Capítulo 25

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No fue una sorpresa para mi ver la cara de confusión en mis compañeras cuando nos bajamos en la estación. Estaba sola, desierta y no había nada en kilómetros a la redonda.

- No hay nada... - dijo Lucy, abrazándose a sí misma.

- Nada de nada - decía Levy, mirando a los lados.

- Muy bien, eso indica de qué su vista está en óptimas condiciones. Ahora, vamos a caminar - dije tomando mi bolso del suelo - hay mucho que caminar.

Empecé a caminar y con cierta duda me siguieron. Todos andábamos con carga ligera, excepto Erza. Ella traía su propio carro para mover sus cosas, y hay que agregar que pocas no eran.

- ¿Dónde vamos? - Mira caminaba a la par mía, las demás iban un poco más adelante mío.

- Vamos a obtener información sobre nuestro trabajo, vamos a hablar con quién lo ofreció.

- ¿Y él vive en medio de la nada? - pregunto Juvia, con las manos juntas.

- Si, o sea, es raro. Difícil de explicar. Sólo caminen y confíen en mí - pase adelante en la caminata.

Las chicas conversaban de lo lindo, de cualquier tema trivial. Yo solo asentía con la cabeza y ya. No es por despreciar el hecho de que me consideren en su conversación, pero mi mente está en otro lado.

O sea, para explicarme bien debo decir que esta en varias partes. Una parte de mi mente está (mierda, me estoy sonrojando un poco...) con Cana. Tengo la manera de poder comunicarme con ella, pero no lo quiero hacer. No sé, es raro.

¿Se puede saber lo que sientes por algo, así de la nada? ¿Puede pasar una amistad (una particular, hay que decirlo) pueda ser algo más? ¿Se puede?

Se de antemano que la respuesta es sí, y uno grande. Pero, no se. Es confuso. Nadie te enseña como amar, porque eso es algo que se aprende en el acto. Nadie te dice: estas enamorado "de", uno no lo sabe. Llega y pasa la cuestión y punto.

Y, ¿en que momento esto se convirtió en algo amoroso y guía en el amor? No se, pero se me va la olla y, no se que hacer.

Estoy diciendo muchas veces " no se" y no se que hacer. Ay, ya. Ya paro.

La otra parte de mi mente navega en mis recuerdos, buscando una manera normal de explicar lo que vamos a ver, porque no es fácil de asimilar. O sea, es particular esa historia.

La otra parte de mi mente pervertida, esta con los chicos. No los míos, no. Los de mis amigas. Sé que vienen detrás mío. Cada vez que volteo hacia atrás veo una cola celeste con el final blanco. También una cabellera rosa.

En fin, sé que me vigilan. Y debería de tener miedo o estar asustado por eso, pero no es así. Estoy seguro de que cuidaré a las chicas a mi manera. Pero, temo que ellos no lo hagan y caguen todo.

- Chicas, paremos - dije yo.

Las chicas se de tuvieron, me miraron esperando una explicación.

- Tengo que ir a vaciar la vejiga, esta llena, a tope y, tengo que botar esos líquidos biológicos.

- ¿Tienes que ir a regar un árbol? - dijo Erza, sonriendo.

- Si le quitas mis términos técnicos, sí. Tengo que ir a regar una planta - dije levantando los hombros.

- Vaya a mear tranquilo, que nosotras nos quedamos aquí - me dijo Mira, acomodándose en el suelo.

Se lo agradecí, y me fui al bosque. Eso si, no iba a regar un árbol. Iba a hablar con los chicos cara a cara.

El cupido de Fairy TailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora