Capítulo 35

796 77 22
                                    

Nada iba bien. Aunque siendo sincero, jamás anduvo bien. Las chicas ya no estaban, y me sentía culpable de esto.

Gajeel en un ataque de rabia me tomo por el cuello y me levanto.

- ¿Donde esta Levy? - su mirada imponía y me provocaba miedo. - ¿Lo sabes?

Natsu y Gray (para mí sorpresa) hicieron que me soltara. Ambos se pusieron frente a mí y empezaron a defenderme.

- Sorato no tiene culpa de nada - comenzó Natsu, que antes de empezar a hablar me había dado una mirada de apoyo - y él sabe lo mismo que tú, que Gray, que todos.

- ¡Él las trajo a esta misión suicida! - me apunto con un dedo. Tiritaba de rabia - ¡AHORA QUIZÁS DONDE COÑO ESTÁ!

- Gajeel, calmate. Él no tiene la culpa de nada - Gray apretó sus puños y bajo la mirada - no es que me caiga de lo mejor, pero si no fuera por la idea de Sorato quizás no hubiéramos salido de ese domo.

Gajeel mostró cierta sorpresa al oír a Gray. Es normal, nadie hubiera esperado que él me defendiera. Pero esto rápidamente desapareció de su cara y volvió la mirada que irradiaba una irá incontrolable.

- ¿Y de qué nos sirvió salir, si cuando salimos estaba ya todo dicho? - trato de acercarse a mí, pero Gray y Natsu enseguida se negaron. - De nada, no sirvió. ¡QUIZÁS QUE COSAS LE ESTÁN HACIENDO A LEVY!

Natsu negó con la cabeza, y Gray lo siguió. En ese momento mi corazón empezó a latir con más fuerza, como siquiera salir de mi pecho. Empecé a ver todo borroso, sentí mucho frío. Y caí desmayado.

Estaba inconsciente, ya lo sabía. Pero, ¿por que? Esto no pasa muy seguido, y bueno. No es una experiencia buena.

Estaba yo flotando en un espacio negro, no había nada más que yo en ese lugar. Cuando de la nada parece un as de luz blanca. La luz era tan intensa que tuve que tapar mis ojos con una mano. Esta luz era cálida, y de a poco empezó a bajar el nivel de luminosidad.

La cálida luz se expandió y empezaron a aparecer imágenes en ella. Imágenes fuertes y que hicieron que mi estómago se contrajera.

Eran las chicas, mis chicas, mis nenas, mis hembras. Todas ellas amarradas de pies y cabeza con la corteza de un árbol gigantesco. Estaban todas, inconscientes.

Pero, me faltaba una. Juvia, no estaba con las demás. En ese momento mi corazón dio un brinco

La imagen cambio y vi algo que no quería. Que temía, era algo desgarrador.

En un círculo de vapor estaba Juvia, desnuda e inconsciente en el suelo. Junto a ella en línea recta había más círculos. Uno envuelto en llamas doradas, otro en viento negro y el último en arena roja. Todos ellos irradiaban poder, demasiado.

Estaban debajo del árbol donde estaban prisioneras las chicas. Y sin que yo lo viera, aparecieron Tyra y Krysta. El enemigo.

No se veían completamente, pero supe que eran ellas por donde se ubicaron en los círculos. Tyra se puso en el de arena roja y Krysta en el de viento negro.

Los cuatro elementos juntos, la destrucción total. El nacimiento de demonios se aproximaba, y el caos aparecería. Sólo faltaba el fuego, y apenas pensé en eso, la imagen cambio nuevamente.

Ahora se veía a Michelle luchando con la sílfide. Ella había creado un látigo de fuego y un escudo de lava para defenderse de los ataques de la sílfide.

La demonio de aire pego una embestida contra Michelle y ella perdió el escudo. Le sangraba el labio, sonrió y se la limpio con la muñeca.

- Esta es la situación - la voz de Michelle apareció en mi cabeza - te he pasado mis recuerdos.

El cupido de Fairy TailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora