Creo que sería buena idea—agrego.

—Si tú estás de acuerdo, para mí está bien—alza los hombros.

—¿Entonces...?—dicen los dos al unísono esperando una respuesta de nuestra parte.

—Esta bien—respondemos al mismo tiempo como si estuviésemos sincronizados. Entrelazó mi mano con la suya, siendo esta la primera vez que tomo la iniciativa, nuestras miradas se cruzan al igual que sonrisas por parte de los dos. Ahora no me avergüenzo de nada, no me importa en lo más mínimo quien pueda vernos y los rumores que puedan darse. Por alguna razón, ahora no importa nada.

—Se ven muy tiernos juntos—siento como mis mejillas se llenan de color al escuchar las palabras de Kate.

—¿Nosotros nos vemos así?—es Mike quien pregunta y Kate se gira a verlo.

—Creo que nos vemos mucho peor—Mike niega y sonríe al mismo tiempo.

—¿Podemos irnos?—Spencer los interrumpe además aclarando su garganta.

***

—¿Un...¡Submarino!?—imagine cualquier cosa menos esto. Spencer estaba boquiabierto al igual que yo.

—Si, queremos que su último día en Hawaii sea el mejor—con esto seguro que lo será.

—Además, quiero ver feliz a mi hermano—estoy segura de que Mike daría la vida por Spencer.—¿Que esperamos?

En frente del muelle está la puerta del Atlantic Submarin al qué procedemos a entrar. Una vez dentro está el capitán saludando a todos los pasajeros. Hay ventanas a lado y lado del submarino para permitirnos ver el mar.

Escuchamos como la puerta se cierra acompañada de ún chirrido no muy agradable al oído humano. El capitán pone en marcha al submarino y luego de unos segundos es sumergido en el océano.

—¿Crees que veamos un tiburón?—Spencer rompe el silencio con esa pregunta.

—Tal vez—en el océano podemos encontrar cualquier cosa—¿Y delfines?

—De eso estoy seguro—rodea mi hombro con su brazo y el silencio vuelve a estar presente. Inclinó mi cabeza en su hombro mientras observamos unos pequeños peces amarillos pasar en frente del submarino.

—¿Por qué yo Lauren?—continuo ¿A qué se refería.—¿Por qué no otra persona?

—¿Qué quieres decir?

—¿Qué encuentras de especial en mi?—¿Qué NO encuentro especial en él?

—¿Por qué no tu? Al inicio de este año pensé que solo querías hacer mi vida imposible o incluso jugar conmigo. Creía que eras un idiota, egocéntrico y narcisista. No me parecías la peor persona del mundo, pero tampoco la mejor. Cambiaste demasiado en esos dos años. El primer día en el set, no me trataste de la mejor manera, tratabas de intimidarme y lo lograste, lograste que te tuviese miedo. Ese miedo se incrementó cuando me dijiste que te atraía.