Capítulo 24

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Regresé a nuestros asientos cagandome en vida. Las chica parecían haber terminado su conflicto sobre la decisión de Mira. Eso me dio un alivio. Pero, todo quedó en una "parecía" porque en realidad no fue así.

Lo que hicieron las chicas fue hacerle la ley del hielo a Mirajane. Se la hacían Lucy, Levy. Erza se mantuvo imparcial al igual que Juvia. Estaban esperando mi regreso.

- ¡Sorato! - Mirajane se levantó y se acercó a mí, aún con una sonrisa pero esta era triste - las chicas no me hablan por la misión que elegí.

- Para tu información, Sorato - dijo Lucy mirando a la ventana - es nuestra manera de protestar de manera sana.

- Además, no le hacemos daño a nadie con esto - siguió la idea Levy.

- Claro, a nadie excepto a Mira - contesté acercándome a los asientos - ella es la más afectada con esto.

- Opino igual - dijo Erza que estaba leyendo una revista - sale afectada Mira aquí, y esa es una verdad que todos conocemos.

- Pero, ¡nosotras estamos enfermas de los nervios! - grito Lucy.

- ¡NOSPODEMOSMURISIR! - Levy también grito.

- ¡Haber! - me salió más borde de lo que hubiese querido.- Ustedes saben que les tengo un aprecio incalculable, pero si están colmando los kintamas de una manera... que flipa la perra.

Lucy parecía incómoda con mi actitud y Levy era de las mismas. Erza desvío su mirada de la revista y Juvia, que estaba media dormida abrió un ojo.

- Yo también estoy nervioso, de verdad. Pero, no dejo que eso me domine. Sé que estamos jugando rudo, pero nosotros somos capaces de esto y más - mire a Lucy - tu eres más que una rubia con grandes..., atributos.

Lucy parecía analizar lo que decía.

- Tú, Levy - me miro a los azules - eres una gran maga y tienes grandes conocimientos. ¡ESO ES DIFÍCIL DE ENCONTRAR! Eres más fuerte de lo que tú crees, querida.

Levy ladeó la cabeza, y su mirada se escondió detrás de la sombra de su flequillo.

- A las demás - las tres me miraron - no tengo que entrar detalles sobre sus puntos fuertes y débiles. Todas son fuertes y podremos con esto. Y después, todos seremos felices. ¡Ya verán!

Pareció que eso rompió la moral baja y la subió, las chicas poco a poco volvieron a hablar y pronto los malos pensamientos terminaron en el olvido. Yo solo sonreía, este era el equipo que yo conozco, o que sospechaba que era así.

Puse mi mano en mi bolsillo, y sentí algo.

- ¡Sorato! - me llamó Cana, poco antes de partir el viaje - ven.

Yo asentí y me acerqué. Estábamos a las afueras del Gremio. Las chicas se despedían de todos. En especial de sus chicos que me tenían amenazado.

Note a Cana nerviosa, y estaba diferente. Estaba sobria y más que nada, su semblante era completamente serio. Algo poco usual en ella.

Con cierta sorpresa me acerqué a ella, con mi sonrisa habitual.

- ¿Me había llamado usted, señorita?

- Si... - note un poco de tristeza en su respuesta, lo cual me alteró. Rápidamente me acerqué a ella y pase mi brazo sobre sus hombros.

- ¿Qué pasa, Cana? - ella, con la cabeza gacha negó. Yo, aún con la sorpresa en mi, me asuste aun mas cuando Cana se puso derecha y me sonreía con una sinceridad abrumadora.

El cupido de Fairy TailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora