Capitulo 22

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Hipo

El sol comenzaba a posarse sobre el orizonte, la fria brisa de las noches se comenzaba a ser presente en Berk, ojalá el verano durará más tiempo por aquí pero el eterno invierno de Berk empezaba a llegar.

Una sonrisa salió desprevenidamente de mi rostro, tome mi casco y me levanté de la silla principal que ocupaba el puesto del centro de la mesa. En la cual todos los demás integrantes del consejo de Berk se sentaban al rededor.

—Bien Vikingos eso será todo por hoy- avise a todos los presentes quienes me vieron impasientes por saber la fecha de la siguiente reunión. —Me alegro que hayamos  quedado de acuerdo en que la carrera de dragónes comenzará en una semana así que nuestra siguente reunión la podemos indicar para dentro de dos semanas- acabe de informar.

Todos los presentes quienes eran vikingos mayores que yo, más bien de la edad de mi difunto padre. Pues claro ellos fueron los que siguieron a mi padre por años y estaban dispuestos a darme sus consejos y aprobaciónes desde que era el nuevo jefe de Berk desde hace un año.

Me retiré del gran salón, salí por las enormes puertas de madera que protegían la gran cueva. Baje la colina para llegar hasta el centro del pueblo, ya la mayoría de los locales comenzaban a cerrar, todo vikingo finalizaba su labor del día y se retiraban a sus hogares al igual que los dragones quienes se preparaban para ir a dormir.

Recordé mi último pendiente del día el cual seguro se encontraba en el taller de sillas de Bocón.

Un suspiro escapó de mi y comencé a mentalisarme dando mi paso hacia aquel taller donde solía trabajar antes de tener la responsabilidad de jefe.

Entre por la parte trasera del taller y lo primero que captaron mis ojos fue aquel Hombre de ya edad más avanzada, ese hombre que me a cuidado como un hijo.

—Hola Bocón ¿Cómo estuvo el día?- pregunté viendo cómo acomodaba los cueros de sillas en repisas.

—Oh... Al jefe de Berk aún le interesa saber de este viejo taller- dijo sarcástico.

—Jaja No sabes lo mucho que prefiero seguir trabajando de tu ayudante como cuando era niño que estar liderando la isla- le asegure mientras ajustaba las tuercas a una herramienta.

—Si. seguro, seguro- contesto en balbuceos.

La edad sin duda lo ponía un poco gruñón.

—Prometo buscarte más ayudantes- dije ya para intentar animar a mi amigo.

—Eso espero muchacho sino pediré una nueva reelección para el jefe de Berk- me dijo amenazante.

—Jeje déjamelo a mi... Y hablando de ayudantes ¿donde está ...?  - pregunté pero el Vikingo respondió antes de que acabará.

—La deje salir temprano por hoy. La pobre chica parecia como si  hubiese peleado contra algún Jak en fosa de jabalíes y aquí entre nos... Creo que necesita asearse un poco-  dijo en susurro lo último.

Solté un suspiro y sobe mi nuca —Tengo que hablar con ella- le conté.

—¿Tú sabes que sucedió con ella? No me quiso contar a mi- preguntó.

—Fue Astrid. Digamos que no le agrada mucho Mérida. no le parece alguien de confianza- respondí.

—¿Entonces tenemos un problema de celos?- pregunto en un tono pícaro.

—No. Claro que no. Astrid solo desconfía de ella pero aún así no era razón para tratarla mal- admiti.

El vikingo echo una carcajada y negó con la cabeza —Aun tienes mucho que aprender de mujeres muchacho- aseguro Bocón con más risas

Está Dentro De Ti (Mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora