capítulo 5

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Merida

El viento fresco de la noche golpeba mi cara al compás de los rápidos trotes que mi fiel caballo Angus daba por el bosque de DunBroch. La capucha de mi capa se deslizó por detrás de mí cabeza, permitiendo a mis rebeldes rizos flotar con el viento. Decidí quedar me así, sentir mi cabello libre era una de las formas en las que me podía sentir bien.

Tome una suave inhalación, dejando que el aroma a bosque entrara a mis fosas nasales y cerrando los ojos tranquilamente. Volví a posicionar mi vista al frente, viendo como Angus saltaba cada tronco y piedra que se cruzará en su camino pero sin embargo hubo algo en medio del camino que mi caballo no se atrevió a pasar. Vi por un lado de la cabeza de Angus una luz de color azul brillante, con una forma de especie de fantasma pequeño.

"Una luz mágica" pensé.

Angus soltó un relinche haciendo que me percatara en el exacto lugar en el que me encontraba; rocas grandes que juntas formaban un gran círculo a mi alrededor. Recuerdos vinieron rápido a mi mente, recordando aquella pelea, la vez en que casi era devorada por un oso demonio que resultó ser el alma de un príncipe con problemas de codicia.

-Mas vale que sea algo bueno. - le advertí a la pequeña luz la cual desapareció de mi vista pero que después apareció a unos metros frente a mi.

-Vamos.- le dije a mi caballo pero el negó con un relinche.

-Ho, vamos Angus. No pasa nada. No creo que me lleven hacia otro oso.- Brome pero al corcel no le pareció tan gracioso.

Le di una suave caricia a la melena color azebache de Angus y así logrando hacer que tuviera una mayor confianza al seguir la luz mágica.

La luz nos guió por un largo camino por el bosque pero de pronto paro dejándome saber que habíamos llegado al lugar que quería. Baje de Angus y una luz amarillenta pegó en mis ojos provocando que los cerrará un poco. Al acercarme más al lugar me topé con la sorpresa que aquel lugar al que me había enviado la luz era aquella casa que ¿aun que crean o no? Cambiaría mi vida por completo.

-¿Por qué rayos me tragiste a la casa de esa vieja loca?- pregunte con un hilo de molestia.

La luz simplemente se quedó allí flotando en su lugar para después desvanecerse.

-¡Oye!- grité.

Un suspiro de frustración salió de mi. aunque la persona que viviera en esa casa ayudó mucho tanto en mi persona, como la relación entre mi madre y yo, y mi destino no significa que no quiera hagarrar una escoba y darle un fuerte golpe a esa cabeza con cabello gris.

-Bueno, ya que.- dije rendida pero antes de avanzar sentí como el hocico de Angus golpeaba por detrás de mí espalda.

-Tranquilo Angus, no pasara nada malo ahora.- le asegure al corcel y el sólo soltó un relinche de rendición.

"Sin duda. Las mascotas se parecen a sus dueños." pensé.

Me acerqué a la puerta de madera de aquella casa, tome la perilla y la abrí levemente, me fui fijando poco a poco por dentro de la casa, las luces de las velas cegaban un poco mi vista pero mientras más entraba mi vista se iba aclarando.

-Lalala, cabalgar y volar, viento y cielo alcanzar. Talalala lalala.-

Mis oídos percataron una voz aguda y rasposa, familiar sin duda alguna. Mi vista se fijó en la figura de una anciana de una edad muy mayor la cual con una escoba barría el piso y se movía de manera ritmica pero un tanto ridículo.

-¡hoog! Viento y cielo.- dijo un cuervo negro que agitaba sus alas provocando que estas desprendieran plumas.

-¡Esa era mi parte ave tonta!- regaño la anciana, dándole un escobazo al pájaro y haciendo que este volará hasta una jaula abierta.

Está Dentro De Ti (Mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora