capítulo 20

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Mérida

El entrenamiento del equipo A ya había comenzado, los integrantes comenzaron con vuelos básico en giro por todo la redonda de la arena. La vikinga quienes les daba indicaciones por supuesto era Astrid, gritaba y les daba diferentes indicaciones, todos los Vikingos seguían al pie de la letra lo que ella decía.

—¡Muy bien! Suficientes calentamiento ¡Es hora de alzar ese vuelo! - dijo nuevamente la rubia ojiazul.

Los dragones empezaron a volar más alto. Ahora estaban como a quince metros arriba de mi cabeza.

—Por lo visto no es la gran cosa hasta ahora, solo dan vueltas y vueltas- dije medio aburrida. Pensaba que el entrenamiento sería más interesante.

—Solo espera peliroja- me dijo Astrid desde el centro de la Arena. Alzó la mano indicando con tres dedos hacia el cielo — ¡Soldados! Hoy tenemos un expectador, así que hay que dar una buena impresión- volteo a verme y pude notar como sus ojos parecían dagas apuntando hacia mi.

—Esperamos a su indicación señorita Hofferson- dijo uno de los integrantes quien Volaba en su pesadilla moustrosa.

—¡Posición Noventa Grados con Acción 15!- indico -Ejecuten en 3, 2, 1...¡Ya!- bajo su mano y en cuestión de segundos los dragónes formaron una sola fila y volaron hacia las nubes.

Los jinetes desaparecieron de mi vista, por más que forzará mi visión la luz del sol me lo impidió pero en menos de lo que espere ya venían de regreso, descendiendo a una increíble velocidad y con vueltas que daba cada uno. Mis ojos se abrieron aún más al ver como los dragones escupieron fuego a diferentes blancos que había en todo el lugar de entrenamiento. La fila no se rompía y quién iba al frente era Eret con su Rompe Craneos. Y así cada dragón aventó su fuego dando en el blanco cada uno. Los jinetes siguieron volando por arriba de toda la isla haciendo maniobras increíbles.

—Aterrizaje en salto en 3, 2, 1...- volvió a decir en voz alta Astrid.

Y en cuanto acabo de contar cayó Eret desde su dragón con un giró y aterrizó sin problemas alado de la rubia junto con su dragón atrás, así también con los demás hasta la última que fue la curandera.

—¡Excelente soldados! De acuerdo a mi reloj de arena duraron 12 segundos menos. Me enorgullecen- aplaudió para todos los cuales se vieron un tanto cansados pero satisfechos  de igual manera.

—Eso fue increíble- me dije para mí misma.

—¿Que te pareció eso peligro?- pregunto dirigiéndose hacia mi.

—Emm... Pues...- no supe que decir.

Me mordí el labio inferior y me sonroje.

—¿Disculpa no te escuché? Tormenta traerla hasta acá- indico la vikinga a su dragón azul.

—¿Pero qué dice?-

Y en menos de lo que pude reaccionar ya iba volando, siendo sujetada por el hocico de ese dragón azúl.

—¡Oye! ¡bájame reptil con patas!- le grité.

Pero sin darme cuenta ya estaba frente al equipo de Vikingos y sin ningún rasguño.

—¡No vuelvas hacer eso!- le grité a la jinete de tormenta.

—Tranquilizate peliroja. Tormenta no carga a cualquier personita- dijo en un tono chillante — Fuiste nuestra espectadora esperamos que te haya gustado el entrenamiento- sonrió al último.

—No lo negare, estuvo genial- Admití.

Okey. Lo que pediría a continuación será algo que de seguro no esperarían de mi en estos momentos ya que pues desde que conocí a Astrid lo primero que hice con ella fue pelear frente a toda la multitud de la isla y desde entonces tenemos una rivalidad sin embargo no puedo negar que lo que acabo de presenciar con mis ojos ¡Me enamoro! Ser un jinete es un sueño en realidad. No podía ver la hora en que me tocará subir a un dragón en serio quiero ser parte de este mundo mágico aún más mágico que mi propio hogar.

Está Dentro De Ti (Mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora